Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Reymi
Ferreira
En 2008, con
urgencia, se sometió a referéndum un proyecto de Estatuto Autonómico para el
departamento de Santa Cruz, elaborado febrilmente por un ‘consejo
preautonómico’. El proceso fue tan rápido que no paró mentes en averiguar la
legalidad de la consulta, y, a falta de procedimientos, el ‘consejo’ inventó
uno, que aplicó y fue replicado en los departamentos de la denominada ‘media
luna’.
La consigna de
la autonomía, surgida en sendos cabildos a partir de 2005, fue convertida en
bandera por fuerzas políticas opositoras a los cambios políticos que sucedían
en el país encabezados por los movimientos sociales. Estas fuerzas políticas
regionales, camufladas de cívicas, lograron que en 2005 se eligieran a los
prefectos, medida legítima aunque inconstitucional. En 2006 lograron la
realización de un referéndum sobre autonomías departamentales, en las que el
‘sí’ se impuso en cuatro departamentos.
En 2008, sin
enmarcarse en ley alguna y luego de un referéndum, se ‘promulgó’ un Estatuto
Autonómico, que en realidad era un Estatuto Federal, en el que se plasmaba la
aspiración de las élites de manejar desde los departamentos el poder nacional
perdido desde la huida de Gonzalo Sánchez en 2003.
La Constitución
Política, luego de un azaroso proceso, fue aprobada en 2009 por amplia mayoría
en un referéndum nacional. Contemplaba un régimen autónomo para los
departamentos. Luego de la derrota política del bloque de la ‘media luna’, el
frenesí y urgencia por las autonomías se apagó y las proclamas incendiarias se
convirtieron en letanías. El fracaso por instrumentalizar la lucha por la
autonomía para otros objetivos trajo como consecuencia el desinterés de la
dirigencia cruceña por una consigna trabajada hábilmente durante un lustro.
Un estatuto es
un punto de partida, no el final de un proceso. Nos guste o no, existe una
Constitución que establece procedimientos, derechos y prerrogativas que
reglamentar. Existen actualmente competencias en materia social y económica
importantes para la región, que deben ser ejercidas para luego exigir su
ampliación.
El interés de
algunos sectores por la autonomía tenía un fin utilitario y no el que
legítimamente el pueblo asumió; por lo menos así lo demuestra el hecho que
entre los 50 Gobiernos Municipales y Departamentales que han readecuado sus
Estatutos y Cartas para someterlos a consulta de constitucionalidad, no figuren
los de Santa Cruz
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