Ir al contenido principal

El fascismo está actuando en Santa Cruz, el gobierno debe investigar

Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...

Argentina: El testigo que quiso ver


Por Mario Wainfeld
El paisano, arriero, José Julián Solanille testimonió por primera ante la CONADEP, más adelante en el Juicio a las Juntas militares. Su primera declaración figura en el Nunca Más. También lo hizo en el juicio por los crímenes de lesa humanidad cometidos en La Perla.
Durante la dictadura trabajaba de jornalero en una chacra cercana al campo de concentración y exterminio. Se enteró de que pasaban “cosas raras”, quiso ver, fue a caballo acompañado por un conocido, se plantó en una colina. Según narró Marta Platía en el periódico Página/12, Solanille declaró ante el Tribunal Oral número 1 de Córdoba en abril de 2013, a los 83 años de edad. “Estaba con otro compañero en la Loma del Torito. Habíamos visto la fosa cavada. Unos cuatro metros por cuatro. Tenían a toda la gente en dos filas. No sé, eran muchas personas. Como cien. Algunos vestidos, otros totalmente desnudos. Estaba (Luciano Benjamín) Menéndez. El había llegado en un (Ford) Falcon blanco. Yo lo había visto. Sabía que se venía algo grande. Y ahí estaba, con su fusil. No lo vi disparar. Pero él dio la orden. La gente estaba encapuchada o vendada o tenían unos anteojos... Los que no tenían nada, los que podían ver, gritaban. Unos hasta corrieron. Pero los mataron por la espalda. Ahí nos rajamos con mi amigo. Estábamos cagados de miedo. Nos habíamos arrastrado hasta arriba de la loma, pero bajamos corriendo. Después se ve que los quemaron. Tiraron explosivos. El humo con ese olor espantoso se vino para mi casa. Era insoportable. Mi mujer y mis hijos se quejaban. Era horrible”. Días después pasó por el lugar y vio que habían tapado la fosa: “Se ve que estaba muy llena, porque sobró mucha tierra”.
- - -
El testigo que quiso ver atrajo la atención del sociólogo Horacio González ya en 1986, cuando lo mencionó en un artículo publicado en la revista-libro UNIDOS. Con la iluminación propia de los grandes intelectuales, González escribió que “en las declaraciones que hizo en el Juicio a las Juntas, los abogados defensores insinúan que había bebido, que es un alucinado. (…) Sucede que Solanille se había convertido en el apéndice testimonial de los fragmentos escenográficos prohibidos que había observado desde la colina. Si antes hubo locas de la plaza que ya nadie se animaba a llamar así porque la locura era decir lo impensable pero lo impensable acontecía, Solanille heredaba esa locura de haber mirado ese horror (…) custodiaba esas huellas visuales solo comprobables por su relato. Solanille era el loco de la colina”.
- - -
La crónica de Platía recoge que Solanille fue, como casi treinta años antes, hostigado por los criminales y sus defensas. El hombre respondió. “Quiero decir que donde todos murieron, yo resucité. El año pasado, el 24 de marzo, cuando fui a La Perla, me infarté. Y si no fuera por los chicos de HIJOS, no estaría acá. Ellos me salvaron y no me morí por diez minutos, me dijo el médico. Emiliano Fessia (encargado de ese espacio de la Memoria) y los chicos me salvaron. Tanta gente que murió ahí y ahí yo resucité”.
- - -
Las palabras veraces de Solanille y las de centenares de testigos sirvieron de pruebas de cargo para que hubiera, al fin memoria, verdad, justicia, juicio y condena.
Los progresos en la lucha por los derechos humanos permitieron aportar pruebas imposibles de conseguir en la década del ‘80. Cuerpos de víctimas desaparecidas recuperados e identificados por el Equipo Argentino de Antropología Forense. Documentos emanados de los represores, en los que pedían ascensos como reconocimiento por sus crímenes.
- - -
El fallo contuvo 38 condenas, 28 de ellas a cadena perpetua, Menéndez sumó otra a su prontuario. También hubo absoluciones, que duelen a las víctimas y sus familiares pero que comprueban que los juicios distan de ser linchamientos con condenas pre escritas. Se realizan con apego a derecho, lo que implica reparaciones y, a veces, sinsabores.
- - -
La Perla fue por su magnitud y cantidad de víctimas, el tercer campo de exterminio de la Argentina. Se mantuvo sin modificaciones sensibles hasta que el presidente Néstor Kirchner lo puso a a disposición de la Comisión Provincial de la Memoria, integrada por los principales organismos de derechos humanos cordobeses, para montar un “Espacio de la memoria”. Kirchner participó el 24 de marzo de 2007 en un acto con víctimas, familiares, organismos de derechos humanos. Clamó entonces contra la lentitud deliberada de la Cámara Federal de Casación que cajoneaba expedientes.
Hoy día, el problema se repite y se agrava. Los presidentes Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner apuntalaron los juicios con leyes, políticas públicas y poniendo su cuerpo. El gobierno del presidente Mauricio Macri se obceca en entorpecerlos, solo para empezar.

Síguenos en Facebook:  Escuela Nacional de Formacion Politica 
Twitter: @escuelanfp

Rellene el siguiente formulario para suscribirse.


En Bolivia:









Comentarios

Entradas populares de este blog

Pedro Ignacio Muiba, el héroe

Por: Homero Carvalho Oliva En 1975, mi padre, Antonio Carvalho Urey, terminó una investigación iniciada en la década de los sesenta que habría de cambiar la historia nacional. Después de muchas visitas al Archivo Nacional de Bolivia, dirigido en ese entonces por Gunnar Mendoza, extraordinario intelectual e historiador, quien le ayudó a ubicar los folios que habrían de probar toda una hazaña que da testimonio que los indígenas moxeños participaron activamente en la Guerra de la Independencia de nuestro país, al mando del cacique Pedro Ignacio Muiba. Esta investigación se publicó, primero en septiembre de 1975, en un policopiado financiado por la Universidad Técnica del Beni, en un pequeño tiraje de 200 ejemplares y luego en la famosa Biblioteca del Sesquicentenario de Bolivia. Dos años más tarde, en 1977, Antonio publicó el libro titulándolo Pedro Ignacio Muiba, el Héroe y de esa manera se reparó una injusticia histórica. En sus investigaciones, Antonio se basó, entre otros, en...

La despatriarcalización

Por: Julieta Paredes Al igual que el Seguro Universal de Salud (SUS), la despatriarcalización, como nombre para una política pública, tardó mucho, pero llegó. Entonces, en este marzo de luchas de las obreras, es necesario analizar, ¿qué es lo que realmente llegó? Fruto de una serie de movilizaciones de mujeres pertenecientes a las organizaciones sociales del proceso de cambio, se lograron algunas medidas en el Ejecutivo. Fueron movilizaciones que se realizaron a lo largo del año pasado, con encuentros departamentales. Así fue que se logró concretar un listado de demandas que más o menos se repitieron a lo largo de estos años, con algunas interesantes novedades. Entre ellas podemos señalar la exigencia del salario al trabajo doméstico y la necesidad de un espacio en el Gobierno para este sector. Algo así como un Ministerio de las Mujeres, instancia que tenga la jerarquía necesaria para efectuar las tareas que corresponden a la mitad de la población de Bolivia que somos las mu...

Idiosincrasia e ideología

Por: Félix Tarqui Triguero No son posibles las revoluciones económicas sin las revoluciones culturales porque todos aquellos contenidos que constituyen el fundamento de determinada cosmovisión propia de cada nacionalidad o sociedad pueden ayudar o frenar su avance por ser una manera de pensar de cada agrupación humana, en funcion a su historia y cultura. Así nace la idiosincrasia propia de cada pueblo, sin embargo, se enfrenta a la idiosincrasia forzada o alienante que influye día a día a las grandes masas de la población mundial de manera globalizante, en ese contexto necesitamos ver que Bolivia es un país de molde capitalista y sub desarrollado (empobrecido por la clase dominante que gobernó desde 1825 exceptuando a Antonio José de Sucre, Andrés de Santa C. hasta el 2005), La ideología como el estudio de las ideas es también un proceso de construcción critica, influenciado tan pronto el individuo se encuentra inmerso en las realidades sociales, económicas, culturales...