Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Lourdes Montero
En estos tiempos olímpicos salgo rápido de la oficina para intentar ver
por televisión algún deporte de competencia. Pero en el horario estelar de
siete a nueve solo logro captar fútbol. Fútbol en cancha de césped, fútbol en
canchas sintéticas, con los pies, con las manos... pero ¡todo es fútbol! Y
encima, como los comentarios deportivos de Fox Sport y ESPN nos hacen pensar
que las Olimpiadas se organizan para que participen los argentinos, la
decepción es doble.
Los Juegos Olímpicos son un espacio privilegiado para visibilizar la
gran diversidad de deportes del mundo. Según la página oficial de Río 2016, en
estos 19 días se disputan 42 deportes, con 306 pruebas, de las cuales 136 son
femeninas. Sin embargo, “los otros deportes” no captan la atención de nuestros
periodistas deportivos. Y si los “otros deportes” consiguen poca difusión,
menos atención (y potenciales patrocinadores) captan las deportistas.
En los Juegos Olímpicos de Río las mujeres constituyen un 45% de los
participantes, pero el mundo del deporte mediático utiliza el cuerpo de la
mujer solo como objeto decorativo. Así, poco importa que Simone Biles sea la
gran sensación de la gimnasia, o que la nadadora Katinka Hosszú haya batido el
récord mundial en 400 metros individual combinados; lo que importa es cómo
lucen las jugadoras de voleibol de playa o el escote de las gimnastas. Desde su
primera participación en las Olimpiadas de París en 1900, las mujeres
consiguieron múltiples victorias y medallas, pero hasta hoy no logran el
respeto de la prensa especializada.
Este problema inspiró un estudio de la Universidad de Cambridge que ha
revelado las grandes diferencias de género en la cobertura. El estudio analiza
cerca de 160 millones de palabras utilizadas en medios de comunicación para
llegar a la conclusión de que las mujeres siguen recibiendo poca atención,
además de calificativos denigrantes y machistas. Según el análisis, una de las
primeras diferencias es el tiempo o espacio que se destina a los deportes
practicados por hombres, recibiendo el triple de cobertura que sus pares
mujeres. Cuando se habla de hombres, la atención se centra en su desempeño;
mientras que al hablar de mujeres, siempre hay alusión a si tienen o no pareja,
su edad y —por supuesto— su apariencia. Además, cuando una mujer consigue una
victoria, se dedica más tiempo a hablar de su apariencia que de sus logros.
La información analizada revela, por otro lado, que las mujeres son
constantemente infantilizadas al ser tratadas de “chicas”; o enclaustradas en
los estereotipos al ser tratadas de “damas”. Por otro lado, al referirse a los
hombres, se repite mucho la palabra “dominar” y “ganar”; mientras que las
mujeres “participan”, “compiten” o “luchan”.
Estos datos ponen en evidencia que el sexismo sigue siendo uno de los
protagonistas en las competiciones deportivas. Y si la investigación no los
convence, podemos darnos una vuelta por los incontables titulares de la prensa
como “La mujer de un defensa de los Bears ha ganado una medalla de bronce” del
Chicago Tribune; o “Las muñecas suecas” del diario Olé; “La lista de buenorras”
del periódico El Mundo, “El trío de las gorditas” de Quotidiano Sportivo, “La
belleza de Allison Stokke” de Marca Buzz, o finalmente “Hosszu, la nadadora que
batía un récord mundial gracias a su marido”, según un comentarista de NBC.
Todo esto solo nos confirma que el ámbito deportivo está cargado de
violencia simbólica ejercida para influir sobre los cuerpos, las libertades y,
finalmente, en la igualdad de oportunidades.
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