Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por:
Luis Oporto Ordóñez
Nació en Sopachuy (Chuquisaca) el 4 de
junio de 1948. [1] Su padre Máximo trabajaba su pequeña propiedad y su madre
Teófila estaba al cuidado del hogar. A los doce años se trasladó a Sucre;
trabajó en una sastrería, estudió bachillerato y formó familia. Se empleó como
portero del Instituto de Investigaciones Pedagógicas del Distrito Escolar de
Sucre. Se inscribió en la Facultad de Derecho e integró un “Grupo de Estudio”
de la Democracia Cristiana Revolucionaria, allí “reproducía textos de marxismo,
en la fotocopiadora de la Jefatura de Distrito, para el resto de la
militancia”. [2] A raíz del golpe de Estado de Banzer (1971), sale a Chile
donde pasó varios meses fortaleciendo su formación política. Conoció a Jorge
Ríos Dalenz y la cúpula mirista. [3]
La vida en la mina
El Movimiento de Izquierda Revolucionaria
lo envía a la mina de Siglo XX a fin de formar una base minera (1973). Llegó a
Siglo XX con su esposa Flora y sus tres hijos; ingresó a interior mina como
chasquiri, en la sección Block Caving. Fue elegido delegado seccional y miembro
del Comité de Huelga durante la toma de Radio “Pio XII” (1975) y en la toma
militar del campamento (1976). Se formó como cuadro en polémicas diarias en el
rajo, a la hora del almuerzo, el pijcheo, en reuniones seccionales y en las de
delegados. Era afecto a la lectura y a escribir, formó una biblioteca de
formación política. La tragedia golpeó su hogar con la muerte de su esposa,
quedando a cargo de sus tres hijos; más tarde se casó con Juana Contreras. Fue
despedido en 1976 y reincorporado en 1978. Sensible, sereno, dispuesto al
sacrificio personal y un hábil negociador, era considerado un genuino
representante del distrito. Fue elegido Secretario General del Sindicato (1979)
y viajó a Managua (Nicaragua) a celebrar la victoria sandinista contra el
régimen de Somoza, firmando un convenio con la Central Sandinista de
Trabajadores. Asistió al XVI congreso de Cororoco, XVII de La Paz, V Congreso
de la COB (1979) y XVIII Congreso Minero, en Telamayu, donde fue elegido
Secretario de Conflictos de la FSTM (1980).
Su trayectoria política
Autor de la tesis de “proletarización”
del partido, motivó a que el MIR enviara dos “cuadros de apoyo” para fortalecer
su formación política. [4] Sorprendió con su “propuesta de unidad” para formar
un frente único; dio fin al bipolarismo POR-PCB e introdujo como tercera fuerza
al MIR. Exigió a su partido “hablar el lenguaje de los trabajadores”; tenía
obsesión para mantener informadas a las bases mediante un órgano regional,
gracias a una multicopiadora al que se bautizó como “Florita”, con la que
publicó Primera Punta, Boletín Sindical Minero, Bolivia Libre (editado a
colores), Silico y Táctica General del Movimiento Popular de su autoría. [5]
“Florita”, formidable instrumento de lucha, [6] fue puesta a disposición del
Comité de Huelga para sus documentos orgánicos con tiradas de 500 ejemplares.
Durante la ocupación militar de 1976 fue resguardada en la mina y cambiaba con
frecuencia de domicilio. [7] Después de la huelga de 1976 Artemio vivió
clandestino ocho meses, eludiendo agentes y coordinadores laborales (Krumiros),
visitaba los campamentos en las noches para reorganizar los cuadros. Fue
detenido y torturado en Oruro y La Paz, hasta la huelga de hambre de las cuatro
mujeres mineras que decretaron el fin de la dictadura de Banzer. Criticó la
tesis del “entronque histórico” de Jaime Paz Zamora y planteó la “inserción del
partido en el seno de las masas”; sostenía la necesidad de construir un partido
proletario. Fue presidente de la UDP regional en Siglo XX.
Resistencia al Golpe de García Meza
El 17 de julio de 1980, Luis García Meza
implementó la “Cadena Nacionalista” piloteada por Radio “Illimani” y “Batallón
Colorados” (La Paz), “Nacional” (Cochabamba), “Grigotá” (Santa Cruz) y
“Topáter” (Oruro), declaró “Zona Militar” a todo el territorio nacional y “Estado
de Sitio con Toque de Queda”. Todo el país ha sido controlado por García Meza y
sus paramilitares (con apoyo de asesores argentinos) excepto los centros
mineros. Desde las minas responden con la “Cadena de la Democracia” liderada
por Radio “Ánimas” (Consejo Central Sur), [8] “La Voz del Minero” y “Pio XII”
(Siglo XX), “21 de Diciembre” (Catavi), “Llallagua” (Llallagua), “Nacional”
(Huanuni), “Vanguardia” (Colquiri), “La Voz del Cobre” (Corocoro), “Viloco”
(Viloco).
Artemio, estratega nato, organiza la
resistencia junto a cinco sindicatos del distrito: dispone bloqueo de trancas y
caminos, establece un comando central en el Sindicato, organiza en cada sección
brigadas de defensa con tres comandos (vigilancia, comunicación y
abastecimiento), con relevos cada seis horas y capacidad de desplazamiento;
mujeres y niños abastecen dinamita, coca y cigarros; el Comité de Amas de Casa
forma piquetes de vigilancia, provee café y comida, organiza ollas populares y
raciona alimentos; ordena a las “lameras” (el estrato más pobre) resguardar
Radio “Pio XII”; idea un sistema de comunicación con chasquis en cada brigada y
organiza las fuerzas populares a la manera de “un ejército popular formado por
trabajadores en el cual [la] disciplina es lo más fundamental”.
Desde Uncía, la tropa militar ataca el
Kenko pero tropieza con las brigadas de defensa de que movilizan a toda la
población. La Cadena radial denuncia a nivel internacional las atrocidades de
los militares en los campamentos mineros. 19 de julio: en Viloco es asesinado
el trabajador Santiago Huanca; 20 de julio: bombardeo de Radio “Colquiri” y
toma del campamento; asalto a Chocaya, los trabajadores de Tasna Rosario, San
Vicente, Buen Retiro y Chorolque, acuden en su auxilio; avance sobre Santa Ana
y Siete Suyos. 21 de julio: Radio “Ánimas” denuncia “tropas fascistas están
tomando por asalto este centro minero”; [9] caen “La Voz Minera del Sur” en
Chichas y Siete Suyos, Huanuni, San José y Corocoro, Atoroma y Matilde.
Las tropas toman Uncía y apresan al alcalde
Serrano. Camargo solicita autorización de las bases para plantear una
entrevista, con mediación del gerente de la empresa, con el Cnl. Carlos
Arrázola (comandante del Regimiento “Illimani”). Se forma una comisión
integrada por Bernal, Balcázar, Espinoza, Jiménez, Balderrama y Chambi, que se
reúne en el cruce del Ferrocarril y el camino a Uncía. La seguridad de la
comisión está a cargo de la sección Block Caving, que ocupa posiciones
estratégicas. El Cnl. Arrázola afirma que su misión es ingresar y tomar el
centro minero pero plantea no ingresar a las minas si los trabajadores se
comprometen a silenciar las radios y exige que las brigadas de Miraflores dejen
de hostilizar a las tropas, amplias garantías para sus oficiales y tropa para
entrar y salir de Catavi, Llallagua y Siglo XX. Un chasqui informa que Huanuni
fue tomada por el ejército con tanques blindados y ambulancias y el con apoyo
de la aviación. [10] La toma de Siglo XX parece inminente pero un hecho
singular cambia el curso de los acontecimientos. El 22 de julio miles de
campesinos del Norte de Potosí, acuden a defender Radio “Pío XII”; reciben
dinamita, coca y cigarros y se incorporan orgánicamente a la defensa de Siglo
XX.
El Regimiento “Rangers” de Challapata
avanza sobre Miraflores con 18 “caimanes”. La brigada de lameros hace
retroceder a las tropas pero con tanques y apoyo de helicópteros toman la
plaza, provocan 6 muertos y 14 heridos y amagan Llallagua mas no pueden romper
las barricadas. Las Juntas Vecinales se suman a la resistencia en cada calle y
cada esquina, usando la estrategia de pintar consignas: “Soldado no dispares
contra tu pueblo”, “Soldados no somos tus enemigos”, “Vuelca tu fusil, no mates
a tu madre ni a tu hermano”. Artemio Camargo “ha convertido a trabajadores,
campesinos y población civil en una máquina de defensa y resistencia”. Un
sector radicalizado plantea asaltar el cuartelito de Catavi para apoderarse de
las armas. Artemio no puede impedirlo y el comando minero ejecuta la operación,
pero al interior encuentran un soldado agonizante y una sola arma, evacuan al
herido al hospital y retornan a Siglo XX. La acción desata la furia militar que
conmina a la rendición. El 24 de julio, una comisión dirigida por G. Bernal en
compañía del párroco Roberto Durette, director de Radio “Pio XII”, acude al
cuartel. Mientras Artemio intenta forzar la mediación de la iglesia, un avión
ametralla a la comisión y provoca diez muertos. Los militares entregan un
ultimátum en el quinto día de resistencia. Camargo logra la mediación del Cardenal
Clemente Maurer y acude a una entrevista en Uncía con el Cnl. Arrázola y el
Cnl. Jaime Prada (comandante de los “Rangers”), que entregan un documento de
cuatro puntos: “El ejército se compromete a no intervenir los campamentos,
liberar a presos y las garantías del gobierno, a condición de que suspendan la
huelga”. El ultimátum es tajante. “Tienen media hora para firmar este documento
o atenerse a las consecuencias”. Artemio firma el documento y asume “la
responsabilidad a fin de evitar días de tragedia y luto a los hogares mineros”.
En la última asamblea en Siglo XX, el 26 de julio, tras ocho días de heroica
resistencia, se dirige a la población en un memorable discurso:
“En esta histórica plaza dimos inicio a
la resistencia al golpe fascista y es en esta misma plaza ue tenemos que
decidir nuestro destino y tal vez el destino de las demás minas del país (…)
Nadie puede decir que nuestro pueblo no ha peleado; hemos luchado y todavía
algunos sectores continúan la resistencia, pero ha llegado el momento de evaluar
(…) para ver cuál es el estado de la correlación de fuerzas. Por una parte las
fuerzas fascistas con todo el poderío de su armamento moderno, sus aviones, sus
tanques, sus bombas y sus asesores argentinos, por otra el pueblo, sin armas
pero con una inquebrantable decisión de defender su pan, su trabajo y su
libertad. Este pueblo minero ha escrito su historia con sangre derramada por
miles de nuestros antepasados (…) No queremos mártires por el solo hecho de
tenerlos, necesitamos hombres vivos porque con ellos haremos nuestra
revolución. Nos hemos visto obligados a firmar el convenio. Esto de ninguna
manera es una claudicación o una traición a nuestra lucha. Es indudable que el
tiempo y la historia son los mejores jueces, juzgarán sobre la actitud que
asumimos como dirigentes, pero también ustedes aquí y ahora tienen el derecho
de juzgarla”. [11]
La huelga fue levantada. La resistencia
había terminado. Los últimos bastiones sucumben. 4 de agosto: cae Caracollo,
bombardeo de campamentos mineros, 16 muertos y 25 heridos. 6 de agosto: cae
Viloco, se silencia Radio “Viloco”, la última de la “Cadena de la Democracia”.
9 de agosto: los regimientos “Max Toledo” de Viacha, “Tarapacá” de La Paz y
“Camacho” de Oruro, atacan Caracoles y provocan una masacre: 45 muertos, 6
heridos, 180 detenidos, 62 torturados.
Cita con el destino
Artemio recibe la orden de salir de Siglo
XX, de Oruro pasa a El Alto y La Paz. Organiza la Brigada Sindical del MIR y
desarrolla intensa actividad para reorganizar el movimiento popular; se
incorpora a la Dirección Nacional clandestina del MIR, asiste a una reunión de
coordinación en Lima (1981); a su retorno integra la Central Obrera
Departamental clandestina [12] y participa en la reunión de la Dirección
Nacional clandestina del MIR [13] en la calle Harrington de La Paz, donde es
acribillado junto a siete miembros de la dirección mirista, el 15 de enero de
1981, por fuerzas paramilitares.
Historiador, docente titular de la
Carrera de Historia de la UMSA.
1 Guillermo Lora, Diccionario. Obras
completas. Tomo LXVI, La Paz, Masas, 2002, afirma (sin fuentes) que nació en
1946.
2 Juan del Granado, Artemio Camargo. La
Paz, Cámara de Diputados, 1993, p. 13.
3 Ibidem, p. 17.
4 Fueron los miristas Iván Paz y Juan del
Granado. Éste permaneció con Artemio, en su casa.
5 El equipo estaba a cargo de un
militante del MIT, “Chitanko”, al que se le capacitó en su manejo.,
Posteriormente estuvo a cargo de un Equipo de Prensa del Comité de Huelga. (61,
91)
6 Las mujeres del comité de Amas de Casa
“idearon la política del ‘té y del panfleto’, consistente en llevar al soldado
que vigilaba cada casa una taza de té caliente, un pan y un panfleto”. (Juan
del Granado op. Cit, p. 95).
7 Al principio fue instalada en la casa
de Severo Torrez, en el Campamento Villarroel Nuevo posteriormente la ubicaron
en una vivienda de Campamento No. 1. (89).
8 Federico Aguiló, “Nunca más” para
Bolivia, Cochabamba, IESE, APDHB, 1993, p.280.
9 La resistencia minera. Siglo XX-Catavi.
Testimonio de A. Camargo C., Asesinado el 15 de enero de 1980. La Paz,
Cepromin. Cuadernos Populares 7.
10 Los trabajadores pensaron que eran
médicos y medicamentos, pero estaban llenos de paramilitares y agentes, que
provocaron una feroz masacre. García Meza usó esos vehículos también en las
minas.
11 La resistencia minera…
12 Guillermo Lora, op. Cit., p. 136.
13 Josep M. Barnadas, Diccionario
histórico de Bolivia, Sucre, Grupo de Estudios Históricos, 2002, pp. 414-415.
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