Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Se
trata de la palabra más famosa de 2016 y que terminó de consolidarse en el
vocabulario de la política y la comunicación el pasado 2017. En estos momentos,
la posverdad como noción y como estrategia se ubica en todo “cuarto de guerra”
que se precie de tal. La manida palabra encuentra, a esta altura, variopintas
interpretaciones, lo que hace que vaya perdiendo contenido y, por tanto, se
normalice de forma confusa como práctica. Huelga señalar que esto solo enrarece
el ejercicio democrático del derecho a la información y comunicación que
detentamos como ciudadanía. Por ello, resulta importante tener presente algunas
características de este nuevo fenómeno, que permiten distinguirlo por sobre un
cúmulo de mentiras, falsedades, distorsiones, bulos o errores que han existido
siempre como fenómeno en la comunicación política e incluso en el periodismo.
La
posverdad está relacionada con noticias falsas de actualidad. No hay posverdad
en las creencias latentes en nosotros; éstas deben ser activadas por una falsa
novedad que tiene lugar en una determinada coyuntura. Usualmente es creada
desde plataformas web que fungen como falsos medios de información o por
usuarios ficticios. En última instancia puede generarse desde perfiles reales
de convencidos, quienes, conscientes de ella, toman parte en la falsa noticia.
Persigue
un resultado usualmente político. Un escenario de posverdad está creado para
generar un determinado tipo de reacción muy concreto: voltear un resultado
electoral, desvirtuar un sentido común, defenestrar un liderazgo, entre otros.
Se
consolida en su difusión mediante redes sociodigitales. Su éxito radica en que
son ciudadanas y ciudadanos vinculados digitalmente las y los que, en uso y
defensa de sus creencias, se encargan de su proceso de difusión.
Busca
reforzar las creencias (o el ánimo) de “burbujas informativas” determinadas. Se
sirve del desorden informativo presente en la web y del proceso de consumo
noticioso realizado en y mediante redes sociodigitales que apuesta por reforzar
el pensamiento propio (a plan de encabezado y fotografía) en lugar de
complejizarlo. Pues, como bien señala Raúl Trejo, “la gente siempre está
dispuesta a creer las versiones que se ajustan más a sus preferencias.”
Siendo
un fenómeno tan difícil de controlar, y que además ha demostrado ser muy
eficiente para influir en los resultados políticos, lo más seguro es que estará
presente en las sociedades por un buen tiempo más, y que, con el paso de los
años, irá perdiendo efectividad, en la medida en que las personas lo vayan
entendiendo y desenmascarando.
Los
medios de información tenemos un rol transcendental en este escenario, a la vez
que una gran oportunidad. El rol de dar batalla por la calidad periodística en
ya no solo la información que se difunde en estos soportes, sino también como
parte de la sociedad activa presente en redes sociodigitales. Y la oportunidad
de revertir los resultados de una crisis de representación mediática que ha
contribuido a ubicarnos ante este fenómeno. Más que nunca, se hace necesaria la
puesta en práctica de los principios básicos periodísticos en todo tipo de
información, y la complicidad/credibilidad de los medios de información en esta
batalla.
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