Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Desde la irrupción de los dos principales
partidos de izquierda en el escenario político —el Partido Obrero
Revolucionario (POR) y el Partido Comunista de Bolivia (PCB) — la izquierda
boliviana se caracterizó por enfrascarse en largas discusiones y pugnas sobre
quién es el verdadero conductor del cambio y la revolución. Este proceso de
confrontación de ideas y posiciones luego derivó en pugnas constantes entre
estalinistas, trotskistas, socialdemócratas, nacionalistas revolucionarios de
izquierda, foquistas, guevaristas y reformistas.
Pero no siempre la izquierda boliviana,
en su largo y complejo derrotero por cambiar la sociedad, estuvo dividida y
“peleando” entre sí. La Asamblea Popular frenada por la dictadura del coronel
Hugo Banzer Suárez (1971-1978) permitió que las distintas tendencias de la
izquierda juntaran esfuerzos para alcanzar el sueño común: construir la
sociedad socialista.
La Asamblea Popular

La Asamblea Popular se organizó como un
órgano de poder completamente independiente del Gobierno y buscó la conquista
del aparato estatal. Empezó a reunirse el 22 de junio de 1971 con la
participación de 220 delegados, de los cuales el 60% eran fabriles y mineros,
el 30% eran campesinos y organizaciones de la clase media y el 10% era para los
partidos políticos.
Participaron en la asamblea diferentes
tendencias de izquierda, desde los otrora siempre rivales: POR y PCB, hasta el
Partido Revolucionario de la Izquierda Nacional (PRIN), el ala de izquierda del
MNR, el Partido Socialista (PS), el Partido Comunista Marxista Leninista
(PC-ML), el Partido Demócrata Cristiano Revolucionario (PDCR), el Movimiento de
la Izquierda Revolucionaria (MIR) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
La Asamblea se reunió unas 10 veces más,
entre el 22 de junio y el 2 de julio de 1971, pero se “limitó” a proclamar
consignas como la cogestión en la administración de la Corporación Minera de
Bolivia (Comibol), la creación de una universidad obrera y la conformación de
milicias populares, pero no propuso la incorporación de los campesinos y la
“escisión” de las Fuerzas Armadas, que hubiera permitido tener el “apoyo” del
campesinado y tener el brazo militar para tomar el poder.
Algunos dirigentes y analistas indicaron
que se convirtió en un espacio de discursos encendidos que apuraron el golpe de
Banzer; para otros fue la radicalización de los trabajadores. El líder del
trotskismo, Guillermo Lora, en el ensayo La clase obrera después de 1952 afirmó
que la Asamblea Popular nació como una expresión de un alto nivel de
politización de las masas y el proletariado, e impulsó el desarrollo de la
conciencia clasista y la transformación de la lucha económica en política.
El 21 de agosto de 1971, Banzer subió al
poder de forma violenta después de un levantamiento cívico-militar en la ciudad
de Trinidad (Beni). Conocido también como ‘la larga noche del fascismo’, y cuyo
sustento ideológico fue la Doctrina de Seguridad Nacional para acabar con el
comunismo, este golpe de Estado fue promovido por el Pentágono y la CIA y
patrocinado por Estados Unidos.
Banzer Suárez, junto con la Confederación
de Empresarios Privados, la Falange Socialista Boliviana (FSB) y el MNR, organizó
el Frente Popular Nacionalista (FPN) e inició una persecución sistemática a los
“extremistas” (así se llegó a llamar a los izquierdistas).
Se institucionalizó la represión,
perpetrando asesinatos, desapariciones forzosas, encarcelamientos y otras violaciones
a los derechos humanos.
El teólogo Rafael Puente en su libro
Recuperando la memoria señaló que en los siete años de dictadura de Banzer se
podría “sumar un mínimo de 200 muertos oficialmente comprobados y 14.750
personas obligadas a salir al exilio”. Durante la dictadura, los militares no
diferenciaban las distintas tendencias de izquierda y por eso exiliaron y
torturaron a todos. No preguntaban: tú eres trotskista, estalinista, maoísta,
guevarista o reformista. Para el fascismo todos eran extremistas.
Después del golpe de Banzer, el proceso
político desarrollado en la Asamblea Popular se proyectó en la organización del
Frente Revolucionario Antiimperialista (FRA), conformado en 1971 en Chile, en
el gobierno de Salvador Allende. Este intento de una nueva unidad de la
izquierda se instauró para resistir a la dictadura de Banzer. Fue un frente
donde además, estaban incluidos la COB y los campesinos, estos últimos
empezaron a desligarse del pacto militar-campesino, que los “alejó” de la clase
obrera.
Marco Águila Alanes, comunicador y
docente en la UMSA
y Twitter: @escuelanfp
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