Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Omar Rilver Velasco Portillo
Según datos del INE, en el primer trimestre del año la economía boliviana se expandió en 4,95%. Cinco son los sectores que lideran este crecimiento: minería (10,5%); electricidad, gas y agua (7,58%); establecimientos financieros (7,2%); construcción (6,6%); e industria manufacturera (6,58%). En un periodo en el que la caída de las materias primas ha generado déficits fiscales y comerciales y reducido las reservas internacionales, la derecha neoliberal ha apostado por la desaceleración económica. Para mala fortuna de ellos, el crecimiento señalado resulta por demás bondadoso en comparación con sus propias previsiones. Entonces, cómo se explica el crecimiento, ¿es la burbuja del consumismo estatal la que lo sostiene? ¿Por qué a pesar de que caen las exportaciones la economía no muestra señales de desaceleración? En este artículo le dedicaremos unos párrafos al crecimiento de los sectores antes mencionados respondiendo a estas interrogantes.
Uno de los sectores que más creció en el año es la minería, que se ha ido recuperando tras la contracción que sufrió en 2015 y en paralelo a la mejora en las expectativas de inversión del sector por el aumento de los precios de los minerales en la primera mitad del año en 22%. El plomo y zinc muestran mayores tasas de crecimiento de producción y exportación en el primer semestre, impulsados principalmente por la minería mediana, y en el sector estatal, por la empresa Colquiri.
El consumo de energía, que es un indicador de la actividad económica, continúa subiendo. Las mayores demandas se encontraron en el consumo doméstico e industrial, este último impulsado sobre todo por la industria cementera. El consumo de agua y gas doméstico e industrial continuaron anotando variaciones positivas, fruto del mayor consumo interno. La expansión del crédito durante el primer semestre se sitúa en 17% en términos interanuales, mientras que el crédito productivo crece a una tasa veloz de 34%. Los créditos otorgados a la vivienda social se duplicaron respecto al año pasado, lo que ha intensificado la actividad bancaria, y ésta a su vez ha impulsado efectos positivos sobre la expansión de otros sectores productivos.
El desempeño de la construcción se ha visto reflejado en el crecimiento de la inversión pública, que tuvo una ejecución de 31% a junio, y en la privada con una mayor producción de cemento en 5,2% respecto a 2015, mayor importación de materiales de construcción como hierro y acero, y el aumento de los permisos de construcción; todo esto ha estimulado el sector inmobiliario.
Las industrias de alimentos mantienen aumentos por encima del promedio de crecimiento nacional. Los volúmenes de soya exportados subieron en 22%, mientras que su precio lo hizo en 19%. La refinación de plata y estaño también exhiben aumentos importantes, que se ven reflejados en las exportaciones; así como la mayor producción de hidrocarburos líquidos por una mayor refinación de gasolina, gas licuado y kerosene. La contracción del sector de hidrocarburos no ha tenido el efecto esperado por la supuesta dependencia que tiene. Sin considerar el gas, en el primer semestre las exportaciones bolivianas muestran un crecimiento positivo en volumen en 8%.
En la región el consumo y la inversión se han desacelerado no solo por la caída de los precios internacionales, lo que ha reducido el ingreso disponible de la familias y el ahorro de las empresas, sino fundamentalmente por las propias políticas de los gobiernos como elevación de impuestos, aumentos de tasas de interés, eliminación de prestaciones sociales y subvenciones, depreciaciones cambiarias aceleradas, nivelación de tarifas públicas, entre otros, que han deprimido la demanda interna. En Bolivia se vive una suerte de isla, como algunos la han denominado, porque el mercado interno continúa pujante, y esto ocurre justamente porque no se han seguido las políticas ortodoxas de siempre.
y Twitter: @escuelanfp
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