Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por:Carla
Espósito Guevara
El
espinoso tema de la injerencia diplomática, saltó nuevamente al
debate político a propósito de la sonada visita del saliente
encargado de negocios del de Estados Unidos en Bolivia, Peeter
Brenan, al expresidente y vocero de la causa marítima, Carlos Mesa.
El
principio de no intervención en los asuntos internos de los países
ha generado innumerables conflictos en la comunidad internacional,
aunque haya sido reconocido en importantes documentos, entre ellos,
el más importante, la carta de las Naciones Unidas, muchos de esos
conflictos se debieron al comportamiento de las Embajadas de Estados
Unidos en los países de acogida.
Existe una dificultad en la definición de este principio, en gran
medida, debido a la amplia gama de actividades a las que puede
referir. No
siempre supone intervención directa o armada,
sino también puede incluir la injerencia por mecanismos
diplomáticos, que actúan siempre de forma más encubierta y
protegida, como parece ser el caso.
Es
verdad que la Convención de Viena de Asuntos Diplomáticos no
previene a los representantes de reunirse con los particulares que
ellos consideren, sin embargo, resulta que Carlos Mesa no es un
particular cualquiera, sino un representante del estado, nada menos
que el vocero de la causa marítima boliviana. Por tanto, lo que
correspondía en este caso, era que Brennan respetara los canales
oficiales para reunirse con él y que Carlos Mesa, a su vez, rindiera
cuentas de esta reunión a la Cancillería, pero ninguno de los dos
actuó en consecuencia, por tanto ambos incurrieron abiertamente en
una falta contra la diplomacia y sus normas.
Otro
es el caso de las reuniones de Brennan con particulares, sobre ellas
existe un claro sesgo en la selección del “pueblo” con el
colaboró. El diplomático no se reunió por ejemplo con Rodolfo
Machaca, ni con Juanita Ancieta, o con Feliciano Vegamonte, sino que
lo hizo con Carlos Mesa, Carlos Valverde, Jorge Quiroga, Rubén
Costas, Doria Medina, es decir, con todos los representantes de la
oposición y no hay casualidad en ello. Ésto, en el contexto de la
larga historia de intervenciones, injerencias y desestabilización de
diferentes gobiernos por la diplomacia estadounidense - Goldberg en
Bolivia el 2008, los casos de Sudan, Siria, Nicaragua, Venezuela
recientemente, solo por citar algunos-, da para sospechar que, lo que
Brennan hizo, no fue sentarse a tomar inocentes tasitas de café con
la oposición, sino que obviamente estaba poniendo en marcha los
intereses de los Estados Unidos en Bolivia ¿Cómo? trabajando
políticamente con la oposición, organizándola, conspirando, y
dándole su apoyo contra el gobierno. Entonces lo que el
representante estadounidense hizo durante los cuatro años que estuvo
en Bolivia puede ser calificado como injerencia diplomática, pues su
objetivo era influir en la política interna del país.
Ahora,
si bien la convención de Viena no establece restricciones a los
representantes para sus reuniones en los países en los que son
acogidos, sin embargo la costumbre
internacional da por supuesto que los representantes diplomáticos no
deben inmiscuirse ni tratar de influir en la política interna del
país receptor. Costumbre que por su puesto, Estados Unidos ignora
sistemáticamente como parte de su política exterior.
Pero
además de lo citado, el accionar del representante estadounidense
merece otra reflexión adicional en relación a lo que Bolivia ha
llamalo la Diplomacia de los Pueblos. En un discurso realizado en
Santa Cruz en la celebración del aniversario de su país y
transcrito por El Deber, el 3 de julio pasado, Brennan literalmente
dijo: “..mi equipo de la Embajada
y yo hemos puesto tanto énfasis en los últimos años para lograr
una
mayor interacción en lo que llamamos diplomacia
“de pueblo a pueblo”,
para alcanzar a todos los sectores de la sociedad boliviana, no solo
al gobierno”
Esta
frase debería hacernos reflexionar sobre el concepto de Diplomacia
de los Pueblos, ¿Lo que Brennan hace es Diplomacia de los Pueblos?
¿No será que estamos dando la coartada perfecta para que
diplomáticos como Brennan puedan hacer libremente tareas de
injerencia bajo el encubrimiento de la Diplomacia de los Pueblos?
¿Hasta dónde podemos hablar de diplomacia de los pueblos y desde
donde de injerencia diplomática? Da para reflexionar.
y Twitter: @escuelanfp
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