Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Ilka Oliva Corado
En el
2014, salió Obama con sus once ovejas a dar una conferencia de prensa con
carácter de urgente, fue por allá de principios de verano; habló de una crisis
de niños migrantes que viajaban solos hacia Estados Unidos en busca de sus
padres o huyendo de la violencia en sus países de origen.
Por
supuesto, no se habló de la violencia institucionalizada, se refirió a las
maras, como clicas criminales. La “crisis” como él le llamó, tiene más de 20
años, y ha tenido carácter de urgente desde entonces.
Viene a
raíz de la creación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, que
involucra a México, Estados Unidos y Canadá (1991). Posteriormente viene el
Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República
Domincana (2004). De aquí nos vamos al Plan Mérida o Plan México (2008). Copia
del Plan Colombia. Para terminar de rematar crean el Plan Alianza para la
Prosperidad del Triángulo Norte de Centroamérica en el (2015).
Los
medios de comunicación en español, en Estados Unidos, se encargaron de propagar
la noticia y regarla como pólvora, en menos de dos días ya estaban las alertas
y se realizaban programas especiales, en periódicos, revistas, radios y
televisión. Viajaban a la frontera entre México y Estados Unidos, otros más
avorazados, se fueron hasta el triángulo norte de Centroamérica y se metieron
hasta la cocina de las casas en los arrabales, la meta era sacar la mejor
ventaja de la tragedia permanente de esos niños.
Así fue
como vimos entrevistas y reportajes de niños, niñas y adolescentes cruzando el
río Bravo o aventándose el desierto entre Sonora y Arizona. Mediatizando esta
tragedia se acuerpaba la denuncia de Obama, la mentada crisis, y así con el
pretexto de que esos niños estaban en peligro, militarizar desde al frontera
sur de Estados Unidos, hasta Honduras.
Entre
mediados del 2014 y el 2015 se implementaron el Plan Frontera Sur, en México, y
el Plan Maya-Chortí, entre Guatemala, El Salvador y Honduras. ¿La excusa?
Enfrentar al crimen organizado, que tenía que ver con el secuestro, abuso y
asesinato de migrantes en tránsito y el tráfico de drogas. Pero el objetivo
fundamental era minar la región, por la creación del Canal de Nicaragua.
Un mes
duró la bulla de los medios de comunicación con la crisis de los niños
migrantes. Después le dieron carpetazo, el gobierno de Estados Unidos y los de
México y el triángulo norte de Centroamérica ya tenían lo que querían.

No es
la administración Trump, es el sistema. El año pasado en una reunión en la ONU,
los gobiernos de Honduras, Guatemala y El Salvador, enviaron a su delegada a que
fuera a decir que los niños, niñas y adolescentes que viajaban solos hacia
Estados Unidos no lo hacían porque en sus países estuvieran en peligro de
muerte, sino porque los llamaba la ambición de la riqueza y el sueño americano.
Ellos con esto estaban preparando el terreno para la cancelación de ese
programa, que hubiera sucedido de cualquier forma, sin importar quién fuera el
presidente.
Lograron
su objetivo, militarizaron la región, con esto los mismos gobiernos, que
trabajan en la impunidad, son los encargados de secuestrar, violentar y
asesinar a migrantes en tránsito, con el pretexto de combatir la trata de
personas y el narcotráfico. Pero no solo eso, implementaron el mismo guión del
Plan Colombia en la región para seguir con los ecocidios, las limpiezas
sociales, las negociaciones con las empresas transnacionales –minerías- y la
violencia intitucionalizada. ¿Los perjudicados? Los mismos de siempre. Seguirán
las migraciones forzadas, y estos niños, niñas y adolescentes que en los
últimos 3 años, tenían la esperanza de pedir asilo en Estados Unidos, serán
dejados a su suerte, para que el crimen organizado, desde los gobiernos los
sigan utilizando como carne de cañón.
Escritora
y poetisa guatemalteca
y Twitter: @escuelanfp
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