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El fascismo está actuando en Santa Cruz, el gobierno debe investigar

Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...

Marcelo Quiroga Santa Cruz 36 años de desaparecido ¿Dónde están sus restos?


Por: Eduardo Pardo

Marcelo Quiroga es un hecho políticamente trascendente que alcanza el ámbito histórico, pese a su muerte constituye una realidad ideológica y política. La memoria de Marcelo debe ser considerada como un lugar y un instrumento para conectar el pasado y el presente de la lucha por la liberación nacional y el socialismo en Bolivia.

La Unidad Superior de la Izquierda como dirección superior de las masas y un acuerdo programático antioligárquico y antimperialista, fueron aspectos sustantivos en el pensamiento y la acción de Marcelo Quiroga.

En los años posteriores a la revolución nacional de 1952, entre 1958-59 incursionó en la reflexión política con una postura crítica a la conducción de la insurrección de abril.

En 1966 fue elegido diputado independiente y demandó un Juicio de Responsabilidades al General Barrientos, Presidente de la República en ejercicio, por la enajenación de la soberanía nacional, al someter al país a las acciones de la Central de Inteligencia del gobierno de los Estados Unidos (CIA), donde su propio Ministro de Gobierno era un agente de la CIA. Esta audacia política le costó a Quiroga su desafuero parlamentario, fue apresado en el Palacio de Justicia donde se presentó voluntariamente a declarar respecto a las acusaciones que se le formulaban y residenciado en Alto Madidi, posteriormente puesto en prisión en la cárcel de San Pedro en la ciudad de La Paz, donde permaneció hasta la muerte del Presidente Barrientos.

En 1969 participó en el gobierno del Gral. Ovando como Ministro de Minas y Petróleo, nacionalizando la “Gulf Oil Company” (empresa petrolera norteamericana), recuperando para el patrimonio nacional el petróleo y el gas. Esta experiencia estatal, después frustrada, marco definitivamente a Quiroga Santa Cruz, pues habrá de modificar definitivamente su visión sobre el nacionalismo revolucionario.

Sentenció: “Ya experimentamos que nacionalización como estatización pero sin democratización del poder en la dirección de la economía, no es suficiente”.
Marcelo fue uno de los líderes que más desarrolló en la conciencia popular la trascendencia de la soberanía económica y política sobre los recursos naturales, tenía la visión clara que sin esa soberanía era imposible pensar el desarrollo económico y social de Bolivia, y por lo tanto la propia viabilidad histórica del país.

Durante los años posteriores, desarrolló esfuerzos en el intento de construir una alternativa unitaria de una nueva izquierda, fundando en 1971 el Partido Socialista, en crítica a la izquierda nacionalista y a la izquierda marxista dogmática, intentó construir una nueva dimensión para el socialismo en Bolivia, fundada en la realidad económica y social del país. En la fundación del nuevo partido afirmaba que el destino histórico de Bolivia era el socialismo, que Bolivia debía ser socialista o no podría ser más país.

A los pocos meses de fundado el Partido Socialista se produjo el golpe de Estado del entonces coronel Banzer en el marco de los golpes militares propiciados por Estados Unidos bajo la Doctrina de la Seguridad Nacional y por amenazas concretas a su vida tuvo que buscar el camino del exilio, primero en Chile, después en la Argentina donde eludió un intento de asesinato de la extrema derecha, terminando de refugiarse en México donde se dedicó a la cátedra universitaria en economía política y escribiendo artículos sobre la problemática económica, social y política de América latina, participó como invitado especial en eventos internacionales sobre la importancia estratégica de los recursos naturales para los países de América latina y la crítica de la economía política ortodoxa,  permaneció en México hasta finales de 1977 cuando regresó clandestinamente al país para retomar sus responsabilidades políticas y la dirección del Partido Socialista.

Participó activamente en la lucha política por la recuperación de la democracia, aunque considerando que la democratización de las formalidades de dominación burguesa no era un fin en sí mismo sino un medio para avanzar en el camino de la liberación nacional y el socialismo. Cuestionaba la institucionalización democrático-burguesa “como un cambio para que nada cambie” bajo la concepción de las “democracias viables” de la administración Carter y la socialdemocracia europea, en ese marco planteó la unidad de las fuerzas de izquierda en base a un vigoroso programa antioligárquico y antimperialista.

Participó con su Partido, el PS-1, en las tres elecciones entre 1978 – 1980, alcanzando en la última elección un crecimiento extraordinario, obtuvo un ascenso político importante en los centros mineros, en áreas rurales, zonas populares de las ciudades y una enorme influencia en la juventud universitaria, era sin duda el líder político de mayores perspectivas.

En 1979 elegido Diputado Nacional demandó un Juicio de Responsabilidades contra el ex-Presidente Banzer, sentó en el banquillo del acusado no solo al ex-dictador, sino a un sistema de poder y a una clase social, la burguesía, denunció las violaciones a la libertades individuales y colectivas, a los derechos humanos, el saqueo de Bolivia con las políticas antinacionales y entreguistas del régimen; develó las causas de la pobreza, el atraso y la dependencia de Bolivia, desnudó al sistema de poder de Banzer fundado en el saqueo del país, en la corrupción, en el prebendalismo de la gestión pública.

El juicio también tenía por objeto la orientación y el esclarecimiento en la conciencia de las masas, de la significación de la dictadura y de su sistema de dominación y explotación.
La valentía y pasión con la que denunció los siete años de la dictadura Banzerista, al final terminarían cobrándole la vida misma.

El golpe militar del 17 de julio de 1980 dirigido por el Coronel Arce Gómez y el General García Meza, tuvo como uno de sus objetivos principales el asesinato del líder socialista MARCELO QUIROGA SANTA CRUZ, acallaron cobardemente la voz de un hombre que vivió, luchó y murió por la causa justa de los desposeídos, de los explotados, de los humildes, fue asesinado porque luchaba por una sociedad con justicia social y una patria digna, libre y soberana. Los asesinos de Marcelo Quiroga Santa Cruz después de herirlo de muerte en el asalto a la Central Obrera Boliviana, lo trasladaron al Estado Mayor del Ejército donde fue salvajemente torturado hasta la muerte, para luego desaparecer los restos del líder socialista.

La democracia y el actual proceso político boliviano tienen una deuda con Marcelo y es que los altos mandos militares y los poderes políticos deberían mostrar una voluntad clara y sincera para una investigación que permita encontrar los restos del líder socialista.
 
¡Marcelo vive,… la lucha sigue!
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