Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por:
Ricardo Aguilar Agramont
La primera vez que se figuró construir
una represa al norte de La Paz fue en 1950. Posteriormente, hubo un sinnúmero
de expresiones de la misma intención, hasta que Hugo Banzer Suarez, durante su
segundo gobierno oficializó el proyecto declarado “prioridad nacional” en 1998
mediante la Ley 1887 del 31 de agosto de ese año. Hoy el gobierno del
Movimiento al Socialismo (MAS) se ha trazado el objetivo de convertir al país
en el “centro energético de Sudamérica” dando continuidad e intentando
concretar esa antigua figuración de los diferentes gobiernos de los
nacionalismos revolucionarios y construir las plantas hidroeléctricas.
Al momento de ascenso del MAS, en el
tiempo de la épica, este partido recogió la agenda de Octubre y se replanteó la
refundación del Estado con la noción del nuevo sujeto de derecho del “indígena
originario campesino” como eje para la transformación. Se estableció a partir
de esta base una visión de país definida por un horizonte de descolonización,
indigenismo, recuperación de los recursos naturales, inclusión de sectores
históricamente rezagados, un Estado fuerte, protección de medio ambiente y un
giro ético hacia el Vivir Bien.
Es esta visión de país, sin embargo,
hubo oscilaciones entre los dos componentes del discurso del MAS: el indigenismo
y el nacionalismo (incertidumbres
tácticas, Fernando Mayorga).
Entonces, si la visión de país del oficialismo se va
modificando sobre la marcha y no es todo el tiempo parecida a si misma, ¿cómo
se ven esos ajustes a su imagen de país a la luz del proyecto Chepete y el
Bala? ¿Qué elementos entran en conflicto o logran conciliación?, ¿cómo otro
tipo de proyectos tales como el de la energía nuclear, la industrialización en
general, el litio, el Mutún son signos relacionados a las represas y dan
continuidades o modifican o trastocan su visión de país?
Según Mayorga, el discurso de ruptura
total como el pasado republicano paulatinamente se va relegando y se retoma una
línea de continuidad histórica: “Evo Morales recupera el nacionalismo militar,
recupera a Gualberto Villarroel, y todo lo que se hace en tanto continuidad del
modelo del nacionalismo revolucionario que tiene que ver con algo estructural:
la culminación de la construcción del Estado Nacional, sobre cuya debilidad se
edifica un modelo más complejo que es el plurinacional con autonomía.
Pero, entonces, de algún modo el litio,
represas, carreteras, industrialización, centro energético parecen tener
relación con lo que Mayorga en su libro antes citado llama el giro programático
hacia la continuidad en lugar de la ruptura con el pasado republicano. Más aún,
esos proyectos tienen aires de familia con los nacionalismos revolucionarios
del siglo XX. Esta idea tendrá relación con lo que argumentará la politóloga
Helena Argirakis.
Antes y como nexo es preciso citar la
explicación de Mayorga sobre el Vivir Bien en tanto ideologema para salir de
los términos de “desarrollo” y “progreso”: “Cayó bien como referente, pero una
cosa es tener una concepción general y otra aplicar políticas públicas”.
Aca, entonces, hay que hablar de
aquella sentencia fallida: “querer” nunca (o no siempre) es “poder”. Queda, sin
embargo, la duda, ya que se podría pensar que un gobierno aparentemente sin
ningún control contrahegemónico si quiere tendría que poder.
Éste es el enlace para pasar a la
argumentación de Argirakis, quien diferencia “visión (de país) de acción” (casi
lo mismo que decir: querer y poder): el primer momento se traza un horizonte de
país a partir de la Agenda de Octubre y el proceso constituyente, el cual “ha
sido concluido en diez años desbordando la Republica y ampliando la
democracia”.
El segundo momento se da con el
“Manifiesto de la Isla del Sol” (2012), que para esta analista es un documento
de mayor importancia que la Agenda 2025, El Manifiesto habla de la superación
del antropocentrismo, de la Madre Tierra como sujeto político, de la
subordinación del hombre a la naturaleza, la despatriarcalización, vivir bien,
la superación del capitalismo, etc.; es decir que traza una visión concreta de
país.
Los activistas ambientales cuestionan
varias de las iniciativas del MAS porque creen que se ha abandonado justamente
esta visión, se ha recurrido a las actividades extractivas y se dejó de lado al
indigenismo. En el caso concreto del proyecto de El Bala y Chepete, se cuestiona
que el mismo tendrá como consecuencia la modificación directa e indirecta del
medio ambiente del lugar de las represas.
La intención gubernamental es que el
proyecto que se ejecute sea el que modifique la naturaleza en menor grado, por
lo que de un proyecto inicial de una presa que inundaría una superficie de más
de 2.500 kilómetros cuadrados, se tiene hoy una que no supera los 854 entre dos
embalses. Para los ambientalistas, esto de todas maneras es hostil con la
naturaleza y no guarda relación ni siquiera remota con los principios del
Manifiesto de la Isla del Sol.
Otra vez la réplica viene del Gobierno
que ha afirmado que esas obras van a permitir generar 13.382 MW para ser
exportados y convertir al país en el “centro energético” del continente y hacer
mayores proyectos de redistribución y aminoramiento de las desigualdades.
El autor es periodista de La Razón
y Twitter: @escuelanfp
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