Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Lo manifestado por el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, en relación a la obstaculización del retorno del presidente de Bolivia y su comitiva son dignas de figurar en las listas de Ripley, por su torpeza: “Lo importante es que Snowden no iba en ese avión, por lo tanto todo ese debate que se ha producido es un poco artificial” (sic).
De lo dicho por el Mandatario español quedan en claro varios aspectos. Primero, el objeto del bloqueo del espacio aéreo era impedir que saliera de Europa Edward Snowden. Segundo, para lograr este objetivo, poco importaron las convenciones internacionales que otorgan inviolabilidad e inmunidad a las naves que transportan a jefes de Estado y diplomáticos, y que deben ser cumplidas por el “Estado receptor” como por “terceros Estados” (Convención de Viena, 1961; Convención de Nueva York, 1969). Tercero, la violación de un tratado del derecho internacional tampoco importa, por lo que analizar las consecuencias del pisoteo del mismo es un “debate artificial”. Cuarto, los países europeos involucrados, entre ellos España, que actuaron sobre la base de presunciones y por el rumor de que el exagente estadounidense Snowden se encontraba en la nave, violaron un tratado internacional, y pusieron en riesgo la vida de personas.
Quinto, de las declaraciones de Rajoy queda claro qué es “lo importante” para él. España, al igual que los otros países europeos, no tiene demandas judiciales contra Snowden. Es más, Alemania y Francia han condenado el espionaje norteamericano que viola los derechos fundamentales de sus ciudadanos. Pese a ello, para el Presidente español, “lo importante” es cumplir el pedido de EEUU. Sexto, de lo dicho por Rajoy se sobrentiende que si en el avión hubiese estado Snowden, no se hubiera dado autorización para que la nave sobrevuele el espacio aéreo de estos países, quienes incluso exigieron la revisión del avión, en franca violación al derecho soberano que tiene Bolivia y cualquier Estado de transportar en naves con estatus de inmunidad de jurisdicción a las personas que vea conveniente.
El retorno del presidente Morales se complicó por sus declaraciones en una entrevista en la que expresó que si bien no había solicitud de asilo de parte de Snowden, de ser recibida, sería analizada. Estas afirmaciones, que ni afirman ni niegan el asilo, las hace el presidente de un Estado soberano, en uso de sus atribuciones. Que algunos países se dejen llevar por rumores para violar el derecho internacional y menoscabar la dignidad de los Estados es deplorable, pero más deplorable es comprobar la calidad moral, sumisión e hipocresía del Gobierno de un país, como España, que en sus horas críticas siempre recibió de América Latina un trato respetuoso y fraterno, pero que, como ahora, no siempre fue correspondido.
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