Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Edmundo Juan Nogales Arancibia
El año 2003 los movimientos sociales demostraron una gran fuerza expulsando con su movilización al entonces presidente de Bolivia Gonzalo Sánchez de Lozada. Tiempo después, fue este mismo movimiento que exigió se adelanten elecciones y renuncie Carlos Mesa (vicepresidente de Sánchez de Lozada, que había asumido la presidencia por sucesión constitucional). Ese era el precio que pagaría Mesa por no llevar adelante el proceso de nacionalización de los hidrocarburos, tal como el pueblo había demandado en el referéndum sobre el gas del año 2004. Luego de la renuncia de Mesa, a mediados de 2005, con el pedido de adelantar elecciones este bloque social revolucionario evitó, nuevamente con la movilización y presión en las calles y caminos, que asumiera la presidencia por sucesión constitucional Hormando Vaca Diez (presidente del senado) y Mario Cossio (presidente de la cámara de diputados), quienes representaban a los empresarios y sectores de derecha, interesados en mantener el control del poder político.
Ese proceso que inició con la lucha contra el neoliberalismo logró articular a varios sectores en un solo bloque: trabajadores que sufrieron el ataque a sus derechos laborales y sindicales; el movimiento indígena en la defensa de la tierra y el territorio, con el planteamiento de respeto a sus formas de gobierno y cultura; el movimiento campesino, en especial el movimiento cocalero, que tuvo que enfrentar la política injerencista militar de EE.UU. que buscaba la erradicación violenta y total de la hoja de coca por considerarla sustancia controlada; y el movimiento urbano popular que se movilizó en la guerra del agua (2000) y la guerra del gas (2003).
El año 2006, al conseguir la victoria democrática del Movimiento Al Socialismo, se produjo el desplazamiento de la burguesía en el núcleo del poder político por el Bloque Social Revolucionario, representado en el liderazgo del nuevo presidente Evo Morales. De esa manera se apartó del poder político a los sectores que son dueños del poder económico en el país.
Luego de la toma del poder político, el bloque revolucionario se planteó llevar adelante el proceso de refundación del Estado, a través de una asamblea constituyente, promovida por las organizaciones indígenas y campesinas que se articularon en lo que se llamó el Pacto de Unidad.
En el transcurso de la asamblea constituyente el Bloque Social Revolucionario se enfrentó al bloque conservador que maneja el poder económico. El objetivo era construir un nuevo modelo económico social y político que no beneficie a las élites dominantes. En aquella lucha el pueblo sufrió el sabotaje empresarial que pretendía llevar adelante el desabastecimiento de productos como azúcar, aceite, carne, arroz, intentando incluso empujar a la división del país con tal de no perder los privilegios que detentaba.
La burguesía, en el periodo que duró la asamblea constituyente, intentó inviabilizar la aprobación de la nueva constitución, pero al ver que el plan separatista (que planteaba la división del país desde las regiones controladas por la derecha, separando la región amazónica y parte de los valles de Bolivia de la región andina de Bolivia) fracasaba y seguían perdiendo cada vez más espacios de poder político cambiaron de estrategia: buscaron a través de sus asambleístas constituyentes, como el empresario Samuel Doria Medina, lograr consensos y modificaciones como el reconocimiento de la “economía plural”, pensada como modelo para proteger la propiedad privada de los medios de producción. Así fue que lograron que el “pluralismo económico” tenga igual reconocimiento que la economía social comunitaria, que fue el proyecto de los movimientos sociales.
Nuevas modificaciones al texto constitucional aprobado por la Asamblea Constituyente en la ciudad de Oruro, lugar al que se trasladó por los atentados que organizó la derecha en la ciudad de Sucre, fueron hechas por presión del Congreso Nacional que en la cámara de Senadores estaba controlada por los partidos conservadores. Pidieron que se modifiquen más de cien artículos para viabilizar la convocatoria al referéndum para aprobar el texto constitucional, las cuales fueron acordadas y en diciembre de 2009 se realizó el referéndum que logró la aprobación del 61,43% de la votación total.
La burguesía, con esas modificaciones al texto constitucional buscó mantener vivo el sistema económico capitalista en el país y relegar a segundo plano la propuesta económica de los movimientos sociales. El resultado es que hoy la economía social comunitaria convive en condiciones de desventaja con la economía capitalista en el país y es subsumida por ella.
Terminado el periodo constituyente y aprobado el nuevo texto, el bloque burgués, económicamente dominante puesto que su poder deviene de la propiedad privada de los medios de producción, buscó cómo seguir logrando consensos que impidieran los cambios revolucionarios. La burguesía entendió algo que les da una ventaja en la lucha: que el poder político que tienen los movimientos sociales no será permanente y no se consolidará sino logran tomar el poder económico. Por ello sus esfuerzos se dirigieron a fortalecer la economía capitalista empresarial, a través de instituciones como la Cámara de Industria y Comercio (CAINCO) y la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia, la Asociación de los Bancos Privados, en sí el bloque organizado de la burguesía.
En los primeros meses de construcción del nuevo Estado Plurinacional de Bolivia, inició la discusión al interior del gobierno, de qué actitud llevar los siguientes años frente al bloque empresarial. Se encararon dos posturas, la primera que planteó que era momento de conciliar y llamar a los empresarios “nacionalistas” a sumarse a la construcción del nuevo estado; y la segunda que planteó mantener la actitud de lucha de clases frente a la burguesía por ser un enemigo de clase que no apoyaría a la construcción del Socialismo Comunitario. La primera postura termino ganando mayor peso e inicio un periodo de sumar al “enemigo derrotado”.
En lo económico fue pesando también una postura “conciliadora” de convivencia de los distintos modos de producción existentes, el primer número de la revista Economía Plural (septiembre de 2011) del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas lo refleja: “No es la pretensión del Nuevo Modelo Económico, Social, Comunitario y Productivo ingresar directamente al cambio del modo de producción capitalista, sino, sentar las bases para la transición hacia el nuevo modo de producción socialista”, con ello se comenzó a hablar de etapas y de afirmar que este es un periodo intermedio antes de salir del capitalismo.
A finales del año 2011 se convocó al “Primer Encuentro Plurinacional para Profundizar el Cambio” que se realizó el mes de diciembre con varias mesas a trabajar: desarrollo económico, Industrialización e integración, Seguridad con soberanía alimentaria, Tierra, Salario, Empleo y estabilidad laboral, Seguridad ciudadana, Desarrollo legislativo, Autonomías y Comunicación. Como resultado de la cumbre se conformó el Consejo Económico, Productivo, Social y Laboral.
El encuentro desde el mismo nombre mostraba una nueva etapa (qué hacer luego de la victoria de la refundación del Estado y la derrota de la burguesía), sin embargo varias contradicciones se presentaron en lo político y económico porque mientras se hablaba de la cumbre como la Asamblea del Pueblo Boliviano, se invitó a “intelectuales” y empresarios a participar en ella.
El resultado de la cumbre fue la conformación del “Consejo Económico, Productivo, Social y Laboral” (27 de enero de 2012) conformado por las organizaciones sociales de CONALCAM, Gobierno y los empresarios a título de sectores productivos.
El consejo en los hechos no llegó a hacerse efectivo, sin embargo para los empresarios incorporarse a él significaba afinar un puente de contacto con el Estado y desde allí frenar las propuestas de transformaciones revolucionarias de la base económica del país.
Ha pasado mucho tiempo y parece que se deja en el olvido la lucha de ambos bloques. Este 2017 los movimientos sociales representados en la CONALCAM, reaccionaron sorprendidos al ver que en junio se anunciaba la creación de un Consejo Económico Productivo entre Gobierno y empresarios. El Bloque Social Revolucionario reclamó ser parte del mismo y no quedar desplazado, acción que fue expresada en la resolución que emitió CONALCAM el 4 de julio luego de la reunión con el presidente Evo: “Debemos seguir ese trabajo iniciado desde la refundación del Estado hacia la consolidación del Estado Plurinacional Socialista Comunitario, por tanto es obligación de los movimientos sociales ser partícipes y actores en el Consejo Económico Productivo para fortalecer el aparato productivo hacia la industrialización y soberanía económica, permitiendo la generación de más fuentes de empleo estables y de mejores condiciones laborales.”
La lucha política es también económica y el momento que la burguesía logró mantener sus espacios de poder económico, asumió la estrategia de acumulación de fuerzas para arremeter más adelante contra el Bloque Social Revolucionario que tiene el poder político. Por ello se hace crucial la reelección del presidente Evo, porque la burguesía sabe que él mantiene la unidad de ese bloque revolucionario y que el momento en el que él ya no esté será la oportunidad de la derecha de retomar el poder político y usar al Estado como instrumento para recuperar sus privilegios y anular los derechos conquistados por el pueblo.
Antes de este Proceso de Cambio la clase trabajadora, campesina y popular no tuvo tantas oportunidades de construir su propio futuro, por ello es tan importante entender esta lucha y no perder la dirección de avance y profundización caso contrario corremos el riesgo de que se sigan haciendo concesiones a la burguesía y sufrir un retroceso que podría durar décadas.
Integrante de la Escuela Nacional de Formación Política
y Twitter: @escuelanfp
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