Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por:
Jorge Albarracín
A escala mundial y regional, se han
generado, en los últimos años, una serie de cambios importantes, tanto
económicos y políticos como sociales, culturales, institucionales y
ambientales, que están configurando un nuevo escenario en las relaciones
urbano-rurales. Para entender y participar en el marco de estas nuevas
relaciones están surgiendo diversas interpretaciones y acciones como seguir
mecánicamente los procesos de urbanización o plantearse una nueva reflexión y
construcción de enfoques, marcos teóricos y conceptuales que permitan entender
y explicar desde un punto de vista práctico y teórico estos cambios y fenómenos
que están generando verdaderas revoluciones en las relaciones urbano-rurales en
los hábitos alimentarios y en el rol que juega cada región en este proceso
acelerado de urbanización que se da en todo el planeta.
El dato acerca de que para 2050 entre el
75% y el 80% de la población mundial vivirá en las ciudades ha despertado un
frenesí y la búsqueda de la formulación de políticas urbanas y presupuestos que
estén destinados principalmente a los centros urbanos. Esto muestra, por un
lado, un error grave, tanto desde la perspectiva sistémica como la ambiental.
En el IV Foro Internacional Andino Amazónico de Desarrollo Rural, a realizarse
el 18 y 19 de octubre en La Paz, se pondrá en debate esta premisa y no es
casual que en la primera de cuatro mesas de este evento internacional se hable
primero de lo rural y luego de lo urbano, debido a las siguientes
consideraciones: desde un punto de vista sistémico no se puede privilegiar tan
solo lo urbano, ya que existen relaciones sistémicas y ecológicas entre el área
rural y urbana. La calidad y sanidad de los alimentos que entran al sistema
urbano dependen de las salidas y la demanda que generan las ciudades. Si las
ciudades emiten desechos y contaminan las aguas y suelos de las zonas
productoras de alimentos, los alimentos que les llegarán a los consumidores
urbanos estarán obviamente contaminados, lo cual generará en el corto y mediano
plazo problemas de salud en al área urbana y esto representará mayores gastos
en los sistemas de salud del Estado, además de una población activa y en edad
de trabajar que estará más tiempo en los hospitales que en su trabajo. Los
municipios que se encuentran enfrascados en la mirada clásica urbanística,
donde para ellos el tema ambiental es tener áreas verdes, no están considerando
el efecto e impacto del crecimiento urbano en los sistemas y zonas de
producción de alimentos.
Con relación al tema ambiental, es
importante tener en cuenta que para los gobiernos municipales no está tan claro
como se supone que las ciudades sean los sistemas más frágiles desde el punto de
vista ecológico, ambiental, energético y de seguridad alimentaria. Las ciudades
generan cada vez mayor cantidad de basura per cápita y la población o
comunidades cercanas a los rellenos sanitarios no quieren tener uno cerca de
sus viviendas por aspectos de salud. En términos energéticos, las ciudades
consumen y requieren cada vez más, una gran cantidad de energía para mantener
su estilo de vida y de desarrollo, lo cual las hace poco sostenibles y menos
viables en el tiempo. Pero en Bolivia no se discute una estrategia acerca de
cómo hacer que nuestras urbes no sigan en esta lógica y más bien pasen a
estructuras más sostenibles.
La seguridad alimentaria no solo se
refiere a la sanidad, sino a los problemas de calidad de los alimentos, ya que
ahora el debate no es únicamente el cómo resolver los problemas de
desnutrición, sino cómo controlar los problemas de obesidad que se están dando
mayormente en las metrópolis debido al acceso a la comida chatarra. Esto último
debido principalmente a los cambios de hábitos alimentarios, los cuales a
través de un círculo vicioso del mercado están determinando que la industria de
los agronegocios construya una demanda a través del marketing en favor de los
alimentos producidos por las transnacionales.
Finalmente, esta mesa pretende discutir y
poner en el debate las nuevas corrientes que pretenden explicar la lógica y el
contexto en el cual se están conformando estos escenarios, que van desde lo
local hasta lo global. Estos procesos implican en su interior la organización, reorganización
y cambios estructurales de los territorios, que abarcan aspectos tanto
económicos como políticos, productivos, sociales y geopolíticos y demandan la
formulación de políticas públicas (nacionales, departamentales y municipales)
que respondan a estos cambios y nuevos escenarios en las relaciones
urbano-rurales.
Jorge Albarracín, coordinador del
doctorado en Ciencias del Desarrollo Rural, CIDES-UMSA.
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