Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por:
Ruth Delgado
Comienza la época de calor y con ella los
recuerdos de titulares de enero del año pasado como “Ola de calor rompe récord
histórico en cinco ciudades de Bolivia” o “Sube la temperatura por falta de
árboles urbanos”. En ciudades como Santa Cruz, el termómetro marcó un máximo de
39 °C y la sensación térmica llegó a más de 41 °C.
Estas altas temperaturas habrían sido
causadas por el calentamiento global pero también, por la pérdida de árboles,
los cuales contribuyen a mitigar los efectos del cambio climático. Tales
reportes cobran mayor importancia considerando que, según el último censo, más
del 67% de la población de Bolivia vive en el área urbana.
Al mismo tiempo, el 1 de octubre se
celebró el Día del Árbol, conmemoración que nos recuerda sus múltiples
beneficios ambientales y socioeconómicos. Por ejemplo, ayudan a mejorar la calidad
del aire en las ciudades, pues son filtros del polvo y de la contaminación. Los
bosques urbanos regulan el flujo del agua, siendo claves para crear y mantener
la humedad en ambientes secos, así como para la prevención de inundaciones y,
por tanto, de pérdidas económicas y humanas.
Los árboles también proporcionan alimento
y cobijo a diferentes tipos de aves, las cuales mejoran la salud física y
mental de los habitantes. Además, según la Organización de las Naciones Unidas
para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el mantener o incluir árboles en
las áreas urbanas puede aumentar el valor de una propiedad entre un 20% y un
50%.
Asimismo, los árboles enfrían el aire
entre 2 y 8 °C, contribuyendo a controlar el efecto conocido como “isla de
calor urbana”, por el cual ciertas áreas urbanas tienen temperaturas más
elevadas, especialmente durante la noche. Entre los principales factores para
este fenómeno está la mayor concentración de edificaciones de cemento y vías
asfaltadas que atrapan el calor. Lo que no sucede en áreas con mayor
vegetación; de ahí la importancia de los árboles para regular la temperatura en
el área urbana.
Nuestras ciudades crecen y con ello
también crece la necesidad de mantener áreas verdes. Los bosques urbanos, los
parques con arboledas, los árboles en jardines y aceras son todos necesarios
para mejorar la calidad de vida en las ciudades. Todos podemos colaborar a que
el patrimonio verde de nuestras urbes se mantenga y aumente. Podemos unirnos a
uno de los varios grupos ciudadanos que se han propuesto plantar nuevos árboles
y cuidar los ya existentes; o podemos simplemente cuidar del árbol que tengamos
más cerca de casa o en el trabajo. Podemos hacer la diferencia y disfrutar de
la compañía de nuestros silenciosos habitantes de las ciudades, los árboles.
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