Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Desde
octubre de 2014 que la oposición no vivía días tan negros. Primero fue la
presentación del recurso abstracto de inconstitucionalidad que puso a los anti-Evo
en off side. Su estrategia de convertir las elecciones judiciales en un
plebiscito había quedado más resfriada que estudiante de primaria en el
invierno de Oruro.
Las
encuestas son categóricas, aunque existe un número importante de bolivianos que
se opone a la reelección de Morales, solo un pequeño grupo estaría dispuesto a
movilizarse en las calles, y menos aún a usar métodos violentos. En resumen, no
habrá muchas olas en el supuesto caso de que el Tribunal Constitucional decida
levantar la prohibición para la repostulación.
Y si
esto fuera poco, la caída continuó. De pronto el “grupo de los seis” se
convirtió en “grupo de los cinco”. Con inteligencia y lucidez, Sol.Bo evaluó
que era una torpeza seguirse codeando con el grupo de perdedores y que lo que
correspondía era organizar otra tienda política, tal vez pensando en 2025.
A ello
se suma el golpe más duro: la acusación de que el dueño de Unidad Nacional,
Samuel Doria Medina, no habría pagado el monto que correspondería a la venta de
acciones de Soboce al grupo mexicano de Cementos Chihuahua. Es decir, evadió
impuestos.
El
empresario se encuentra contra las redes y su única salida es probar cheque en
mano que no recibió el dinero que los mexicanos dicen que le pagaron. Si no lo
hace, no solamente tendrá que pagar una multa más los impuestos no pagados, que
llegan a la suma de Bs 203 millones; sino que además habrá perdido toda
credibilidad. ¿Quién votaría por un candidato que siendo multimillonario no
pagó sus impuestos?
Y el
tiempo no está a favor de Doria Medina, mientras más tarde en presentar las
pruebas de que no recibió el dinero que los norteños dicen haberle pagado, la
cosa empeorará. En círculos políticos ya se habla de que le convendría dejar la
política y cederle su posición a Soledad Chapetón, hoy por hoy la única
militante de UN con cierto arrastre.
Mientras
tanto, Rubén Costas ha demostrado ser solo un líder regional incapaz de vencer
las fronteras de su departamento. Y para colmo, Carlos Mesa no irá a las
elecciones. Es demasiado inteligente para darse cuenta de que requiere de
aparato político, y que al no tenerlo, en caso de ser elegido presidente
tendría que ceder a los eternos chantajes de “sus” parlamentarios.
Y
mientras todo esto ocurre, no ha surgido un solo nuevo líder capaz de incendiar
el corazón de los bolivianos. Lo dicho, han sido los 10 días más duros para la
oposición.
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