Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Gerardo Szalkowicz
La principal incógnita que atraviesa la previa de las elecciones chilenas de este domingo es si el magnate Sebastián Piñera logra asegurar su regreso al Palacio de la Moneda en primera vuelta o si se abre un camino menos inexorable rumbo al balotaje. Otro factor significativo a prestar atención será el nivel de abstencionismo, que puede ratificar a Chile como el país con menos participación electoral de la región. El tercer elemento a observar será el debut del Frente Amplio: aunque con escasas chances presidenciales, la novedosa coalición de izquierda buscará hacer pie en el Congreso y afianzarse como posible alternativa al duopolio bipartidista que gobierna el país desde el ocaso del pinochetismo.
Piñera arranca con mucha ventaja no tanto por los recuerdos de su mandato anterior (2010-2014) sino más bien por el desencanto que acumula el gobierno actual. Las rimbombantes promesas con las que había triunfado Michelle Bachelet (reformas educativa, constitucional, laboral, tributaria) quedaron empantanadas o a mitad de camino, y fueron cocinadas sin escuchar la demanda de participación popular. Apenas la aprobación del aborto en tres causales puede anotarse como avance relevante en sus cuatro años de gestión; en general, se ha mantenido intacta la arquitectura institucional heredada de la dictadura.
Otra razón del viento a favor que arrastra Piñera tiene que ver con las tensiones y fracturas al interior de la coalición gobernante –el Partido Demócrata Cristiano va con candidata propia- y la atomización general de la centroizquierda: además del oficialista Alejandro Guillier -quien seguramente dispute el balotaje con Piñera- se presentan Marco Enríquez-Ominami y Alejandro Navarro.
También lleva mucha agua para el molino de Piñera la maquinaria mediática local. Pero quizá el factor cardinal que explica su favoritismo es que la participación electoral en Chile es una de las más bajas del mundo. En la última elección presidencial sólo votó el 41,9% en la segunda vuelta que Bachelet le ganó a Evelyn Matthei. Y en los comicios municipales de 2016 hubo una abstención récord: sólo el 34,6% del padrón asistió a las urnas.
Es evidente el desmoronamiento de la legitimidad democrática chilena y el creciente descreimiento en las instituciones y en los partidos políticos, consecuencia también de los múltiples escándalos de corrupción que han ido salpicando a la clase dirigente y empresarial. Y son los sectores populares, principales perjudicados por el “modelo chileno”, los que mayormente fueron ganados por el hastío y el escepticismo. Un escenario de gran abstención, claro está, suele favorecer a la derecha.
Una bocanada de aire fresco
En este escenario desolador aparece el Frente Amplio, con el desafío de revertir esta apatía electoral y de impulsar el rescate de la política como herramienta de transformación.
Conformado por diversas y heterogéneas organizaciones políticas, varias nacidas al calor de las movilizaciones estudiantiles de 2011, su fuerza aún se muestra limitada, con escasa inserción en el mundo popular. Igualmente contiene en su seno algunas experiencias loables como el Movimiento de Pobladores Ukamau, que presenta a su referente Doris González Lemunao como candidata a diputada (1).
Su aspirante presidencial, la periodista Beatriz Sánchez, había generado buenas expectativas y hace unos meses superaba el 20% de intención de voto peleando el segundo puesto, pero las previsiones fueron cayendo producto de disputas personales a lo interno de la coalición.
Así y todo, la constitución del Frente Amplio significa una bocanada de aire fresco para la vapuleada democracia chilena, y una luz de esperanza si logra una proyección de largo aliento que pueda poner en pie una alternativa real al modelo neoliberal que implantó el pinochetismo.
Modelo neoliberal y pinochetismo que condensa mejor que nadie el empresario Sebastián Piñera, quien alguna vez salió en defensa del dictador en un acto público diciendo: “El senador Pinochet y su familia están viviendo momentos difíciles en Londres. Por eso, merecen toda nuestra solidaridad” (2).
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(1) Ver entrevista a Doris González, candidata a diputada por el Frente Amplio y vocera del Movimiento de Pobladores Ukamau: “Nuestro desafío es lograr que la gente vuelva a creer en la política”
(2) Video de Sebastián Piñera defendiendo a Pinochet
(*) Periodista. Editor de Nodal. Colabora en diversos medios como Tiempo Argentino, TeleSUR, Rebelión, ALAI y otros. Conduce el programa radial “Al sur del Río Bravo” por Radionauta FM. Coordinador, junto a Pablo Solana, del libro “América Latina. Huellas y retos del ciclo progresista”.
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