Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por:
Carla Espósito Guevara
A
propósito de la agenda 21F
Un grupo de "ilustres" intelectuales,
paceños en su mayoría, presentó públicamente una agenda, denominada 21F, en
clara referencia al referéndum de aquella fecha, en la que muestran a la
sociedad boliviana sus deseos de un cambio de gobierno y una suerte de programa
de “transición”, de lo que ellos llaman un “régimen autoritario y corporativo”,
hacia uno distinto, que sería un “estado social, democrático, de derecho”. La
presentación pública de dicha agenda es algo digno de ser analizado, nos solo
por la debilidad de las “verdades” que intenta posicionar, sino por la profunda
colonialidad de su puesta en escena.
Para empezar, nuestros intelectuales
democráticos presentan una lectura errónea de los resultados del 21F, en el que
la población efectivamente votó rechazando una enmienda a la Constitución, pero
en ningún momento lo hizo por un cambio de gobierno distinto al del MAS,
deducir automáticamente eso de los resultados del 21F es hacer una
interpretación hipotética y arriesgada a la que le falta una verificación en la
realidad.
El documento presenta una caracterización
muy mal lograda del actual gobierno, al que califican de “régimen corporativo y
autoritario”. Habría que decir al respecto que se ha vuelto un lugar común en
la oposición latinoamericana calificar a los gobiernos de izquierda como
“regímenes”, no así a los de derecha, nunca veremos por ejemplo a la CNN
calificar al gobierno de Macri como “régimen”, pero si al de Morales y Maduro.
Esto porque la famosa palabra tiene una historia en América latina y se asocia
a los gobiernos dictatoriales, a ellos se los llamaba “regímenes”, entonces la
agenda oculta tras esta palabra es decir que son gobiernos de ese tipo.
Afirmación que cae por su propio peso, pero que la oposición usa con la mayor
soltura, la misma presentación de la agenda es prueba de que no vivimos en este
tipo de “régimen”.
El documento hace también un uso abusivo
de la palabra corporativo, ya que lo que menos existe son corporaciones que
estén en o detrás del Gobierno, si con ello quieren insinuar que son las
organizaciones sindicales las que toman decisiones, es que no conocen en
absoluto la dinámica establecida en la última década entre Estado y
organizaciones sociales, que en cualquier caso, es mucho más democrática que la
gobiernos anteriores, en los que escasamente los presidentes abrieron las
puertas de Palacio a un solo sindicato, organización indígena o campesina.
Pero más interesante de analizar es la
puesta en escena de la presentación. Huelga decir que en su lectura pública
participaron representantes de antiguos regímenes de dudosa vocación
democrática y de indudable corporativismo y corrupción. El documento fue leído
colectivamente, por turnos sucesivos, a la manera escolar, para demostrar la
profunda convicción democrática de sus autores. Pero no deja de llamar la
atención la presencia impostada de tres indígenas en el panel, pues claro,
hubiera sido incómodo y poco atinado presentar un documento de esa naturaleza
sin la presencia de indígenas a estas alturas de la historia.
Guillermo Mariaca los presenta como el
compañero” Félix de Potosí, el “ciudadano” Bailer de Sucre, y el compañero
Vladimir, no menciona sus apellidos, a diferencia de Gonzalo Rojas, José Luis
Quiroga, Loyola Guzmán, Cecilia Requena, a los que llama “ciudadanos” y son
nombrados por sus nombres y apellidos. Los indígenas son invitados a leer tres
párrafos de un documento que claramente sienten ajeno. Sin duda se sumaron a la
agenda de los intelectuales que condescendientemente les dan voz e incluso les
dicen qué leer. Triste avance de tan ilustrado grupo.
Como no podía ser de otra manera, la
lectura pública del mentado documento concluye con el infaltable grito ¡Vivan
los mártires… al que le sigue un incómodo silencio. ¿Mártires de qué? estarían
preguntándose muchos. ¡Hay, parece que no tienen mártires!
Podría, decir más, pero aquí me quedo por
falta de espacio, pero invito a mis lectores a ver personalmente la grabación
en línea de tan memorable presentación y a juzgar por sí mismos.
y Twitter: @escuelanfp
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