Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Maria Nela Prada
Tejada
El
pasado 19 de agosto, se publicó en el periódico Página Siete un artículo
titulado: “Bolivia: la débil tesis gubernamental del crecimiento”, del
economista boliviano Mauricio Ríos García, miembro del cuerpo académico de
Fundación Milenio.
El
mencionado economista señala que “ha pasado un nuevo 6 de agosto y el
gobierno de Evo Morales ha
vuelto a presumir sobre el crecimiento y estabilidad macroeconómica de
Bolivia como prueba fiel de su buena gestión”.
Aquí, vale la pena aclarar que no se
trata de una presunción, sino de una realidad innegable, ratificada por
organismos internacionales, por lo que yo diría que ha pasado un nuevo 6 de
agosto y, gracias a la buena gestión económica del gobierno del Presidente Evo
Morales, seguimos teniendo crecimiento, estabilidad macroeconómica,
redistribución de ingresos y reducción de la pobreza, incluso en un entorno
internacional en crisis; logros que durante el periodo neoliberal jamás
caminaban juntos, no sólo debido al rotundo fracaso de las recetas neoliberales
en nuestro país, sino también porque a muchos gobernantes sencillamente, no les
interesaba crecer con redistribución.
Posteriormente, Ríos García señala que el
Ministro de Economía y Finanzas Públicas Arce Catacora (para conocimiento de
Ríos, el nombre de dicha Cartera de Estado ya no es Hacienda), “afirma que el
crecimiento y la estabilidad macroeconómica se sostienen pese a la caída de los
precios internacionales de materias primas, porque, contrariamente a lo que
sostienen los neoliberales, incluso se estaría venciendo el desafío de estar
expuestos a los shocks externos gracias al impulso que se le ha dado a la
demanda interna”.
Jamás he escuchado decir al Ministro Arce
que se estaría venciendo el desafío de estar expuestos a los shocks externos, ni
que nuestra economía está blindada frente a las crisis estructurales que
atraviesa el capitalismo, declaraciones que también le atribuyen algunos
opinadores desinformados; lo que ha señalado en reiteradas oportunidades, es que
hoy podemos hacer frente a los shocks externos de una mejor manera, pues nuestra
economía es más fuerte, y tenemos el motor de la demanda interna que nos ha
permitido seguir creciendo en coyunturas adversas a nivel internacional, como en
2009.
Este
es un gran logro, tomando en cuenta que en un pasado no muy lejano, se nos dijo
que Bolivia era inviable, que se nos moría y la solución era exportar o morir,
esa era la premisa neoliberal.
Ríos
García, tiene a bien reconocer que el Ministro Arce “no miente al decir que
el crecimiento se debe fundamentalmente al impulso de la demanda interna”, y
se refiere al Ministro Arce como “el ministro estrella del gobierno de
Morales”, esto se debe a que el buen manejo económico, es sin lugar a dudas
una de las mayores fortalezas del actual gobierno; pero además la estabilidad
económica es la que permite profundizar los cambios sociales y políticos en una
democracia en revolución.
Los
neoliberales son conscientes de ello, y por esta razón sistemáticamente buscan
atacar esta fortaleza; pero no han tenido éxito, pues el error del cual pecan
los analistas económicos de la oposición sigue siendo el mismo de siempre, estar
lejos del pueblo para ver la transformación de la realidad económica en nuestro
país.
Por
otro lado, el mencionado economista, le atribuye “dos errores graves” al
Ministro Arce, que a continuación pasaré a refutar:
1.
Hipótesis del “Error de diagnóstico”: Ríos García al referirse al
contexto internacional, indica que “es cierto que se ha registrado una caída
en la cotización internacional de materias primas, sobre todo mineras, debido a
la considerable desaceleración de países como China e India y su consecuente
restricción de demanda”, pero que “los precios todavía se mantienen muy
por encima del promedio de los últimos seis años”.
Nunca se ha señalado que los precios de
las materias primas hoy estén por debajo del promedio de los últimos seis años;
lo que se ha indicado es que a pesar del desplome de éstos en 2009 (Ej. Petróleo
que cayó de US$ 142 el barril a sólo US$ 32, Estaño que cayó en 26%), nuestro
crecimiento ese año fue de 3,4%. Paradójicamente, y refutando la estadística a
los neoliberales, ese año de caída dramática de los precios internacionales,
Bolivia por primera vez en la historia, obtuvo el primer lugar en crecimiento
económico en la región; frente a tasas de crecimiento muy bajas, e incluso
negativas de otros países. Y los años posteriores continuamos creciendo. En
2012, los precios de las materias primas, especialmente de los minerales,
también sufrieron otra caída, y a pesar de ello, nuestro país alcanzó una tasa
de crecimiento de 5,2%.
Lo
que le cuesta reconocer a algunos economistas, es que nuestro crecimiento no se
explica sólo por un tema de precios de materias primas, así como tampoco la
redistribución de ingresos y la reducción de la pobreza, sino que responde a
políticas concretas adoptadas por el gobierno del Presidente Evo Morales, como
la nacionalización de los hidrocarburos y la negociación de precios de
exportación de nuestro gas con Brasil y Argentina.
La
renta petrolera se incrementó de US$ 673 millones en 2005, a US$ 4.292 millones
en 2012. Lo que significa que gracias a la nacionalización de nuestros
hidrocarburos, entre 2006 y el primer semestre de 2013, nuestro país ha
percibido US$ 19.339 millones por renta petrolera.
Y
aquí, vale la pena preguntarse, ¿quién se hubiera beneficiado de los buenos
precios de los hidrocarburos si es que el gobierno del Presidente Evo Morales no
tomaba la decisión política de nacionalizar?
Adicionalmente, desde el Ministerio de
Economía y Finanzas Públicas, se han impulsado políticas orientadas a mejorar
los ingresos tributarios. En 2005 la recaudación era de Bs15.874 millones,
mientras que en 2012 fue de Bs49.674 millones.
Sin
embargo, aún teniendo estos recursos, hubiese sido posible concentrar la riqueza
en pocas manos, como sucedió en buenas coyunturas económicas en el pasado; pero
no es esto lo que sucede actualmente; pues la gran virtud de la versión fuerte
de la tesis gubernamental de crecimiento económico es su política de
redistribución del ingreso, caracterizada por medidas como las transferencias
condicionadas de las cuales se benefician casi 4 millones de bolivianos (Bono
Juancito Pinto, Bono Juana Azurduy y Renta Dignidad), así como la expansión de
la inversión pública ejecutada que pasó de US$ 629 millones en 2005 a US$ 2.874
millones en 2012; también forman parte de la política redistributiva, los
incrementos salariales sostenidos e inversamente proporcionales, las
subvenciones a los alimentos (Ej. Harina para que no se incremente el precio del
pan), Tarifa Dignidad en el caso de la energía eléctrica, y otros.
Estas medidas además de dinamizar la
demanda interna, tuvieron una importante incidencia en la reducción de la
pobreza moderada y extrema. La pobreza moderada entre el año 2000 y 2005, se
redujo de 66,4% a 60,6%; mientras que entre los años 2006 y 2012 logró reducirse
a 43,4%. Asimismo, la pobreza extrema, que entre los años 2000 y 2005 se había
reducido de 45,2% a 38,2%; logró disminuirse a 21,6% en 2012, produciéndose la
mayor reducción en el área rural, de 62,9% en 2005 a 40,9% en tan sólo 7 años de
gestión. Otro dato importante, es que en 2011, ya habíamos dejado de ser el país
más pobre de Sudamérica.
Por
lo tanto, hay que tener la honestidad intelectual de reconocer que estos
resultados no se hubiesen alcanzado sin las políticas económicas y sociales
implementadas por el gobierno del Presidente Evo Morales. En el pasado el
excedente se hubiese externalizado, y de los buenos precios de las materias
primas, hubiesen disfrutado más las transnacionales y algunos grupos de
privilegiados, que la mayoría de los bolivianos. No tomar esto en cuenta en el
análisis de un economista que se piensa serio, es un grave error.
2.
Hipótesis del “Error de prescripción”: Al reconocer la dinamización de la
demanda interna, Ríos realiza una crítica a las empresas estatales; llegando a
un errado reduccionismo economicista. De acuerdo a su análisis, las empresas
estatales no funcionan, entonces lo que en realidad estaría impulsando la
demanda interna y el crecimiento, sería el sistema bancario financiero
desarrollado durante los últimos diez años. Quizás economistas suizos podrían
presumir de algo así; atribuir el crecimiento económico de Bolivia al desarrollo
del sistema financiero, “es cuanto menos peligroso”; o mejor dicho,
sospechoso; pero además denota una falta absoluta de conocimiento respecto a
nuestra estructura económica.
Primeramente, la dinamización de la
demanda interna, no puede reducirse al funcionamiento de las empresas estatales;
entiendo que el concepto de demanda interna lo llevan en un curso inicial de
Introducción a la Economía; digo entiendo, porque no soy economista; pero tengo
una meridiana claridad respecto a que la demanda interna está referida al
consumo interno, a todo lo que se puede absorber por parte de los hogares, así
como el gasto del gobierno y la inversión que realiza tanto el sector público
como el privado.
Por
otro lado, la incidencia de la actividad de servicios financieros en el
crecimiento económico no superó ni el 0,5% en ocho años, sólo en 2012 llegó a
0,9%, porque antes de 2005 tenía una incidencia negativa, esto quiere decir que
disminuía el crecimiento de la economía. No parece por tanto Ríos García un buen
economista al afirmar que nuestro crecimiento se debe al sistema bancario; pero
sí un buen abogado de los banqueros.
Si
bien la actividad de servicios financieros se ha desarrollado desde hace ocho
años, y no diez como Ríos menciona, a no ser que la contracción de la actividad
de servicios financieros para sus estudios de maestría signifique desarrollo; la
pregunta que debería hacerse es, ¿Gracias a qué se ha dinamizado en los últimos
años este sector?
Pues
bien, la respuesta es sencilla. Gracias a las políticas de incremento de la
producción, sociales y redistributivas los ingresos de la población han
mejorado. Como hay mayores ingresos, la capacidad de ahorro de las personas ha
aumentado, por eso los depósitos en el sistema financiero han crecido
significativamente, de US$ 3.711 millones en 2005, a US$ 13.545 millones a julio
de 2013. Es importante mencionar que en el año 2005, había 1.9 millones de
número de depósitos, mientras a julio de 2013 había 6.8 millones, y lo más
interesante de este dato, es que el 87% de éstos, corresponde a depósitos
menores a US$ 500, es decir que los ingresos de las personas de menores ingresos
han tenido una sustancial mejora, pues hoy tienen capacidad de ahorro.
Además, debe destacarse el mayor
potencial de pago que tienen los prestatarios, prueba de ello es que la mora del
sistema financiero disminuyó sustancialmente, de 10,1% en 2005, a 1,6% a julio
de 2012.
De
esta manera, el incremento del ahorro en el sistema financiero ha llevado a la
dinamización del crédito, hoy los bancos tienen más dinero y por esta razón hoy
pueden realizar una mayor canalización de recursos hacia créditos.
Continuando, Ríos señala que el crédito
interno crece a un alarmante ritmo que oscila entre el 20 y 25% anual con la
bolivianización, o como él lo define el “nacionalismo monetario” como
base. Es correcta la apreciación respecto a una política monetaria caracterizada
por la bolivianización que ha impulsado el Ministro Arce Catacora desde el año
2006 con bastante éxito, pues a julio de 2013, el 74% de los depósitos y el 86%
de los créditos están en bolivianos. Mientras en 2005, sólo el 16% de los
depósitos y el 8% de los créditos, se encontraba en bolivianos.
La
bolivianización nos ha permitido recuperar la política monetaria, y esto tiene
importantes connotaciones para nuestra economía. Por ejemplo, cuando hay
inflación, el Banco Central de Bolivia (BCB) contrae la masa monetaria, es decir
retira dinero de la economía para poder controlar los precios; o en su caso
puede aplicar una política expansiva, es decir aumentar la cantidad de dinero en
circulación para evitar una recesión. Este accionar, está limitado en una
economía neoliberal dolarizada, pues el dólar no es una moneda que producimos ni
controlamos; por lo tanto la cantidad de dólares que se puedan poner en
circulación, está determinada por el stock de esa moneda en nuestra economía,
así como por la evolución de los flujos de comercio (captación de dólares vía
exportaciones) y capital. De esta manera, es que en una economía dolarizada se
renuncia a la libertad de aplicar una política monetaria.
Por
lo tanto, la recuperación de nuestra soberanía en la definición de las políticas
monetaria, fiscal y financiera, ha sido un elemento central en la construcción
del Nuevo Modelo Económico Social Comunitario Productivo, impulsado por el
Ministerio de Economía y Finanzas Públicas.
Ahora bien, volviendo a la falsa
hipótesis del “Error de prescripción”, Ríos García llega a la siguiente
conclusión: como el sector bancario financiero es el que explica el crecimiento,
“de ahí la intentona pseudo nacionalizadora del sector”. Imagino, ya que
no lo dice explícitamente, que se refiere a la nueva Ley de Servicios
Financieros, que sepulta a la ley neoliberal de Bancos. Vale la pena aclarar al
economista que no ha habido ninguna intentona de nacionalización de este sector.
El Gobierno Nacional, de manera muy acertada, ha establecido un nuevo marco
jurídico para el sistema financiero, respondiendo al mandato establecido en la
Constitución Política del Estado (CPE), que señala que es el Estado el que
regula el sistema financiero con criterios de igualdad de oportunidades,
solidaridad, distribución y redistribución equitativa; pero además, establece
que las actividades de intermediación financiera, la prestación de servicios
financieros y cualquier otra actividad relacionadas con el manejo,
aprovechamiento e inversión del ahorro, son de interés público.
Hoy
es el Estado el que conduce el proceso de planificación económica y social, es
el Estado el que dirige la economía y regula los procesos de producción,
distribución y comercialización de bienes y servicios, conforme a los principios
establecidos en la CPE, para pesar de los neoliberales, que aún sienten
nostalgia por aquellos tiempos en los que nuestra economía se sometía a la mano
invisible del mercado capitalista.
Por
otro lado, Ríos García asevera “que el país sólo importa consumo y encarece
la inversión para todo lo que hoy debería estar produciendo precisamente para
aprovechar los precios internacionales”. Debo lamentar esta afirmación, pues
evidencia un total desconocimiento respecto a la estructura de importaciones de
Bolivia, así como respecto a nuestra estructura productiva.
El
78% de las importaciones que se realizaron en nuestro país el año 2012,
corresponden a productos intermedios y bienes de capital. Se entiende por
productos intermedios, aquéllos que se destinan a la producción de otros bienes.
Y cuando hablamos de bienes de capital, nos referimos por ejemplo a maquinarias
que se emplean en la industria nacional. En 2005, el valor de las importaciones
de bienes de capital era de US$ 611 millones, mientras que en 2012, este monto
ascendió a US$ 2.330 millones.
La
importación de bienes de consumo, es decir productos que ingresan a nuestro país
para el consumo directo de la población, representó sólo el 21% de US$ 8.281
millones que fue el total de importaciones durante la pasada
gestión.
Y
aquí, vale la pena resaltar que el actual gobierno, como ningún otro en nuestra
historia, está impulsando el desarrollo productivo y la industrialización de
nuestros recursos naturales, orientado a la ampliación y diversificación de
nuestra matriz productiva. Hoy tenemos en funcionamiento la Planta Separadora de
Líquidos de Río Grande, en Santa Cruz, con una inversión de más de US$ 150
millones; un hecho histórico poco comentado por economistas de la oposición.
Dicha inversión fue realizada por una empresa pública estratégica, Yacimientos
Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), hoy convertida en un pilar fundamental
del desarrollo de Bolivia, recuperada de la condición residual en la que la dejó
el neoliberalismo con sus políticas privatizadoras y capitalizadoras, verdaderas
causantes de huecos negros en nuestra economía.
Como
parte de la política de industrialización del actual gobierno, también están las
termoeléctricas ya en funcionamiento, y los complejos mineros como el
hidrometalúrgico de Coro Coro en La Paz. Asimismo se tienen los proyectos y
megaproyectos, como la Planta Separadora de Líquidos en Tarija, la Planta de
Amoniaco y Urea en Cochabamba, la planta de Carbonato de Litio/Cloruro de
Potasio en Potosí, la Hidroélectrica de Cachuela Esperanza en Beni; con
inversiones que ascenderán a más de US$ 4.000 millones; y otros importantes
proyectos de industrialización, que conjuntamente con una fuerte inversión en
infraestructura vial y productiva, marcan un punto de inflexión en la historia
económica de nuestro país.
Finalmente, el economista Ríos García
recomienda que para cuando la recaída estadounidense sea mucho más evidente, se
tendría que haber abandonado las rigideces productivas y laborales para
readaptarse rápidamente a una nueva estructura de la demanda (del mercado
capitalista). Esto en otras palabras, significa el retorno al neoliberalismo, a
lo que nuestra población dijo de manera clara y contundente el año 2003 ¡NO!
Entonces, si la arrogancia del maestrante
de un programa doctoral en economía en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid,
“todavía le permite ver lo que sucede en su entorno” (no el de España,
sino el de Bolivia), “se dará cuenta” de que nuestro país ya no es el
mismo, y que la firma que habían puesto los neoliberales en nuestra economía se
ha ido desvaneciendo; “pero si además tiene un buen olfato político, o cambia
de rumbo radicalmente”, podrá contribuir a impulsar la versión fuerte de la
tesis gubernamental de crecimiento económico con redistribución y reducción de
la pobreza. ¿Lo hará? ¿O, el Estado, la redistribución de ingresos y la
dinamización de la demanda interna, son afirmaciones que se confirman como
temerarias para cualquier economista neoliberal contemporáneo serio, y no serio?
¿Terminará el Rey Juan Carlos de España consolidando el pensamiento económico de
Mauricio Ríos García, o podrá aprender algo del mandar obedeciendo al pueblo del
Presidente Evo Morales?
La autora es Licenciada
en Relaciones Internacionales, Diplomada en Gestión Pública Plurinacional y
Analista Política.
Nota: Todas las frases
entre comillas fueron extraídas de manera literal del artículo “Bolivia:
la débil tesis gubernamental del crecimiento”, del economista Mauricio
Ríos García.
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