Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: María Fernanda Rada Prado
Estoy
a favor y apoyé en distintos
países la legalización del aborto. Tomando en cuenta que es un tema de
salud
pública, de libertad de elección sobre nuestro cuerpo, del quiebre de un
paradigma patriarcal conservador de nuestra sociedad y sobre todo, de
la garantía de
dignidad en el trato a todas aquellas mujeres que el día de hoy, en el
caso de
que tomen esta decisión, están obligadas a abortar de forma clandestina y
bajo
las peores condiciones, si es que no tienen la plata suficiente como
para
hacerse uno de forma segura.
Agradezco el libro de sexualidad hecho
por Mujeres Creando, que tanto a mí como a varias amigas de colegio, nos sirvió
de gran ayuda, en una sociedad boliviana donde el sexo es un tabú y la
encargada de nuestra educación fue la iglesia católica.
Sin embargo, pienso que la forma en que usted defiende la
despenalización del aborto entra en una grave contradicción y que incluso, está
creando rechazo por parte de varios sectores de la población boliviana
(indecisos sobre su postura hacia la despenalización del aborto) hacia quienes
defendemos la despenalización del aborto.
No tengo nada en contra de su tono
agresivo, contestatario y rebelde mientras sea utilizado en contra del sistema
y no afecte la sensibilidad de una mujer con cara, nombre y apellido. Considero
que nombrar a Eva Liz en su artículo fue innecesario, porque convirtió un tema
público en una pelea personal. Aunque para muchos de nosotros el aborto (hasta
las 12 semanas de gestación) no es un delito ni un asesinato, en la sociedad
boliviana, nos guste o no, el aborto está penalizado y decir que una persona
abortará tiene un tinte ofensivo, sobre todo si esta persona no piensa igual a
usted y ya se le ha informado que hirió su sensibilidad. Si realmente está
defendiendo los derechos de las mujeres, no agreda a una muchacha gratuitamente.
Su punto de vista no diferencia la
esfera pública de la privada, pero existimos personas que no pensamos como
usted y tenemos el derecho a exigir el respeto a la vida privada de Eva Lliz,
para poder debatir temas públicos como la despenalización del aborto. No
decirle esto, sería una hipocresía.
Hoy la prensa no está hablando sobre los
problemas del aborto clandestino en nuestro país, precisamente porque usted ha
ganado protagonismo con sus cartas de pelea personal, ¿Ha logrado algo con eso
en la defensa de una causa?
Sobran argumentos para defender la
despenalización del aborto: ¿Por qué no habla sobre los médicos que lucran con la vida de mujeres
bolivianas?, ¿Por qué no evidenciamos nuestra preocupación por la tasa de mortalidad
de mujeres que abortan?, ¿Por qué no buscamos testimonios de abortos mal
practicados y los hacemos públicos? El aborto clandestino es una realidad, es
un problema actual que hay que resolver y le aseguro que eso traería más
resultados positivos que seguir enfocando sus energías a dañar la tranquilidad
de una adolescente.
Defiendo la legalización del aborto porque
creo en la libertad de elección de la mujer. He vivido en Uruguay, un pequeño
país que legalizó el aborto y donde hoy existe el mismo respeto por la mujer
que decide abortar como por la mujer que sueña con ser madre.
Yo sueño con ser madre en una sociedad
boliviana más tolerante, con más derechos y menos negocios con la vida, sin
temor a que una mujer muera por un aborto clandestino o sea llevada a la cárcel
porque no quiere/puede ser madre, donde
aprendamos a aceptar y respetar a los demás aunque no piensen como nosotros. Y la
libertad sea la aceptación de decisiones/creencias/valores ajenos y no la imposición
de nuestros esquemas a los demás.
Pienso que sólo en base a esa libertad,
una sociedad tan ricamente multicultural como Bolivia podrá avanzar y espero
que usted proponga argumentos a la altura de una causa tan importante como es
la defensa de la dignidad y el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio
cuerpo.
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