Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Santi Ramirez
Se trata del tercer país más poblado de África
(después de Nigeria y Etiopía), con 83.2 millones de habitantes. La economía
egipcia es la segunda más importante de África, después de la sudafricana.
Aunque su producción petrolera no es importante, su producción de gas coloca a
Egipto en el puesto 15 de los países productores.
Su
importancia estratégica radica, por una parte, en que es un puente entre África
y Asia. Y, por otra, en que en su territorio se encuentra el canal de Suez, por
el que atraviesa cerca del 14% del tráfico marítimo mundial. Anualmente cruzan
por el canal de Suez unos 18.000 barcos, 2/3 de los cuales son petroleros. El
paso por él acorta en un 40% la ruta marítima entre Londres y Bombay. A través
del canal llegan a Europa la mayor parte de las mercancías procedentes de
Japón, China y Sudeste Asiático.
Pero, a
través de este canal no circulan únicamente buques mercantes, sino que también
sirve de paso para navíos de guerra. Hay que tener en cuenta que, en
determinadas circunstancias, la 6ª Flota de EEUU (encargada del Atlántico, el
Mar del Norte y el Mediterráneo y con sede en Nápoles), puede necesitar
desplazar unidades para reforzar a la 5ª Flota (encargada del Golfo Pérsico,
Mar Rojo, Mar Arábigo y costa oriental de África, con sede en Barein) o viceversa.
De hecho,
pocos días después de la caída de Mubarak, dos buques de guerra iraníes
cruzaron el canal en dirección al Mediterráneo, por primera vez desde la
Revolución Islámica de 1979, con objeto de hacer valer su derecho a la libre
navegación por el canal, de acuerdo con lo que establece la Convención de
Constantinopla de 29 de octubre de 1888.
Hay que
tener en cuenta que el canal de Suez fue nacionalizado por el gobierno de Gamal
Abdel Nasser el 26 de julio de 1956 y que ese mismo año, tropas anglo-francesas,
apoyadas por efectivos de Israel, llevaron a cabo la invasión de la zona del
canal, que se convirtió en un verdadero fracaso militar y que provocó su
bloqueo por parte del gobierno egipcio, mediante el hundimiento de varios
barcos. El canal se volvió a abrir a principios de 1957, tras la retirada de
las fuerzas invasoras. Nuevamente se volvió a bloquear en 1967, con motivo de
la Guerra de los Seis Días, y fue reabierto en 1975, permaneciendo abierto
desde entonces.
Por ello,
EEUU necesitaba asegurarse el control del canal de Suez no sólo para garantizar
la navegación por él sino para, en un momento determinado, poder bloquearlo. Y
el comportamiento que pudiera tener el gobierno de Mohamed Morsi era
impredecible. Constituía un factor de incertidumbre y, por tanto, de riesgo,
que era necesario eliminar, sobre todo teniendo en cuenta el progresivo ascenso
de China en el plano internacional.
El
imperialismo yanqui temía que se produjese un acercamiento de Egipto al país
asiático, sobre todo a partir de un viaje de negocios que el gobierno de Morsi
organizó a China, a mediados de 2012, en el que participaron más de 80
empresarios egipcios, buena parte de los cuales habían estado vinculados al
gobierno de Mubarak, aunque dicho viaje no tuviera el fruto deseado.
Para
hacernos una idea de la importancia del control de las rutas de navegación, y
sobre todo del paso a través de canales y estrechos, hemos de tener en cuenta
que EEUU controla, en la práctica, el paso de buques por el canal de Panamá y
que, debido a ello, China proyecta construir un nuevo canal en Nicaragua, para
comunicar el Océano Atlántico con el Pacífico de forma segura y así evitar, en
un futuro más o menos próximo, ser sometida a bloqueo por parte de EEUU.
Egipto
también tiene un interés estratégico para EEUU como “contrapeso” a la creciente
influencia económica y política de China en África Oriental. En la gira que
efectuó Obama, a finales del pasado mes de junio, por Senegal, Sudáfrica y
Tanzania, advirtió en varias ocasiones contra la aceptación de las inversiones
chinas por parte de los países africanos, dando así una muestra de la
preocupación del imperialismo yanqui por la presencia cada vez mayor de China
en aquella zona.
La
penetración china en África Oriental viene de la mano de su participación
(técnica y económica) en los dos macro-proyectos que se están desarrollando en
aquella región; el de la gran presa del Nilo Azul y el del Corredor Lapsset. El
primero de ellos está siendo impulsado por Etiopía, una potencia regional en
ascenso, con aspiraciones hegemónicas sobre sus tres áreas de influencia: el
Mar Rojo, la cuenca del Nilo y África Oriental. Se trata de un proyecto que
podría dar lugar a un enfrentamiento con Egipto, en un futuro más o menos
próximo. De momento, Etiopía ha logrado el apoyo para su proyecto de otros
cinco países: Burundi, Kenia, Uganda, Ruanda y Tanzania y probablemente se
sumen también a él Sudán y Sudán del Sur.
El segundo
proyecto, el Corredor de Lapsset, contempla la construcción de carreteras, vías
férreas, oleoductos, puertos marítimos, etc. En este proyecto participan:
Kenia, Uganda, Sudán del Sur, República Centroafricana y Camerún. Permitirá una
nueva salida al mar para Etiopía, a través del puerto keniano de Lamu, y
proyecta derivaciones a la República Democrática del Congo (desde Uganda) y a
Tanzania y Etiopía (desde Kenia). Como podemos ver, hay varios países que
participan en ambos proyectos.
En cuanto a
la situación del ejército egipcio hay que decir que, en la práctica, no está
subordinado al gobierno de aquel país, y actúa como si se tratase de una
entidad independiente. Se trata de un caso evidente de autonomización del
aparato represivo respecto del poder político.
Es sabido
que la burocracia, y no sólo la administrativa sino también la militar,
constituye una categoría social y, por tanto, no se la puede considerar como
una clase o como una fracción de clase. No obstante, la burocracia, como
categoría social específica, cuenta con una autonomía relativa y con una unidad
propia. Por ello, en determinadas circunstancias, en coyunturas concretas,
puede llegar a constituir una verdadera fuerza social y a actuar como si se
tratase de una clase social, con unos intereses propios. Ese es el caso del
aparato represivo del Estado egipcio y, en concreto de sus distintos órganos
(judicial, policial y militar), especialmente del ejército.
Este último
goza de una gran autonomía dentro del Estado egipcio, y en las últimas décadas,
durante la dictadura de Hosni Mubarak, ha ido estableciendo unas relaciones
cada vez más estrechas con EEUU (mediante la realización de maniobras
conjuntas, la asistencia a cursos, para jefes y oficiales, en academias
militares norteamericanas, etc.) que le han llevado a recibir directamente de
estos la ayuda económica y militar, sin la intervención del propio gobierno
egipcio.
La
progresiva autonomización del aparato represivo egipcio ha sido estimulada por
el propio imperialismo yanqui porque así convenía a sus propios intereses y ha
alcanzado tal importancia que el ejército egipcio actúa hoy día como si se
tratase de una auténtica clase social que posee empresas propias (industriales,
inmobiliarias, de turismo, etc.) y que ha llegado a controlar alrededor del 40%
del PIB del país.
La
autonomización del ejército egipcio responde pues a la necesidad del
imperialismo yanqui de contar en aquel país con un instrumento de confianza, de
plena disponibilidad, independientemente de que partido sea el que gobierne en
cada momento, como ya se ha demostrado.
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=173761
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