Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Carlos Soria Galvarro
Muchos piensan que no se debe criticar a los muertos porque ellos ya no pueden defenderse. Pues bien, lo que va a leerse a continuación sobre Óscar Motete Zamora Medinacelli fue publicado más de 12 años antes de que falleciera.
“(…) Pese a la declaración expresa de no absolutizar ninguna de las vías, en la práctica el PCB (Partido Comunista de Bolivia) nunca estuvo suficientemente preparado ni preparó a la gente para enfrentamientos armados (...) La suerte de los partidarios declarados de la lucha armada, en la versión china de la guerra popular prolongada, no fue menos deshonrosa. Solo en tiempos del gobierno militar progresista de J.J. Torres, cuando existían amplias libertades democráticas, ocuparon primero un motel de La Paz y luego una hacienda capitalista en Santa Cruz. Su principal dirigente e ideólogo, Óscar Motete Zamora, entonces autoproclamado “Comandante Rolando” (Coco Manto lo rebautizó como “Motelte”) terminó donde sabemos, de testaferro de los partidos de la oligarquía. Alternativamente fue senador del MNR, ministro de Jaime Paz Zamora, candidato vicepresidencial de Bánzer, prefecto cuando éste llegó a la presidencia y después su embajador, en China, naturalmente (...)
(...) Bajo el lema de que “el deber de todo revolucionario es hacer la revolución”, Cuba apoyaba a los grupos y partidos que se manifestaban dispuestos a emprender la lucha armada. No era un secreto para nadie.
(…) Por ello en Bolivia se libra una tenaz lucha por formar parte de la delegación que en enero de 1966 debía asistir, en La Habana, a la Primera Conferencia de los Pueblos de Asia, África y América Latina (Tricontinental).
(...) Óscar Motete Zamora, que en ese tiempo orquestaba el Consejo Democrático del Pueblo (CODEP), consigue llevar a la capital cubana una delegación integrada por miembros del PC-ml (su partido) acompañados por Guillermo Lora del POR, Lidia Gueiler Tejada del PRIN (partido de Lechín) y un representante de la Federación Universitaria local de la Paz, Jorge Lazarte Rojas (sí, el exmiembro de la Corte Nacional Electoral y conocido analista político). Paralelamente, llegó Mario Monje del PCB con una delegación apresuradamente formada con sus allegados del FLIN (...) Los cubanos se vieron en dificultades a la hora de decidir a cuál de las delegaciones reconocer y admitir en la conferencia (…)
(...) Por esas épocas, Óscar Zamora, en su calidad de antiguo funcionario de la Unión Internacional de Estudiantes (UIE), con sede en Praga, al visitar La Habana y entrevistarse con el Che, entonces ministro de Industrias, había asumido el compromiso de estructurar una vanguardia guerrillera, que se alzara en armas al margen del PCB. Antes de retornar a Bolivia, sin embargo, asumió un compromiso similar con los chinos para organizar en el país la guerra popular (...)
Zamora aglutinó a todos los disidentes del PCB con gran diversidad de matices. Los reunió en el “congreso extraordinario” de Siglo XX (abril de 1965) y, sin mostrar todavía sus cartas, hizo aprobar una resolución de neutralidad en el conflicto que sacudía a Moscú y Pekín. Seguía jugando a dos ases. Pero la inteligencia cubana no se iba a dejar sorprender. Su delegación fue bloqueada y no pudo ingresar a la Tricontinental. A Zamora no le quedó más remedio que actuar a partir de entonces como portavoz de las posiciones chinas. El primer paso fue ordenar el alzar de maletas y mandar a la delegación de La Habana directamente a Pekín”.
Hasta aquí fragmentos del artículo que puede leerse en la Revista Barataria Nº 2, marzo-abril de 2005 (también en el sitio web chebolivia.org o en el blog carlossoriag.com).
El libro Memorias necesarias, publicado por Zamora en abril de este año, revela detalles de la reunión de “14 horas seguidas” que sostuvo con el Che a fines de 1964 y otros aspectos interesantes que serán motivo de otro comentario.
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