Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Hannah
Arendt (1906-1975), una de las pensadoras más importantes del siglo XX, tuvo la
ocasión de analizar los Papeles del Pentágono (que tratan de las mentiras que
se contaron para justificar la intervención de EEUU en la Guerra de Vietnam).
Dichos Documentos (1), como los llama ella, fueron publicados por el diario The
New York Times, en junio de 1971.
Un
total de 36 personas “inteligentísimas”, a las que Hannah Arendt califica de
“profesionales de la resolución de problemas”, emplearon todas sus energías en
“demostrar científicamente” que era perentorio intervenir en la Guerra de
Vietnam, ya que era vital “acabar con la conspiración comunista” tramada por la
URSS y China (países por aquel entonces enfrentados) y con “la altísima
posibilidad” de que “esa ideología maligna se expandiera por efecto dominó a
escala mundial”.
Arendt
subraya que “eso no era más que una excusa basada en un montón de mentiras. Lo
que realmente se proponía Estados Unidos era conquistar las mentes del mundo”
(…) Se decidió machacar a un país débil y sin ningún valor estratégico para
presentar a los EEUU como ‘el gran médico’ y ‘salvador del mundo’ (…) Como el
aniquilador del ‘diablo rojo’. Se trataba de conseguir la veneración y el
liderazgo mundial ‘in perpetuum’.
El
equipo que elaboró Los Papeles del Pentágono (historiadores, oficiales del
Ejército, politólogos, etc.) puso todo su empeño en manipular la verdad, con
una frialdad sobrecogedora, “con tal de conseguir sus objetivos”, afirma
Arendt, autora, entre otras muchas obras, de “Los orígenes del totalitarismo” y
“La condición humana”.
El
mismo Secretario de Defensa Robert S. MacNamara, quien ordenó ese trabajo en
1967, dijo:
No
resulta agradable ver cómo la mayor superpotencia del mundo asesina o hiere
gravemente a miles de civiles cada semana, mientras intenta someter a una
pequeña nación atrasada por motivos que generan una gran controversia. (2)
“Los profesionales de la resolución de
problemas”, que hicieron un ciclópeo trabajo condensado en 47 volúmenes (7.000
páginas) sólo consideraron “un límite” -enfatiza Arendt-: “cómo soportaría la
opinión pública estadounidense la pérdida de vidas norteamericanas”.
Una
vez publicados los Papeles del Pentágono por The New York Times y The
Washington Post (entre otros grandes periódicos, en 1971), la Administración de
Nixon-Agnew organizó una campaña, dirigida por Herb Klein, jefe de
comunicaciones de la Casa Blanca, “para destruir la credibilidad de la prensa
en las elecciones de 1972”, explica Arendt.
El
Gobierno de Richard Nixon tomó conciencia de que era prioritario “la creación
de imágenes como política global, como conquista de la mente de las personas,
en lugar de la conquista del mundo”. Evidentemente eso es – subraya Arendt-
(alumna de Martin Heidegger) “algo nuevo en el arsenal de las estupideces
humanas registradas por la historia”.

Al
final, cuando todas las señales anunciaban la derrota, el objetivo no fue ya
evitar una derrota humillante, sino hallar la forma de evitar admitirla y
“salvar la cara”.
Con
la imagen de Kim Phuc, grabada a sangre y fuego en la mente y memoria histórica
de la humanidad, se acelera el fin de la ominosa intervención estadounidense en
Vietnam (1964-1975), guerra iniciada con “mentiras flagrantes y la gélida
manipulación de la opinión pública” que concluyó con 58.000 bajas
norteamericanas y, entre tres y seis millones de muertos (gran parte de ellos
civiles) por el lado vietnamita.
Notas
(1) Su ensayo “Reflexiones sobre los
Documentos del Pentágono” (págs. 81-142) está incluido en la obra “Verdad y
mentira en política” (Ed. Página indómita, enero 2017).
(2)
Ibíd. P. 83.
y Twitter: @escuelanfp
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