Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Este viernes 24 es el Black Friday, es el
día más consumista del año
El
Black Friday o Viernes Negro es una jornada de descuentos en las cadenas y
grandes establecimientos con gran tradición en EEUU. Desde hace unos está
siendo importado a otros países como España, a pesar de representar como ningún
otro día, el modelo de consumo que nos llevó a la crisis: despilfarro acrítico
y enormes impactos sociales y medioambientales.
El 28
de noviembre de 2008 fue un viernes negro teñido de rojo. Ese día, pasada la
festividad de Acción de Gracias, representa en EEUU el inicio del consumo
navideño con una jornada de descuentos y grandes ventas (números negros) en los
grandes establecimientos. Sin embargo, al poco de abrir las puertas de un
Wal-Mart de Arkansas, moría pisoteado un trabajador de la compañía ante la
avalancha de los que se agolpaban en las puertas. Esta noticia viene a resumir
el enorme impacto que el black friday supone para el consumo estadounidense.
En los
últimos años, las grandes cadenas intentan extender el fenómeno a otros países,
y en España algunos sectores ya se frotan las manos. Por ejemplo, la
distribución comercial por internet espera esos días un crecimiento de ventas
de entre el 20% y el 25%. El Corte Inglés y Media Markt extienden el viernes
varios días más, en algo así como un "weekend friday". Y el lunes de
resaca, 1 de diciembre, todavía más con el "Cybermonday", otra
jornada de descuentos online que en EEUU movió el año pasado 1.500 millones de
dolares. Y esto nada más empezar la campaña de consumo navideño.
Pero
este modelo de ofertas, a pesar del explosivo crecimiento, beneficia
básicamente a las grandes compañías, oligopolios del descuento, los horarios
ininterrumpidos y los sueldos precarios. Antes bien, es un modelo de incentivos
de compra a impulsos que desajusta los ciclos del pequeño comercio y zarandea
sus posibilidades de subsistencia.

Algo
más de un cuarto de la población mundial, según el PNUD en 2013, forma parte de
una sociedad de consumo para clases medias que pone a prueba cada día, en
millones de supermercados, tiendas y centros comerciales, el mayor sistema
productivo jamás conocido. Aunque se presenta como eficaz, es un sistema
incapaz de resolver necesidades básicas como la alimentación mundial, con uno
de cada ocho habitantes del planeta sufriendo hambre crónica, mientras un
tercio de los alimentos que se producen cada año terminan en la basura, dice la
FAO.
El
modelo de producción y consumo low cost y la estructura oligopolística de las
grandes multinacionales no sólo ha traído una crisis que castiga la pobreza,
sino que ha puesto en jaque la viabilidad de su propia materia prima: el
planeta Tierra.
Un Día
Sin Compras como respuesta Sin embargo, colectivos sociales de todo el mundo se
unen el viernes negro para celebrar una jornada de propuestas alternativas que
alumbren un nuevo modelo de consumo. El Día Sin Compras reivindica desde hace
años que la solución no es consumir a base de ofertones y descuentos
sorprendentes, sino construir día a día otro modelo de consumo más equitativo y
menos despilfarrador.
La iniciativa,
que surge del publicista canadiense Ted Dave, ha terminado de extenderse a
otros países gracias a la campaña Buy Nothing Day del colectivo Adbusters,
cuartel general del movimiento contrapublicista o culture jammer.
Así,
los objetivos de un día sin compras comienzan por evidenciar los límites de un
modelo de consumo capaz de arrastrarnos hasta esta crisis, pero contínuan,
además, dando a conocer un gran abanico de alternativas que piden paso: las
cooperativas de trabajo, los grupos de consumo autogestionado, el comercio
justo, la banca ética, los bancos de tiempo, los proyectos de consumo
colaborativo horizontal, las monedas sociales, los huertos comunales, los
proyectos de soberanía alimentaria rural... Son alternativas que ponen el
acento en lo local, la cercanía y las personas, pero también son alternativas que
hacen economía. Y hasta números negros.
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