Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Reymi
Ferreira
El 17 de julio
se cumplieron 33 años del asesinato de Marcelo Quiroga Santa Cruz, líder e
intelectual boliviano que dejó profunda huella en la nación. Exquisito
literato, escribió en el género de la poesía Un arlequín está muriendo (1952);
publicó la novela Los deshabitados, por la que fue galardonado con el Premio
William Faulkner en 1962, una de las 100 obras fundamentales de la literatura
boliviana, según Juan Siles Guevara. Dejó inconclusa la novela Otra vez marzo,
publicada póstumamente. Escribió El saqueo de Bolivia (1973) y Oleocracia o
patria (1976), libros imprescindibles para entender la realidad nacional.

Como militante
de izquierda resistió el golpe de 1971, para luego marchar al exilio, del cual
retornó en 1978 para apoyar la restauración democrática. Candidato a presidente
y parlamentario, se convirtió en una de las figuras esclarecidas de la
política, además de promotor de un orden democrático y justo. El 17 de julio de
1980, tras el golpe de Estado de Luis García Meza, fue detenido, torturado y
luego asesinado en el cuartel de Miraflores.
El paradero de
sus restos mortales es el secreto militar más guardado de nuestra historia.
Tanto sus familiares como organismos democráticos han exigido infructuosamente
su ubicación. A 33 años del asesinato, y pese a las comisiones investigadoras,
no hay resultado alguno. El Gobierno actual, que comparte planteamientos
ideológicos en varios aspectos con el extinto líder, tiene la obligación moral
de hacer lo que otros Gobiernos no quisieron o no pudieron hacer: encontrar el
cuerpo de Marcelo Quiroga para devolverlo a su familia y darle la digna sepultura
que merece
Siguenos en Facebook https://www.facebook.com/escuelanacional.deformacionpolitica
Twitter @escuelanfp
Comentarios
Publicar un comentario
Escriba sus comentarios