Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Recuperar el territorio perdido
a cualquier costo, incluido el espionaje vil y violatorio de los más
elementales derechos, ganar la batalla por la opinión pública con medios de
comunicación aliados o, despojándonos ya de todo resabio ético, usar la fuerza
bélica mediante la instalación de bases militares.
Ésta es la nueva doctrina
ideológica que Estados Unidos viene predicando por el mundo, ante la vista
atónita de miles de ciudadanos que intentan todavía asimilar la gravedad de la
amenaza.
Inescrupulosa vigilancia de la
vida privada de los consumidores, instalación de bases militares en distintos
países de la región y desprestigio de los gobiernos progresistas como táctica
golpista, son los tres ejes de esta estrategia.
Y Latinoamérica lo sabe. Y
alerta al mundo con meridiana claridad de que actualmente hay una disputa entre
las fuerzas sociales y políticas que buscan la emancipación y las fuerzas del
imperialismo que apuestan a mantener dominación.
La Cumbre Antiimperialista
realizada en Cochabamba fue la expresión viva de esa alerta continental:
Estamos frente a una ofensiva imperial en contra de los pueblos
latinoamericanos; frente a la reacción del monstruo que teme perder sus
colonias y con ellas la riqueza sobre la que ha construido su reino.
Compartiendo realidades,
elevando la mirada por encima de los estrechos horizontes que plantean nuestras
fronteras, aprendiendo lecciones compartidas entre la hermandad de naciones,
Latinoamérica dio una respuesta de monolítica unidad ante el imperio, para
dejarlo desnudo ante el mundo.
La
estrategia militar
Las organizaciones sociales
antiimperailistas mostraron que esta contraofensiva imperial busca la
fragmentación territorial de nuestra América con la instalación de bases
militares en diferentes países del continente, valiéndose de gobiernos aliados
que ignoran el clamor de sus pueblos para promover acciones de privatización de
los recursos naturales, de depredación de la Madre Tierra y de saqueo de los
recursos naturales.
Desde su brazo militar, la
OTAN, el imperialismo liderado por Estados Unidos atiza conflictos armados en
varias regiones. Así lo hizo en Libia y en Siria y lo hace en Irán y en la
península de Corea. Y también en Latinoamérica, donde instaló al menos 47 bases
militares en territorios soberanos, justamente allí donde existe evidencia de
riqueza natural, como petróleo o litio. El Plan Colombia, la Iniciativa Mérida
y la Iniciativa Andina son los pactos mediante los cuales se realizó la
instalación de estas bases militares en países como Panamá,
Colombia, México y Honduras.
El
neogolpismo
La segunda estrategia es la
guerra sucia y el sabotaje contra los procesos de cambio iniciados por
gobiernos progresistas en América Latina.
Los fracasados golpes de Estado
contra Hugo Chávez en Venezuela (2002), Evo Morales en Bolivia (2008) y Rafael
Correa en Ecuador (2010); el golpe militar contra Manuel Zelaya en Honduras
(2009) y el golpe parlamentario contra Fernando Lugo en Paraguay (2012),
muestran que el imperialismo actúa en todos los países del continente.
Cuando no tiene éxito, genera
malestar social, se alía a empresarios reaccionarios dispuestos a distorsionar
la economía mediante el agio y la especulación para crear procesos
inflacionarios e inventa supuestos “exiliados políticos” que desfilan al país
del norte, ocultando que fugaron de procesos y sentencias judiciales por
delitos económicos cometidos en sus respectivos países.
Estos planes desestabilizadores
se valen de redes hegemónicas de medios de comunicación, grandes cadenas
trasnacionales de la información que mienten y manipulan los hechos para
tergiversar la realidad en beneficio de sus intereses.
La
enajenación de los recursos naturales
El tercer pilar de la
estrategia imperialista es la restauración del neoliberalismo para la
apropiación de los recursos naturales del continente.
El imperialismo trata de
reeditar estrategias derrotadas por los pueblos, como el fracasado Acuerdo de
Libre Comercio de las Américas (ALCA), al que las organizaciones sociales
latinoamericanas sepultaron en Mar del Plata el año 2005.
Ocho años después, el
imperialismo impulsa acuerdos exactamente iguales a los que les da el nombre de
alianzas, como la Alianza del Pacífico, a la que intenta incluir a gobiernos
defensores del libre comercio.
La Alianza del Pacifico es la
restauración del neoliberalismo privatizador para la apropiación de los
recursos naturales de América Latina; es la legalización de la colonización para
la enajenación de los recursos naturales de América Latina a través de las
transnacionales.
Estos acuerdos son la
herramienta para evitar la reproducción de procesos de nacionalización y
recuperación de los recursos naturales en beneficio de los pueblos, porque los
países imperialistas saben que la nacionalización de los recursos es la única
garantía de soberanía y dignidad.
Unidad
latinoamericana
El imperialismo pretende
obligarnos a repetir la vieja receta de la pobreza, la injusticia y la
opresión. No tiene nada nuevo que ofrecer a América Latina, valeroso continente
que ha mostrado al mundo el camino de la liberación, contraponiendo al
capitalismo salvaje el modelo socialista comunitario, basado en la economía
plural, solidaria y complementaria de los pueblos como proyecto de vida digna
para todos sus habitantes. Un proyecto que promueve el vivir bien en armonía
con la Madre Tierra, frente al modelo depredador extractivista que ofrece el
capitalismo en crisis.
América Latina se erige así
como un faro para otros continentes y florece en uno de los ciclos más
extraordinarios de su historia. Pueblos indígenas y campesinos, obreros y
trabajadores, jóvenes y adultos mayores, hombres y mujeres, construyen
diariamente la independencia latinoamericana, con esfuerzos que desde cada país
que forma parte del proyecto bolivariano confluyen en la edificación de una
región soberana y plenamente independiente.
Por eso no sorprende que en la
Cumbre Antiimperialista se haya hecho evidente el alto grado de organización de
los movimientos sociales latinoamericanos que, asumiéndose como una sola región
promueven iniciativas de integración, como la defensa de la Revolución Cubana,
apoyando al derecho del pueblo argentino a romper con el colonialismo británico
en las islas Malvinas y reivindicando el derecho soberano al acceso al mar para
Bolivia.
Los movimientos sociales
rescatan la experiencia vivida para reeditarla en sus respectivos países, como
impulsar el establecimiento de Asambleas Constituyentes en todos los países latinoamericanos
para fundar Estados Plurinacionales, objetivo aprobado en la Cumbre
Antiimperialista.
Se plantean la necesidad de
construir un instrumento de acción política de los movimientos sociales para
defender a los gobiernos que promueven el proyecto bolivariano de la Patria
Grande y la propiedad soberana de los recursos materiales como única
posibilidad de logro del sueño del vivir bien.
Advierten de la necesidad de
realizar una vigilancia permanente de las acciones militaristas y para ello
proponen crear un Observatorio del Neogolpismo y el Intervencionismo Militar de
Estados Unidos y su Brazo Armado, la OTAN. Rechazan de manera organizada el
espionaje y los planes de desestabilización, boicot y sabotaje a los gobiernos
libertarios de América Latina.
Y, finalmente, convocan al
mundo a enfrentar los afanes intervencionistas del imperio con fortaleza, con
dignidad y con soberanía, por el bien de éstas y las futuras generaciones.
dejamos el enlace de un video que resume en unas palabras lo expuesto en la cumbre:http://youtu.be/Z7TbDwPSwdo
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