Ir al contenido principal

El fascismo está actuando en Santa Cruz, el gobierno debe investigar

Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...

Simón Reyes Rivera Dirigente minero orgánico y militante comunista (1933-2012)


Por: Luis Oporto Ordóñez, Carola Campos Lora y Edgar Ramírez Santiesteban
El deceso de Simón Reyes Rivera, hombre representativo del sindicalismo minero, provocó ideas encontradas en el análisis de su trayectoria política y sindical. Propios y extraños reconocen “su consecuencia, su capacidad analítica, su sencillez, su fidelidad a la lucha de su clase” [1] y su condición de “luchador consecuente e inclaudicable por los intereses de la clase obrera, (que) sufrió la cárcel, el exilio, la tortura, pero nunca transigió y su figura representa lo mejor, lo más combativo, lo más lúcido de la clase obrera”. [2] Sus críticos afirman que “pasa a la historia como un exponente obrero de las ideas revisionistas y antimarxistas en el seno del movimiento sindical boliviano, (que) frecuentemente propicia el colaboracionismo clasista de los trabajadores con una burguesía “patriótica”, “progresista” y “antiimperialista” y “presta sus servicios a los dueños del poder para extirpar al trotskismo del seno de la COB y del movimiento minero”, [3] e inclusive lo identifican como miembro “de la mayor élite de la izquierda de Bolivia, esa izquierda sin ideas, sin propuestas, sin sospechas de nuestras realidades, absolutamente querellante, repetitiva de las consignas que venían de Moscú, la Habana o Pekín”. [4] Su presencia en la política nacional fue gravitante durante sesenta años, con sus luces y sombras, sus grandes aciertos y errores pero con una voluntad de servicio a la clase obrera y a su partido, a los que dedicó lo mejor de su existencia, con desprendimiento, coraje, convicción, solidaridad y entrega indudables.
“Carrero de Interior Mina”, de principio a fin
Simón Reyes Rivera nació el 5 de enero de 1933, en Tarija. Sus padres fueron Jorge Reyes y Antonia Rivera. [5] En su juventud trabajó como zapatero, oficio que practicó hasta los 23 años. Cuando el joven “Chapaco” Reyes, ingresó a la empresa Unificada (Comibol) como “Carrero en Interior Mina” el 13 de enero de 1956, tomó bajo su protección a su madre y sus hermanos menores. Pero no estaba destinado a ser un trabajador más pues en interior mina conoció la dureza del trabajo minero, observó mineros prematuramente envejecidos, comprendió que el país estaba bajo el dominio de un poder imperialista que impedía su desarrollo económico y social, pues prefería tenerlo más bien como proveedor de materias primas. Supo entonces que el país jamás podría alcanzar su independencia económica y asumió como deber autoimpuesto, consolidar la independencia de clase para enfrentar al imperialismo y los gobiernos serviles.
Militante del Partido Comunista de Bolivia y dirigente sindical
A los 19 años participó de la fundación del PCB junto a un grupo que se separó del Partido de la Izquierda Revolucionaria. [6] En 1952, se forja al interior del partido como militante y líder nato. Por sus cualidades de cuadro político y sindical, la Comisión Nacional de Organización, en la VI Conferencia del Partido Comunista de Bolivia (1955) decide introducir el pensamiento marxista y la doctrina comunista en las minas, instruyendo a tres de sus mejores cuadros a enrolarse en el trabajo minero: el “Negro Aliaga” es destinado a Pulacayo, Rodolfo Saldaña a la Empresa Minera Catavi y Simón Reyes Rivera a la Empresa Minera Unificada. Llega a Potosí junto a Andrés Heredia para organizar la extensión del Partido Comunista (1956). Allí ya trabajaba Humberto Ramírez Cárdenas, el “Tequila Ramírez”, prestigioso militante del Partido Comunista y el primer dirigente de izquierda en la Federación de Mineros. En Potosí vivió en la casa de Félix Cisneros, destacado dirigente sindical de la Unificada, quien recibe fuerte influencia de Simón Reyes y Andrés Heredia. La casa estaba ubicada en la calle Bolívar, cerca del Stadium. En las cercanías de la Plaza Avaroa conoce a su futura esposa, Ana Montaño.
Al integrarse al Partido Comunista de Bolivia abrazó el ideal de liberación de su pueblo, en el que destacó por su claridad e inteligencia. Este hombre de alta estatura pronto formó parte del Comité Central del PCB y más tarde de la cúpula del partido. Su doble rol, en el Partido y el sindicato motivó su despido de su fuente laboral, una constante a lo largo de su trayectoria, al que se suma el apresamiento, el exilio y la tortura, retos que enfrentó con integridad, consecuencia y sin delaciones, tan corriente en esa época. A diferencia de muchos dirigentes que se catapultan del sindicato al aparato político, Simón Reyes va desde el partido a la dirigencia sindical. A pesar de que su incursión en la actividad sindical minera fue una decisión política del Partido, se puede afirmar que su transición de “delegado de base” a “dirigente de la FSTMB” fue natural, posibilitada por la alianza con la izquierda del MNR, por lo cual su presencia no significaba peligro alguno para el MNR (1958). Al contrario, con la figura de Simón Reyes el partido nacionalista recuperaba su careta de izquierda, despintada después de la estabilización monetaria. No hay otra explicación para que un chapaco de constitución delgada y alta, se convierta en dirigente de los koya runas (mineros).
Simón Reyes fue elegido Secretario General del Sindicato Central de Metalúrgicos de la Empresa Minera Unificada y en esa condición participó en el Congreso de la FSTMB en Telamayu junto a Alejandro Chigua, Magín Villegas y Julio García (1959), siendo elegido Secretario de Relaciones. Con él ingresa un fuerte contingente, el mejor que tuvo la dirigencia de la FSTMB: Víctor López Arias, Líber Forti, Alberto Jara, Ladislao Vera Luján.
Los despidos y exoneración de la empresa es una característica en su file personal. Su primera experiencia fue el 10 de junio de 1965 [7] cuando se entronizó en el poder el régimen militar del General René Barrientos Ortuño e impuso a sangre y fuego el “Sistema de Mayo”, con la rebaja de salarios en 40%, condenando a la miseria a la clase minera. Sin embargo, continuó su lucha política. En esa coyuntura, al interior de los mineros, se distinguían dos tendencias: las que buscaban su legalización a través de los “Comités de Base” (Irineo Pimentel, Víctor López, Simón Reyes, Liber Forty) y la que propugnaba la lucha clandestina con sindicatos clandestinos (Federico Escobar Zapata, Cesar Lora, Isaac Camacho y Filemón Escobar). Tuvo oportunidad de mostrar su independencia de acción cuando Juan Lechín, exiliado por Barrientos, estaría ausente de la resistencia interna, posibilitando el surgimiento de una nueva generación de dirigentes con proyección nacional. Libre del tutelaje de Lechín, incluso desde la cárcel, germinaba un nuevo liderazgo que se impondría en las resoluciones de los Congresos de Siete Suyos (1966) y Siglo XX (1970). El pensamiento socialista relegaba al nacionalismo revolucionario, aunque éste llevara ropaje de izquierda, pero al mismo tiempo se fracturaba en las dos tendencias representadas por el PCB y el POR.
La Masacre de San Juan
Simón Reyes fue enviado al distrito minero de Siglo XX, en las vísperas de la Masacre de San Juan, perpetrada por el ejército boliviano, cumpliendo instrucciones del Capitán General René Barrientos quien temía a la clase vanguardista minera más que a la guerrilla del Comandante Ernesto Che Guevara que combatía en Ñancahuazú. Detrás del mandatario militar, estaba la embajada americana, asesorando, instruyendo, ordenando.
Su presencia fue crucial pues desmintió las contradictorias versiones del Gobierno para justificar la atrocidad, por ejemplo, se comunicó oficialmente que la incursión militar fue instruida para “detener el complot de los mineros contra el Gobierno”, que “las tropas dispararon en defensa propia”, que “el Che Guevara dirigía las subversiones en las minas” y para “capturar a los pro-guerrilleros que se autotitulaban de dirigentes sindicales”, y el “asalto al cuartel de Lagunillas”. [8] En su esclarecedor informe, Simón Reyes denunció la magnitud de la masacre, allí donde el gobierno afirmaba que hubo resistencia armada mostró que los mineros festejaban la noche de San Juan, allí donde se decía que los soldados dispararon en defensa propia demostró que los mineros fueron acribillados con cobardía aprovechando el estado emotivo en que se encontraban y que lo único que combatieron esa noche fue el frío intenso de la puna y las únicas armas que blandieron fueron las tacitas de té-con-té. Los mineros no salían de su estupor, al ver caer los cuerpos de sus compañeros, fulminados por la munición de guerra que usó la tropa militar. [9] Simón Reyes fue sindicado de conformar una red de partidos extremistas que complotaban contra el gobierno: “Los comunistas con Simón Reyes y Rosendo García Maisman. El grupo Pekín con Toscanito y Federico Escobar y, finalmente, la gente del POR, como Filemón Escobar, Víctor Sosa y Jesús Camacho”. [10] En su informe, Reyes, afirma que “no se ha mostrado ninguna prueba que justifique la acusaciones contra los dirigentes sindicales, llamados por el Gobiernos ‘agitadores extremistas’”. Destruye los argumentos del Gobierno y el Alto Mando: “A pesar de todos los esfuerzos para justificar las masacres de San Juan en Siglo XX y Huanuni, no han podido exhibir una sola razón ni han podido mantenerse en un solo motivo”. [11]
Asamblea del Pueblo y Golpe contra el General Torres
La dinámica clasista imperante en la FSTMB, que si bien no desplazó a la recia personalidad de Lechín, abrió espacio a dirigentes socialistas, entre ellos, Simón Reyes. Fue reincorporado a su fuente laboral el 1 de abril de 1970, con su mismo cargo de Carrero, volviendo a organizar al sindicato de Pailaviri. Tuvo intensa actividad en la Asamblea del Pueblo (1970), un cuerpo legislativo popular inspirado en los “soviets” rusos, que fue abortado por el Golpe de Estado del Cnl. Hugo Banzer Suárez, contra quien organizó la resistencia en Laikacota. A raíz del cruento derrocamiento del Gral. Juan José Torres, el 19 de agosto de 1971 (1971). Su permanencia en la mina tenía los días contados, pues fue despedido el 14 de diciembre de 1971. La derrota del 21 de agosto de 1971 significó su paso a la clandestinidad y el exilio. Su prestigio como dirigente sindical y político y el profundo espíritu de solidaridad de los mineros, posibilitaron que se mantuviera en la Secretaría de Relaciones de la FSTMB en dos de sus congresos. Alternó el trabajo con la conspiración política. Era parte de ese grupo de conspiradores profesionales que generó la izquierda esclarecida en el país. Únicamente pudo reingresar a su puesto de carrero cuando cayó el régimen banzerista, el 7 de marzo de 1978.
En la primavera democrática de 1978, encabezó la lista de diputados de Frente de la Unidad Democrática y Popular, por Potosí, en las elecciones anuladas de 1978 como representante de su partido y dirigente minero. En 1979 logra su elección como diputado nacional. Ese mismo año fue re-elegido como Secretario de Relaciones Internacionales de la Central Obrera Boliviana, integrándose activamente al Comité Ejecutivo de la Central Obrera Boliviana. Un nuevo golpe de estado sumió al país en una larga noche de dictadura y fue despedido nuevamente, el 13 de agosto de 1980, poco después que Luis García Meza asaltara el gobierno imponiendo un gobierno ligado al narcotráfico y al fascismo argentino. Fue apresado y su imagen fue usada por el ministro de gobierno del dictador que lo mostró en la televisión a los pocos días del golpe, despejando los rumores de su ejecución. Con la caída del régimen, en plena transición a la recuperación de la democracia, volvió a su labor minera el 31 de julio de 1982.
Representando a su partido y a los trabajadores, tercia en las elecciones de 1982 y es elegido diputado nacional [12] integrando la bancada del Partido Comunista de Bolivia (1982-1985). Como Delegado de la Central Obrera Boliviana, participa en la Sexagésima Novena Reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo, en Ginebra (1983). En su intervención señala que “la delegación de la Central Obrera Boliviana, a diferencia de la que les correspondió participar los años 1981 y 1982 (tiempo en la que la Central Sindical se encontraba proscrita, perseguida por la dictadura militar del exgeneral Luis García Meza), lo hace en ésta ocasión en la más absoluta libertad democrática. El movimiento obrero boliviano durante ese periodo luchaba por sus derechos en la más estricta clandestinidad”. [13]
Lucha contra el neoliberalismo
La apertura democrática llevaría a los dirigentes sindicales a ser sus firmes defensores y protagonistas del juego democrático, entre ellos Simón Reyes y el PCB, tuvieron la virtud de conformar un frente triunfador en tres elecciones frustradas, en las cuales fue elegido parlamentario es decir su liderazgo era indiscutido. Pero, el gobierno de la UDP, con su fracaso, lo arrastraría. Perdió contra Lechín en el Congreso de la COB en Cochabamba (1984), se tomaría la revancha en Santa Cruz cuando fue elegido Secretario Ejecutivo de la Central Obrera Boliviana en el VIII Congreso de la COB (1987), como una ratificación de que el radicalismo, de por sí, tampoco es válido. Tiene el mérito de haber sucedido a Juan Lechín Oquendo en la búsqueda de una vía democrática en reemplazo de la “línea del todo o nada” que propugnaba aquel, pero es evidente que “sucedió a Lechín cuando la confederación sindical había perdido gran parte de su poder de negociación con el Estado y el movimiento popular comenzó a buscar formas alternativas para plantear sus reivindicaciones”. [14]
La debacle del modelo industrial, con el DS 21060, lo arrastraría. Pese a que volvió al congreso en 1985, [15] integrando el FPU, coalición del PCB y el MBL (1985-1989), [16] no encontró la forma de evitar la dispersión del movimiento minero, más aún cuando el curso de los acontecimientos lo puso al frente de la “Marcha por la Vida”. La generalizada conculcación de las conquistas sociales debilitó a tal grado al movimiento minero que la sobrevivencia de la familia era el fin último al que había sido reducido el minero revolucionario. Simón Reyes no supo o no pudo canalizar la energía emergente de nuevos sectores sociales como campesinos, maestros o gremiales, en el seno de la COB. A su pesar reeditó la vieja consigna de la Huelga General Indefinida. En ese contexto, la COB peleó, negocio y perdió. Como un corolario insospechado, connotados miembros de la dirigencia histórica minera sucumbieron ante la oferta gubernamental de bonos extralegales.
En Oruro (1989) sería relevado de la dirigencia sindical pero retornó una vez más al congreso integrando la Izquierda Unida (1989-1993), [17] pero fracasa en las elecciones de 1993 y 1997. [18] Al final de su existencia, apareció esporádicamente expresando su criterio sobre la coyuntura política. Falleció en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, el 1° de noviembre de 2012.
*    Historiador, Archivista y exdirigente de la FSTMB y de la COB, respectivamente.
1.      Miguel Lora Ortuño: “Ha muerto Simón Reyes”. Bolpress, 5.11.2012.
2.     Adriana Dager López, en su muro de Facebook, 1.11.2012.
3.     Miguel Lora, op. Cit.
4.      Max Murillo Mendoza, en mensaje por correo electrónico, 4.11.2012.
5.     Estos y otros datos de su trayectoria laboral fueron extractados de su Expediente personal. Archivo Histórico de la Minería Nacional.
6.     Miguel Lora, op. Cit.
7.     Expediente personal de Simón Reyes. Archivo Histórico de la Minería Nacional. Es interesante analizar la dinámica laboral de los dirigentes que son retirados por “falleros”, eufemismo con el que se esconde el retiro por motivos políticos, o la “declaratoria en comisión sin goce de haberes” que deja en suspenso su estatus laboral mientras permanecían presos, a fin de no perder antigüedad, con la complicidad de “mandos medios” de la Comibol.
8.     Simón Reyes Rivera: La masacre de San Juan. Oruro, s.e., 1967, pp. 17-20.
9.     El artífice de esa operación comando fue el temible Capitán Zacarías Plaza.
10.  Gregorio Iriarte, citado por Soria, Pimentel y García: 1967: San Juan. A sangre y fuego. La Paz, Biblioteca Laboral, 2016, p. 294.
11.   Simón Reyes Rivera, op. Cit., p. 21.
12.  H. Cámara de Diputados: Anuario Legislativo 1983. La Paz, HCD, s.f., p. 421.
13.  Testimonio de Edgar Ramírez Santiesteban. (Noviembre de 2013).
14.  Salvador Romero Ballivián: Diccionario biográfico de parlamentarios, 1979-2009. La Paz, Fundappac, 2009, pp. 382-383.
15.    Anuarios Legislativo s 1985-1986 (p. 408); 1987-1988 (p. 309); 1988-1989 (p. 9); 1989-1990 (s.p.).
16.  Carlos Mesa Gisbert: Presidentes de Bolivia. Entre urnas y fusiles. La Paz, Gisbert, 2005, p. 172.
17.   Carlos Mesa, op. Cit, pp. 175; Anuarios Legislativos1989-1990, 1990-1991, 1992-1993.
18.  Salvador Romero (op. Cit. P. 383) erróneamente afirma que “Reyes fracasó en tres oportunidades consecutivas: 1989, 1993 y 1997”.

Síguenos en Facebook:  Escuela Nacional de Formacion Politica 
Twitter: @escuelanfp


Rellene el siguiente formulario para suscribirse.


En Bolivia:









Comentarios

Entradas populares de este blog

Pedro Ignacio Muiba, el héroe

Por: Homero Carvalho Oliva En 1975, mi padre, Antonio Carvalho Urey, terminó una investigación iniciada en la década de los sesenta que habría de cambiar la historia nacional. Después de muchas visitas al Archivo Nacional de Bolivia, dirigido en ese entonces por Gunnar Mendoza, extraordinario intelectual e historiador, quien le ayudó a ubicar los folios que habrían de probar toda una hazaña que da testimonio que los indígenas moxeños participaron activamente en la Guerra de la Independencia de nuestro país, al mando del cacique Pedro Ignacio Muiba. Esta investigación se publicó, primero en septiembre de 1975, en un policopiado financiado por la Universidad Técnica del Beni, en un pequeño tiraje de 200 ejemplares y luego en la famosa Biblioteca del Sesquicentenario de Bolivia. Dos años más tarde, en 1977, Antonio publicó el libro titulándolo Pedro Ignacio Muiba, el Héroe y de esa manera se reparó una injusticia histórica. En sus investigaciones, Antonio se basó, entre otros, en...

La despatriarcalización

Por: Julieta Paredes Al igual que el Seguro Universal de Salud (SUS), la despatriarcalización, como nombre para una política pública, tardó mucho, pero llegó. Entonces, en este marzo de luchas de las obreras, es necesario analizar, ¿qué es lo que realmente llegó? Fruto de una serie de movilizaciones de mujeres pertenecientes a las organizaciones sociales del proceso de cambio, se lograron algunas medidas en el Ejecutivo. Fueron movilizaciones que se realizaron a lo largo del año pasado, con encuentros departamentales. Así fue que se logró concretar un listado de demandas que más o menos se repitieron a lo largo de estos años, con algunas interesantes novedades. Entre ellas podemos señalar la exigencia del salario al trabajo doméstico y la necesidad de un espacio en el Gobierno para este sector. Algo así como un Ministerio de las Mujeres, instancia que tenga la jerarquía necesaria para efectuar las tareas que corresponden a la mitad de la población de Bolivia que somos las mu...

Idiosincrasia e ideología

Por: Félix Tarqui Triguero No son posibles las revoluciones económicas sin las revoluciones culturales porque todos aquellos contenidos que constituyen el fundamento de determinada cosmovisión propia de cada nacionalidad o sociedad pueden ayudar o frenar su avance por ser una manera de pensar de cada agrupación humana, en funcion a su historia y cultura. Así nace la idiosincrasia propia de cada pueblo, sin embargo, se enfrenta a la idiosincrasia forzada o alienante que influye día a día a las grandes masas de la población mundial de manera globalizante, en ese contexto necesitamos ver que Bolivia es un país de molde capitalista y sub desarrollado (empobrecido por la clase dominante que gobernó desde 1825 exceptuando a Antonio José de Sucre, Andrés de Santa C. hasta el 2005), La ideología como el estudio de las ideas es también un proceso de construcción critica, influenciado tan pronto el individuo se encuentra inmerso en las realidades sociales, económicas, culturales...