Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Claudia Peña
Una mujer gorda en ropa interior, bamboleándose mientras envuelven con yeso su vientre. A lo largo de la película, tendremos tiempo para mirar el cuerpo de esta mujer, que no disimulará ningún detalle del sobrepeso. Al final, amaremos su rostro, su panza, su estilo porque, en medio de este juego de imágenes que es el cine, la directora nos lleva más allá de la estética hegemónica y de la vergüenza para, ya liberados, divertirnos.
Estrenada con más que buenas críticas en el Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (Bafici), Las malcogidas es la primera película que dirige en solitario Denisse Arancibia, con experiencia en teatro como actriz, directora y dramaturga. El proyecto tardó siete años en salir al público, pero entretanto ganó el Bolivia Lab 2010, el foro de coproducción del Festival de Cine de San Sebastián, una beca al mercado de Cannes Marché Du Filme, entre otros.
Pero ¿por qué esta película es diferente? Por muchas cosas. La primera y tal vez la más importante para nuestra tradición en general: nada de lamentos. Por ejemplo un travesti es golpeado al salir del bar gay, y en su rostro no vemos autocompasión, sino la determinación de seguir. Gracias por la dignidad, Denisse.
La segunda, el abordaje de la sexualidad. ¿Alguna vez tu abuelita habló de sus orgasmos? ¿Viste porno con ella? Pues acá sucede, y te la crees. Vemos a la pareja heterosexual de bellos, compañeros sexuales perfectos, pero no les alcanza. Somos testigos de un dulce sueño en el baño de un boliche, donde varias parejas nos muestran las posibilidades del placer, sin asco ni porno.
En medio de los colores y del aire de fiesta, subrayo la música, que es una con los personajes y al final también con quien está frente a la pantalla. La belleza de la foto, la capacidad de hacernos reír y dejarnos pensando, también se agradece, y mucho.
Sobre cómo se muestra el cuerpo femenino, gracias totales Denisse por no seguir la tradición barata de cosificarnos. Entre que te muestras entera y asumes hasta el final el tratamiento de los temas, abres las ventanas y nos entra un aire fresco y renovado. Pero sobre todo, Denisse, gracias por el coraje para decirte a ti misma, y en ese afán, decirnos a todas, mientras la pasamos bien.
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