Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Ava Gómez, Aníbal García Fernández
Con la
implementación del Plan Colombia y la Iniciativa Mérida en México, el flujo de
armamento, equipo militar y software de inteligencia aumentaron como nunca
antes en ambos países. Detrás de la seguridad, pacificación y lucha contra el
narcotráfico, se encuentra el negocio millonario del suministro de armamento
que les cuesta vidas y recursos a ambos países. Tanto México como Colombia han
destinado enormes cantidades de su presupuesto para la compra de tecnología y
equipo militar que no sólo han servido para combatir el narcotráfico, sino
también para hacer un minucioso seguimiento a defensores de derechos humanos y
miembros de movimientos sociales. Específicamente en México, la cercanía con
Estados Unidos implica, entre otras cosas, el flujo constate y creciente de
armas y equipo militar al gobierno desde hace más de una década, pero, además,
el flujo ilegal de armas al narcotráfico, el cual tiene a los mismos
proveedores.
Colombia, el negocio de la seguridad
La
implementación del Plan Colombia entre finales de los años 90 y principios del
2000, se terminó de articular con el ascenso al poder de Álvaro Uribe, quien
gobernó el país -desde el año 2002- bajo el marco discursivo de la “seguridad”,
por medio del cual se configuró un Ejecutivo “de mano dura” con el “terrorismo”. El terrorismo se identificaba
no únicamente con los actores del conflicto armado (guerrillas, paramilitares,
narcotráfico), sino que también incluía a los “terroristas vestidos de civil”,
es decir, periodistas, integrantes de ONG defensoras de los derechos humanos y
sindicalistas que fueran críticos con su gobierno. La lucha contra la
insurgencia fue ejecutada por medio de un importante incremento en el gasto
militar. En 1990 éste se ubicaba en 2,2% en relación al PIB, con el inicio del
Plan Colombia el presupuesto dobló su proporción, en el 2000 fue de 4,4% y en 2008 alcanzó su mayor nivel con 5,7% del PIB.
Según
Privacy Internationa l[1], en la actualidad se destinan fondos, material y
capacitación estadounidenses a unidades de élite de los servicios de
inteligencia colombianos. Aunque la legislación colombiana concede prioridad a
los artículos de seguridad y defensa nacional producidos en Colombia por
fabricantes locales, el TLC entre Estados Unidos y Colombia de 2006, da
libertad para tratar a las empresas estadounidenses como empresas locales,
cuando participan en concursos públicos. Israel también es un importante
proveedor militar. La empresa israelí-estadounidense Verint Systems suministró
infraestructura de interceptación decisiva, utilizada por el DAS, la DIPOL y la
DIJIN desde 2005. Verint Systems Ltd., es el socio israelí de Verint Systems
Inc, radicada en Estados Unidos[2].
La base
de datos del Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI)[3] señala
que el tipo de armamento que más se importó de Israel y EE.UU a Colombia (entre
2001 y 2016) fueron bombas guiadas, misiles Python, aviones Kfir, carros
blindados Sand Cat, aviones Hércules, helicópteros, tanques y sistemas de
geolocalización. En 2016 las importaciones alcanzaron $73,169 millones de
dólares, un dato que subió en 2014 hasta $119,2 millones y, en 2015, fue de
$71,1 millones[4]. El enorme presupuesto para la defensa en Colombia tiene
también implicaciones regionales por las tensiones entre Colombia y Venezuela,
en particular durante el gobierno de Álvaro Uribe[5].
Por
otra parte, los productos de vigilancia adquiridos por los organismos
colombianos en el sector privado, son para interceptación de redes e
interceptación táctica. El gobierno colombiano compra las sondas de red y los
centros de monitoreo necesarios para los programas de interceptación de redes a
grandes vendedores internacionales. Lo hace por medio de empresas colombianas
que tienen acuerdos de exclusividad para distribuir los productos de
determinados vendedores internacionales (o que los representan) en contratos directos
con los clientes gubernamentales. De las mencionadas asociaciones figuran las
de: Verint Systems y la Compañía Comercial Curazao de Colombia (La Curacao); la
empresa estadounidense DreamHammer y su representante en Colombia, Emerging
Technologies Corporation; la empresa británica Smith Myers Communications y su
representante STAR desde 2010, la empresa estadounidense Harris y la canadiense
Allen-Vanguard con la empresa representante de ambas Eagle Commercial SA. Es
común que empresas colombianas ‘tomen prestado’ material de los proveedores
internacionales para hacer demostraciones de productos a los posibles clientes
gubernamentales. Otra opción es presentarse a las licitaciones por medio de
representaciones de empresas extranjeras, formando una unión temporal para
poder cumplir mejor los requisitos técnicos de la licitación. Estas uniones
suelen disolverse al final del contrato[6].
Tráfico
de productos de inteligencia a organismos colombianos
Fuente:
Privacy International (2015)
México
y el tráfico (i)legal de armas
Desde
que el gobierno mexicano declaró la guerra al narcotráfico el negocio de las
armas incrementó de una forma inusitada. Los principales vendedores de armas al
gobierno mexicano son Sig Sauer y Heckler and Koch (Alemania); Colt Defense,
Glock, US Ordenance Inc., Trijicon Inc. (EU). El tráfico de armas es uno de los
principales problemas para México, pues se ubica ya entre los primeros países
con los índices más elevados de homicidios con armas de fuego, superando incluso
a Estados Unidos. A este tráfico de armas se suma también el suministro de
tecnología de inteligencia que realizan empresas estadounidenses e israelís,
las cuales no sólo han servido para combatir el narcotráfico, también para
investigar a defensores de derechos humanos, líderes sociales, periodistas y
miembros de movimientos sociales[7].
Según
SIPRI, México incrementó sus importaciones de armamento en un 180%, entre 2012
y 2016, y es ya el segundo importador de armas de toda América Latina, sólo por
detrás de Venezuela. En tanto, Brasil, Chile y Colombia redujeron su gasto[8].
Entre
2015 y 2016, los acuerdos firmados entre el gobierno mexicano y los fabricantes
de armas en EE.UU sumaron alrededor de 276 millones de dólares. Estos se suman
a otros acuerdos con empresas privadas de EE.UU que brindan servicios de
defensa por más de 560 millones, los cuales incluyen helicópteros, aviones y
equipo para militares y policías que aplican tácticas de contrainsurgencia[9].
Se
estima que cada año cruzan en promedio 253 mil armas por la frontera entre
México y Estados Unidos. La gran mayoría de las armas provienen de los estados
del sur de EE.UU. Alrededor del 70% de las armas incautadas por autoridades
mexicanas son después trianguladas por la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de
Fuego (ATF) de EE.UU. Se sabe que el 39% provienen de Texas, el 20% de
California, el 10% de Arizona y el resto
de otros estados[10]. Muchas de las armas incautadas son rifles semiautomáticos
como el AR-15 y el AK-47, armas que usan los cárteles de la droga en México.
También hay armas de otros países en México, pero es difícil saber si entraron
directamente o si entraron vía Estados Unidos para ser enviadas al mercado
negro mexicano. Hay armas de manufactura china, alemana, italiana, belga,
rumana, japonesa, española y austriaca. De hecho, las armas usadas en la
masacre de Tlatlaya, Estado de México[11], y contra los estudiantes de
Ayotzinapa [12] eran de la empresa alemana Heckler and Koch, las cuales
entraron de forma ilegal[13].
No son
sólo las armas alemanas, sino sobre todo las que provienen de Estados Unidos
las que han sido usadas en las masacres realizadas en México pues, en el
conflicto que vive actualmente el país, las empresas armamentistas venden tanto
al gobierno mexicano, como a los cárteles de la droga en el mercado negro. Esto
es así debido a que las leyes en Estados Unidos permiten comprar armas a
cualquier ciudadano sin restricciones legales y el narcotráfico mexicano está
aprovechando las leyes estadounidenses para comprar armas y usarlas en
territorio mexicano. Por otro lado, la corrupción del gobierno mexicano y la
opacidad con la que manejan las aduanas y la falta de control territorial
permiten que las armas entren ilegalmente al país.
Debido
a filtraciones realizadas por Wikileaks se supo del programa ‘Rápido y Furioso’
de la ATF, en el cual se introdujeron más de 2 mil armas a México y se les
siguió el rastro para saber qué sucedía con éstas[14]. Dichas armas estuvieron
presentes en las masacres de Tlatlaya, Estado de México, en Sinaloa, Sonora,
Chihuahua y Michoacán[15]. Las empresas de armas son las grandes ganadoras de
la violencia en México, armando a ambos bandos en el conflicto. Y, aunque el
gobierno estadounidense se ha comprometido a restringir el flujo de armas para
México, lo cierto es que las armas siguen fluyendo y, en el caso de los
cárteles de la droga, han encontrado una nueva forma para enviar armas,
introduciéndolas como partes, pues no hay una ley en EEUU que prohíba la
compra-venta de partes de armas, incluso, no están obligados a rastrear las
partes de armas con un número de serie[16].
México
y Colombia son los países que en los últimos diez años han recibido más
asistencia para el desarrollo y militar de EEUU. Ambos países cuentan con un
tratado de libre comercio con EEUU y, desde hace más de diez años, se enfrentan
a los distintos retos que implica el narcotráfico, la ruptura del tejido
social, además de la opacidad constante en cuanto al presupuesto ejercido por
compra de armamento y equipo militar. El negocio de la guerra ha beneficiado a
las empresas encargadas de suministrar armamento, equipo militar y tecnología
de inteligencia que no sólo sirve para combatir el narcotráfico, sino también
para vigilar y hostigar a líderes sociales, defensores de derechos humanos y
miembros de organizaciones en defensa del territorio, pues militariza la vida
cotidiana. Desde 2016 y lo que va del 2017 se contabilizan en Colombia más de
186 asesinatos contra defensores de derechos humanos, líderes sociales y
dirigentes comunales[17]. En México el asesinato de periodistas, líderes
sociales y defensores de derechos humanos no cesa. La guerra contra las drogas
sigue siendo el argumento “legal” para que el gobierno estadounidense y el
complejo industrial-militar sigan exportando armamento y preparando el terreno
para futuras inversiones de capital a costa de vidas humanas.
Notas
[1]
https://www.privacyinternational.org/sites/default/files/DemandSupply_Espanol.pdf
[2] http://www.celag.org/lo-dejo-seguridad-la-visita-netanyahu/
[3]
http://armstrade.sipri.org/armstrade/page/trade_register.php
[4]
http://www.portafolio.co/negocios/millonario-negocio-de-armas-en-colombia-502620
[5]
https://www.elespectador.com/impreso/nacional/articuloimpreso191471-seguridad-nacional-bajo-reserva
[6]
https://www.privacyinternational.org/sites/default/files/DemandSupply_Espanol.pdf
[7]
https://www.nytimes.com/es/2017/06/19/mexico-pegasus-nso-group-espionaje/
[8]
https://elpais.com/internacional/2017/02/17/actualidad/1487350243_550013.html
[9]
http://www.latimes.com/opinion/op-ed/la-oe-kinosian-weigend-guns-mexico-20170302-story.html
[10]
http://www.urosario.edu.co/urosario_files/53/53893403-66d0-430e-90c5-47ce43c7f4ea.pdf
[11]
http://www.huffingtonpost.com.mx/2017/08/16/para-entender-el-caso-tlatlaya_a_23079731/
[12]
http://www.proceso.com.mx/390345/se-utilizaron-armas-alemanas-en-ataque-a-normalistas
[13]http://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/02/160205_mexico_como_armas_alema...
[14]
https://www.publicintegrity.org/national-security/homeland-security/fast-and-furious
[15]
http://riodoce.mx/sincategoria/las-94-armas-de-rapido-y-furioso-recuperadas-en-mexico
[16]http://www.animalpolitico.com/2016/01/pieza-por-pieza-la-nueva-manera-de...
[17]https://www.telesurtv.net/news/186-asesinatos-de-lideres-sociales-desde-...
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