Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Roberto Choque
La
continuidad de la historia de los líderes indígenas en Bolivia se
puede construir de esta manera: en 1781 Túpak Katari se enfrentó a
los españoles en La Paz por cerca de 175 días. En el oriente, entre
1799 y 1814, el gran capitán Cumbay continuó la lucha indígena
hasta las acciones de la guerrilla lideradas por Manuel Ascencio
Padilla y Juana Azurduy.
En
la época de la República, en 1871, la resistencia indígena se
reanudó con Luciano Willka, logrando el derrocamiento de Mariano
Melgarejo. En el oriente boliviano, en 1892, la lucha de los
indígenas de tierras bajas, encabezada por Apiaguaiqui Tumpa,
continuó hasta la batalla de Kuruyuki. En esa misma etapa, entre
1898 y 1903, Pablo Zárate Willka lideró el movimiento indígena
aymara.
Indudablemente,
las luchas indígenas después de la muerte de Zárate Willka —a
principios del siglo XX— fueron creciendo con la lucha legal de los
caciques apoderados. En esa etapa destacó Santos Marka T’ula
quien, como cacique apoderado, buscó la reivindicación de las
tierras de origen hasta recuperar la base jurídica de la comunidad
indígena con la, por entonces, nueva Constitución Política del
Estado, en 1938. Sin embargo, estos levantamientos indígenas se
prolongaron hasta las postrimerías de 1952.
Son
varios los momentos y diversos los escenarios en los cuales se
desarrolló la lucha emprendida por Zárate Willka, líder de varias
comunidades del altiplano y de los valles bolivianos durante la
Guerra Civil de 1898-1899. Por ello, el estudio de su biografía y
liderazgo es una parte importante dentro del proceso de recuperación
de la identidad ideológica de los movimientos y de los líderes
indígenas de Bolivia; además, brinda una posibilidad de
acercamiento a la figura de un líder cuya actuación representa un
hito en la historia del país.
Con
el libro Pablo Zárate Willka y la rebelión indígena se busca
recordar las masacres acaecidas durante el gobierno de Melgarejo, así
como la lucha indígena contra la Ley de Exvinculación de 1874,
antecedentes inmediatos de la participación indígena en la llamada
Guerra Civil o Revolución Federal de 1898-1899, y durante todo el
proceso social y político comprendido entre 1898 y 1903.
La
Revolución Federal, iniciada el 12 de diciembre de 1898 en La Paz,
requería personas y armas para enfrentar al gobierno de Severo
Fernández Alonso, perteneciente al Partido Constitucional (o
Conservador). Para ello, el Partido Liberal, encabezado por José
Manuel Pando, creó en La Paz una Junta de Gobierno Federal que debió
conseguir armas y municiones, así como movilizar gente. Por eso,
desde un principio, dio órdenes para que los indígenas del
altiplano se unieran a la causa liberal y se levantaran en armas
contra el enemigo, que venía de Sucre a La Paz.
Como
estrategia política, los revolucionarios de La Paz propusieron el
federalismo, una aspiración que tenía ya varios años. Esta
propuesta separó al país entre norte y sur, y afectó al mismo
Partido Constitucional, que se dividió entre federalistas y
unitarios.
La
marcha hacia La Paz, encabezada por el propio presidente con el
propósito de sofocar la rebelión que se había producido contra su
Gobierno, no pudo imaginar la estrategia de lucha adoptada por los
revolucionarios federalistas que resultaría en una guerra civil que
duró casi cuatro meses: del 12 de diciembre de 1898 al 10 de abril
de 1899.
Los
liberales recurrieron a las masas indígenas para asegurar su
victoria contra Fernández Alonso. Luis F. Jemio estaba a cargo de
las avanzadas federalistas y fue él quien solicitó la cooperación
indígena para hostilizar al ejército unitario. Jemio desplegó todo
lo necesario para organizar las fuerzas irregulares de las indiadas,
para que así contribuyesen al éxito de la revolución. Así, los
líderes indígenas Pablo Zárate Willka, Feliciano Willka, Manuel
Mita Willka, Juan Lero y Lorenzo Ramírez, entre otros, se
involucraron en la guerra federal.
Además,
la Junta de Gobierno Federal solicitó a las subprefecturas de la
región el pago adelantado de la contribución indigenal, con el fin
de financiar la revuelta. En suma, la gente indígena fue obligada a
pagar su tributo anticipadamente y empujada a concurrir en forma
masiva al teatro de las acciones contra las fuerzas armadas de
Fernández Alonso, presidente de la República.
Después
del enfrentamiento de las huestes de Willka con el escuadrón de
Alonso, Pando comenzó a preocuparse por la autonomía de los
indígenas para organizarse militarmente. Temía que éstos
continuaran la lucha por motivos particulares y se sublevaran. Por
eso, para la batalla del Segundo Crucero, en abril de 1899, Pando
dejó de confiar en Zárate Willka, aunque se benefició de las
fuerzas lideradas por el caudillo aymara, las cuales colaboraron a la
definitiva victoria federal.
Lo
cierto es que, en el teatro de la guerra civil, las fuerzas indígenas
fueron alejándose de la causa federalista y tornaron su lucha más
autónoma. Ya no importaba ser parte de la pugna regionalista entre
Pando y Fernández Alonso, sino luchar inquebrantablemente contra la
opresión y por la reivindicación iniciada ya durante la época de
Mariano Melgarejo.
Historiador
y Twitter: @escuelanfp
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