Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
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Oro: la pelota no se mancha, dijo
Maradona. Pero para llegar más lejos y más alto, para ser más fuerte (el famoso
lema olímpico), a veces algunos toman el atajo. El deporte mueve millones de
millones de dólares y esconde luchas de poder titánicas, más sucias y más
oscuras aún que la política corrupta. Poder y plata son los ingredientes para
cocinar el plato del dopaje. La ingesta de sustancias (naturales o
artificiales) para mejorar el rendimiento deportivo ha existido siempre. El
negocio del deporte con la televisión y los sponsors es más reciente; la pelea
entre Estados por demostrar superioridad (moral) e imponer su visión de mundo,
también. Un día, hace decenas de años, dejó de ser importante participar y
competir sanamente. Un día, de repente, lo único que servía era ganar, a
cualquier precio. Dinero y poder lo ensucian todo. El precio es el doping. Los
dioses saben que la pelota se manchó hace años; los aros olímpicos, también.
Plata: parece una novela de espías de la
Guerra Fría pero no lo es. Se llama Grigory Rodchenkov. Era el médico de los
Juegos de Invierno de Sochi. Ahora es un soplón, un arrepentido que fugó a
Estados Unidos, como en las películas. Rodchenkov escribió el guion de su
propia conspiración y juró que todos los días recibía una orden de Moscú, vía
teléfono rojo, sobre qué atletas debían ser salvados, cambiando las muestras
contaminadas de orina y sangre por otras ajenas y limpias a través de malvados
agentes secretos con pasado soviético. Los personajes secundarios de esta
novela, al más puro estilo del gran John le Carré, se llaman Vitaly Stepanov y
su esposa Yuliya. Él era oficial antidoping ruso y ella, una atleta que
recurrió al atajo fácil (se cree que el 15% de los deportistas mundiales se
dopan y que se atrapa apenas al 1%). Stepanov también ha cantado a cambio de
protección que rima con desconsideración.

Diploma: ¿por qué los ciclistas nunca se
cansan de subir cuestas a toda velocidad? ¿Es el deporte de alto rendimiento
perjudicial para la salud? ¿Sabías que el senegalés expresidente de la poderosa
Federación Internacional de Atletismo Famine Diack (antecesor de Primo Nebiolo)
está acusado en Francia por corrupción, lavado de dinero y soborno sistemáticos
por sospechas de encubrir pruebas antidopaje positivas? ¿Se batirá en Río el
récord de más dopados en la misma carrera que actualmente “ostenta” Londres
2008 con los 1.500 femeninos? En aquella carrera seis de las primeras nueve
clasificadas tomaron sustancias prohibidas a lo largo de sus carreras. ¿Por qué
solo se castiga y se aparta de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro a los
atletas rusos con historial de dopaje, aunque ya hayan cumplido su sanción? El
velocista gringo Justin Gatlin también se dopó en el pasado y estará en Brasil.
¿Cuánto hay de motivaciones políticas en la sanción a los deportistas rusos?
¿Por qué los gringos no investigan ni castigan a la mayor industria de doping
en el deporte profesional mundial que está en su football americano y en su
béisbol? ¿Es impune su “dopaje de mercado”? A veces pienso que lo mejor sería
legalizar el dopaje, dejarnos de mentir, y que gane el mejor… estudio
farmacéutico.
y Twitter: @escuelanfp
La integridad es la base del deporte. Fomentar valores como el juego limpio, el respeto y la ética promueve una práctica honesta y equitativa que enriquece la esencia del deporte.
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