Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por el
número creciente de casos, las noticias sobre mujeres bolivianas víctimas de
trata con fines de explotación sexual han dejado de causar sorpresa; lo que
debería provocar alarma entre propios y extraños, pues significa que este
aberrante delito no solo aumenta con los años, sino que además amenaza con
“normalizarse” en la opinión pública.
El
último hecho de este tipo salió a la luz el sábado anterior, luego de que dos
jóvenes bolivianas fueran rescatadas de un local nocturno de la ciudad de
Ilave, en Puno, donde eran obligadas a prostituirse y a tomar cerveza con los
clientes, según declararon a las autoridades policiales de Perú. Una mujer de
36 años y un varón de 43 fueron detenidos por este hecho.
Ambas
muchachas, de 19 y 21 años, viajaron al vecino país atraídas por la falsa
promesa de un trabajo bien remunerado. Sin embargo, ya lejos de sus familiares
y de su entorno, las promesas se convirtieron en pesadillas, con agresiones y
amedrentamientos de por medio para doblegar su voluntad y así evitar cualquier
intento de fuga. Por la misma razón tampoco las dejaban salir a la calle sin
compañía y habían retenido sus documentos.
No
sobra recordar que en varias ciudades fronterizas de Bolivia y Perú la trata de
personas con fines de explotación sexual es algo corriente, junto a la explotación
infantil, todo ello impulsado por la minería ilegal, especialmente de oro. Por
ejemplo, según consigna un informe de la Defensoría del Pueblo publicado en
agosto de 2015, en los municipios paceños de Mapiri, Teoponte y Suches, donde
se han asentado miles de cooperativistas en busca del precioso metal, existen
lenocinios que explotan sexualmente a adolescentes provenientes principalmente
de Beni, que llegan hasta aquellos lugares bajo engaños como ocurrió con las
dos bolivianas rescatadas en Puno.
E incluso
en esta cadena de trata y tráfico de personas participan agencias de empleo que
engañan a las adolescentes de escasos recursos ofreciéndoles oportunidades
laborales que terminan convirtiéndose en experiencias de terror. Consultados al
respecto, el Director de la FELCC de La Paz confirmó a La Razón que tienen
información sobre la existencia de lenocinios en centros auríferos en la
frontera, donde las mujeres bolivianas estarían siendo explotadas sexualmente.
A pesar
de estos antecedentes, las autoridades no han logrado poner un alto a este
aberrante delito, íntimamente ligado a la minería informal en las zonas
fronterizas, una actividad que, dicho sea de paso, no tributa y destruye la
naturaleza, amén de promover la explotación infantil, la trata de personas y el
contrabando. De allí la importancia de asumir la lucha contra ambos delitos
como una política de Estado que trascienda a los gobiernos de turno, los
intereses particulares y la politiquería.
Publicado
en la editorial del periódico La Razón
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