Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Si bien la época de chaqueos recién empieza, en las
últimas semanas se han registrado incendios forestales de magnitud en varias
regiones del país, lo que, junto a las sequías cada vez más severas que
atraviesa el territorio nacional por causa del cambio climático, debiera ser
leído como una llamada de atención para evitar la proliferación de los focos de
calor.
Y es que si no se adoptan acciones contra las
quemas, advierten los especialistas, las áreas forestales devastadas por el
fuego podrían superar incluso al 2010, año en el que más de 6 millones de
hectáreas fueron arrasadas, con los consiguientes impactos medioambientales
(destrucción de la biodiversidad y los servicios ecológicos que prestan los
bosques) y problemas de salud causados por la contaminación atmosférica, como
infecciones respiratorias agudas y casos de conjuntivitis. Esto sin tomar en
cuenta las pérdidas materiales e incluso vidas humanas y de cientos de animales
por causa del fuego.
Por ejemplo, a principios de agosto los chaqueos se
descontrolaron en plena ciudad de Santa Cruz, al extremo de que el aeropuerto
de Viru Viru, el más grande e importante del país, tuvo que ser cerrado
temporalmente por el fuego que llegó a pocos metros de las pistas y la gran
humareda que entorpecía la visibilidad de los aviones. Sin embargo, el incendio
de mayor magnitud registrado hasta el momento se dio, de nueva cuenta, en el
Parque Nacional Tunari (Cochabamba). Afortunadamente, gracias a la intervención
de los bomberos este incendio logró ser controlado el jueves, pero no sin antes
devorar al menos 330 hectáreas de bosques, matorrales y arbustos, según
estimaciones de la Policía.
Huelga recordar que se trata del noveno incendio
forestal que se registra en ese parque natural únicamente en lo que va del año,
y podría no ser el último si no se adoptan medidas de inmediato contra los
chaqueos utilizados por cientos de agricultores con el fin de acondicionar sus
tierras para la siembra. Para tal efecto, los especialistas sugieren conformar
brigadas de vigilancia y cuerpos de guardaparques con formación preventiva
ambiental que intervengan, en coordinación con las Fuerzas Armadas, en las
regiones que tradicionalmente son víctimas de las quemas y susceptibles de
sufrir incendios. Por otra parte, urge organizar campañas que enseñen métodos
alternativos de acondicionamiento de los suelos, o al menos la manera más
responsable de manejar el fuego.
Aún estamos a tiempo de evitar desastres
ambientales como los de 2010, pero también para romper el círculo vicioso en el
que anualmente participan autoridades, medios de comunicación y la sociedad
civil en general, acostumbrados a protestar y rasgarse las vestiduras contra
los incendios forestales cuando éstos son no solo inminentes, sino también
incontrolables.
Publicado por la Editorial del periódico La Razón
y Twitter: @escuelanfp
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