Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Rafael Puente
Hay
cosas que cuesta creer, por mucho que las escuchemos de gente seria y
estudiosa, y por eso no nos queda otra que preguntar –pregunta abierta— si
serán verdad. ¿Recuerdan ustedes, allá en los primeros años de este Gobierno
nuestro (“nuestro” quiere decir de quienes lo elegimos), los primeros avatares
en torno al Mutún? Era un tema que a todos y todas nos interesaba, sabíamos que
había sido mal planteado por gobiernos anteriores, veíamos con inevitable
desconfianza la participación de esa empresa india llamada Jindal, pero
confiábamos en que sería mayor la fuerza de nuestro Gobierno, y acompañábamos
con optimismo las negociaciones iniciales.
¿Recuerdan
ustedes finalmente aquella batalla inicial para descartar el viejo proyecto de
la EBX (la empresa que hasta ese momento pretendía beneficiarse de nuestros
yacimientos de hierro) y que pretendía procesar dicho mineral utilizando carbón
vegetal, y por tanto amenazando la existencia de bosques enteros de la región
del Mutún, y la decisión de sustituir el carbón vegetal con gas natural, que
para eso lo estábamos nacionalizando? Sí, había suficientes razones para la
esperanza.
Luego
vino la primera decepción, cuando supimos que la Jindal no cumplía, y la
segunda decepción cuando supimos que los ganaderos de la zona se habían
aprovechado de la urgencia que tenía el Estado para subir descaradamente los
precios de sus tierras, y nunca entendimos por qué se le echó la culpa de ese
abuso al responsable estatal de la nueva empresa; pero a fin de cuentas lo que
interesaba era que el proyecto del Mutún de una vez avanzara, y seguíamos
esperanzados. Luego resultó que no había ni avances ni espacio para la
esperanza, pero nos quedaba la satisfacción de la firmeza con que se mandó al
diablo a la Jindal, y una vez más la esperanza de que nuestra Empresa
Siderúrgica del Mutún (ESM) sería capaz de trabajar sin el capital de India.
Y
en eso estábamos, cuando ahora surgen informaciones que nos sorprenden y
apenan, y que ojalá no sean verdad (se dicen tantas cosas), pero que por eso
mismo requieren respuesta.
¿Será
verdad que la nueva ESM ha iniciado trabajos sin consulta ninguna, en contra de
todos los preceptos constitucionales (y de toda sensatez empresarial)?
¿Será
verdad que la Fuerza Naval ha comprado barcazas chinas (se habla de 29 millones
de dólares), sin ninguna garantía, y que las tales barcazas simplemente no han
llegado?
¿Será
verdad –y ésta es la pregunta más angustiosa— que la ESM ya ha comprado uno de
los hornos de la vieja EBX porque para el proyecto de producción de arrabio ha
vuelto a la idea de utilizar carbón vegetal? Y si no es verdad ¿cómo se explica
el dato de que ya están plantando eucaliptos en la zona, primero 5.000 hectáreas
y con el plan futuro de llegar a las 30.000, pues se calcula que la riqueza
forestal ahora existente no será suficiente?
¿Podrá
ser cierto que nuestro Estado defensor de la Madre Tierra recoja aquel proyecto
“ecocida” que no tiene nada que ver con nuestro proceso de cambio, acaso para
seguir exportando gas a Brasil?
¿Será
verdad, finalmente, que la misma EBX vuelve también a la idea de utilizar para
la siderurgia del Mutún el agua de la laguna Cáceres?, pregunta esta un tanto
inútil en la medida en que dichas aguas ya se están desecando, pero que no deja
de ser angustiosa en la medida en que se volvería a jugar con los derechos de
la Madre Tierra.
Compañero
presidente o director o gerente de la ESM: ¿Podría usted responder a estas
preguntas de algunos atribulados ciudadanos, en lugar de azuzar a los
dirigentes de organizaciones sociales a que presionen al Gobierno para que
apruebe sus propuestas? Se lo vamos a agradecer.
El autor es miembro del Colectivo Urbano para el
Cambio (Cueca), de Cochabamba
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