Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por:
Carla Espósito Guevara
A riesgo de ir totalmente a contra corriente en
este tema, quiero plantear algunos argumentos para problematizar aún más el
debate instalado en los grandes medios sobre las próximas elecciones
presidenciales de los Estados Unidos que definirán si Donald Trump o Hillary
Clinton ocupará la Casa Blanca. En este artículo no quiero defender a Trump,
pero si problematizar a Hillary.
Los medios de comunicación nacionales y
extranjeros han presentado a Hillary Clinton como “la alternativa sensata y
moderada al bárbaro de Trump” ¿pero realmente lo es? El mismo hecho de que los grandes
medios apoyen a la candidata de manera tan militante ya debería ser motivo de
sospecha.
Primero, es bueno rememorar quién es Clinton y cuáles
fueron sus hazañas como senadora y Secretaria de Estado de los Estados Unidos. Recordemos
que el año 2003 ella votó a favor de la guerra de Irak en el Senado. El 2009 su
primera tarea como Secretaria de Estado, fue apoyar el golpe militar contra el
Presidente Manuel Zelaya. El 2012 fue una de las mayores artífices para poner
en marcha el plan de derrocar el gobernó de Gaddafi y no contenta con eso,
además bloqueó activamente los esfuerzos de la Unión Africana para mediar y
negociar un compromiso que permitiese a Gaddafi ceder el poder pacíficamente. Al
respecto, y para quien dude de su espíritu bélico, está la entrevista publicada
por CBS news[1],
en la que parodiando la famosa frase del Emperador Julio Cesar, Clinton resume
entre risas lo que pasó con Gaddafi diciendo: “vinimos, vimos y murió”.
Clinton continuó con Siria esa misma política guerrerista, fue quien más colaboró para armar a los rebeldes anti-Assad y presionó al Consejo de Seguridad para imponer una “zona de exclusión aérea” que terminó en el terrible conflicto que ahora vive ese país con millones de muertos, refugiados y un caos que se extiende hasta Europa y otras regiones. Finalmente apoyó activamente en el conflicto en Ucrania que condujo a fuertes tensiones entre Europa y Rusia. Contrariamente, Trump plantea una política neutra frente a Rusia, lo que parece haber levantado la ira de los medios de comunicación que ahora no cesan de especular sobre los oscuros nexos entre Trump y Putin.
Sin duda Trump es un candidato grosero, torpe,
racista y ofensivo, que tiene un conocimiento muy corto y una lengua más larga.
Pero lo más importantes es que se trata de un candidato que viene de fuera del establishment político norteamericano, lo
que dependiendo de dónde se lo vea, puede ser una ventaja o una desventaja. Él
no responde ni a Wall Street, ni a al complejo militar industrial, ni a las
estructuras clásicas del partido republicano, por lo mismo es un hombre sin
equipo técnico y político que cree que puede gobernar solo a los Estados Unidos
tal como maneja sus propios negocios. Obviamente todo esto es un peligro para
los grandes intereses económico-financieros de los Estados Unidos, pero eso me
trae sin cuidado, si algo me preocupa es su actitud anti-migrante frente a los
latinos y su intención de levantar un nuevo muro hacia el sur.
El otro problema de Trump es su impredictibilidad.
Contrariamente, con Hillary tenemos certezas de hacia dónde irá, ella es la
candidata del establishment y tiene
vínculos inquebrantables tanto con sus amigos de Wall Street como con el
complejo militar industrial, que actualmente financian su campaña. Por eso sabemos
exactamente la orientación que dará a la política exterior norteamericana,
sabemos que las guerras en el medio
oriente continuarán y por lo ya visto, podemos temer un incremento de las tensiones
con Rusia y China.
El lunes pasado mi querido amigo Rafael Archondo
publicó un artículo en el que decía que Clinton, para ganar el apoyo de los
seguidores de Bernie Sanders, negoció “la plataforma electoral más progresista
de la historia del partido”. La pregunta que surge es, si una vez en el poder, Hillary
respetará primero la plataforma negociada con Sanders o sus históricas alianzas
con Wall Street y el complejo militar industrial? Mucho me temo que hará lo
segundo.
Hasta ahora Clinton nunca se opuso a ninguna de guerra
que los Estados Unidos desataran contra otros países del mundo, pero paradójicamente
hace poco calificó a Putin de ser el nuevo Hitler del siglo XXI, aunque él no
ha liderado ninguna guerra, sino que ha evitado las que Clinton quiere armar.
En realidad parece que el verdadero nombre de Hillary es Hitlery.
Socióloga
[1] https://www.youtube.com/watch?v=6DXDU48RHLU&feature=player_embedded
y Twitter: @escuelanfp
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