Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Marcelo Vega Arnez
Algunos
leen libros para transportarse con la imaginación a otros mundos; yo encontré
el artículo de Roberto Laserna sobre “la ley de bancos y sus cambios”, un texto
de ficción liberal que desconoce la crisis mundial generada por los bancos y
que obligó a países defensores del discurso de las “libertades económicas” a
intervenir para rescatar sus sistemas financieros con dinero del público; lo
que el señor Laserna denomina en su artículo “transferir, con conocimiento y
pericia, el ahorro hacia la inversión...”.
Estas
crisis generadas por los bancos no son ajenas a la realidad nacional, donde
hasta antes de la promulgación de la nueva Constitución Política del Estado,
los bolivianos teníamos que responder por esa “pericia de los banqueros”, a
pesar de que los mismos apoyaban tenuemente el desarrollo económico y social
del país y aliados con las elites políticas y económicas, discriminaban a los
micro y pequeños empresarios que deseaban iniciar una actividad.
Parece
venir de otro mundo alguien que defienda hoy al banquero en su libertad para
determinar tasas en desmedro de los ahorristas y prestatarios con el argumento
de no distorsionar el equilibrio de mercado. ¿En qué nos beneficiaba el
equilibrio o cuántos años más tendríamos que esperar por él?, considerando las
utilidades que generan los propietarios de los bancos, lo poco que ganan
nuestros ahorros y lo difícil que es acceder a un crédito para una vivienda o
emprendimiento. Desigualdad que se aprecia más expresada como rentabilidad,
cercanas al 20% para los accionistas de los bancos y 0% para nosotros los
ahorristas.
Más
absurdo aún al existir artículos de prensa donde los propios dirigentes de los
gremios financieros reconocen y aceptan explícitamente la necesidad de regular
las tasas de interés, lo cual considero un acto importante de desprendimiento
por parte de ellos para apoyar al país, aun cuando sea extemporáneo, dado que
pudieron hacerlo bajo el modelo de libre mercado que llevó al país a la crisis
de octubre y provocó la huida en helicóptero de sus más importantes defensores.
Por eso considero razonable y sana una regulación de las tasas de interés
mínimas para depósitos y máximas para vivienda y para el sector productivo.
Hoy
resulta difícil encontrar una persona que no haya tenido problemas con un
banco, por lo que me resulta curioso que a este señor le llame la atención el
volumen del proyecto de Ley de Servicios Financieros comparado con la actual
Ley de Bancos. Fuera de lo superfluo de la observación, la razón es simple, la
actual Ley no regulaba nada para los usuarios, dejaba todo a la autorregulación
y al mercado, por eso no necesitaba muchos artículos. En cambio ahora, el
proyecto de Ley incorpora la protección del usuario, la regulación de tasas,
cartera y comisiones, establece la revisión de los contratos por parte de la
autoridad para evitar abusos, garantiza mejores condiciones para los buenos
pagadores, elimina la discriminación y otorga atención especial al sector
productivo y rural. Todo enmarcado en la nueva CPE, donde se establece que la
intermediación financiera y la prestación de servicios financieros son de
interés público y el Estado tiene que regular el sistema financiero con
criterios de igualdad de oportunidades, solidaridad, distribución y
redistribución equitativa.
Además el
proyecto de Ley crea el fondo de protección del ahorrista para dar mayor
seguridad a los depositantes, crea el Comité de Estabilidad Financiera e
incluye mayores medidas de solvencia, control y supervisión de las Entidades
Financieras entre muchas otras medidas.
Queda
claro que los cambios que hace el gobierno no quedan en papel, muestra de ello
es que desde la intervención del gobierno en la economía, tenemos un sistema
financiero sólido, una economía bolivianizada, no necesitamos prestarnos para
invertir y pagar sueldos, entre muchos otros cambios.
Por eso
quedan pocos profesionales que siguen defendiendo el viejo dogma del libre mercado;
teoría importada que ya fue puesta en práctica con los resultados que ya
conocemos, ¿Vale la pena darles otra oportunidad?
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