Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Vladimiro Camacho Montero
La
presente crisis del agua ha puesto de manifiesto una serie de problemas que
deben ser analizados a profundidad.
Entre
los temas relacionados con la situación que atravesamos, que permiten un
análisis diverso debido a su amplia magnitud, uno de los que mayor alerta debe
motivarnos es el relacionado a la presencia de actividades mineras en cercanía
a las fuentes de agua.
Cuando
hablamos de minería, esta se caracteriza por ser una actividad que produce un
alto impacto hacia el medio ambiente y especialmente genera daños importantes
hacia los recursos hídricos. Como ejemplo, podemos citar el caso de la mina de
Milluni, que se halla en cercanía de la primera presa de abastecimiento de agua
con que cuenta nuestra ciudad, la cual operó de manera intensiva hasta la
crisis del estaño en la década del 80.
Los
efectos producidos por la explotación minera han generado una alteración en los
recursos hídricos de esta cuenca, que presentan una elevada contaminación que
puede considerarse de carácter irreversible, pues a más de 30 años de haberse
paralizado la operación de la mina, estas aguas mantienen altos índices de
contaminación tanto por una elevada acidez y por presentar concentraciones
importantes de metales pesados. Estas aguas, que aún abastecen a una de las
principales plantas de potabilización de La Paz, la Planta Achachicala, deben
ser tratadas de manera especial para remover las grandes cantidades de
contaminantes y producen un incremento en los costos de tratamiento para la
descontaminación, que pagamos los usuarios en la tarifa de agua; además, de
mantenerse un alto riesgo sanitario y ambiental por la extremada degradación
que presentan.
Al
contrario de las aguas afectadas por las actividades mineras, los recursos
hídricos de los cuales se abastecen las ciudades de La Paz y El Alto provienen en su mayoría de fuentes
almacenadas en lagunas de alta montaña, que corresponden a aguas de deshielo y
producto de las precipitaciones estacionales que permiten su acumulación
estacional durante la época de lluvias. Por su origen, presentan una baja
concentración de iones minerales y otro tipo de componentes y con base en estas
características, poseen un valor intrínseco, relacionado a su aptitud para el
consumo humano. Son aguas de muy buena calidad y requieren muy poco tratamiento
para estar aptas para el consumo humano, tratándose así de recursos muy
valiosos para el aprovisionamiento de nuestras ciudades, tomando un carácter
estratégico para este fin.
El
hecho de que estos recursos sean aptos para el abastecimiento de agua para la
población, no es solo su característica principal, sino su mayor cualidad, pues
no encontramos en el entorno vecino otras fuentes que tengan características
similares a estos recursos.
En este
sentido, es necesario establecer políticas claras que impidan la presencia de
actividades de alto riesgo para el entorno, como son las actividades mineras.
Esta restricción debería establecerse en la zona de glaciares de toda cadena
montañosa cercana al entorno de las ciudades de El Alto y La Paz, porque ellas
son las fuentes naturales para el abastecimiento actual y futuro de agua para
la población.
Se debe
poner un alto a todas las actividades mineras que se ejecuten dentro del área
de influencia directa de los glaciares, no porque los representantes de estas
actividades sean de origen chino (como parece que se ha hecho carne
recientemente en la opinión pública, la cual expresa su repudio justificado o
no, a las inversiones provenientes de este país, más aún cuando sobre ellas
aparece un manto de corrupción). El problema real no es ése, sino que la
actividad minera, manejada por chinos, por cooperativistas o por empresarios
privados, es altamente agresiva hacia el entorno natural, principalmente el
hídrico, que recibe los efectos de manera directa.
La
importancia del desarrollo de políticas de preservación de estas fuentes de
agua tiene en la actualidad un carácter primordial, pues se trata de recursos
que tienen la capacidad de abastecer a una población que bordea a los dos a dos
y medio millones de habitantes, tomando en cuenta no sólo a quienes habitan las
ciudades de La Paz y El Alto, sino también a su creciente entorno metropolitano
y debería comprender el establecimiento de regulaciones específicas que
prohíban la ejecución de actividades principalmente mineras en cercanía de
éstas.
Con la
finalidad de cumplir este objetivo, se propone la creación de un parque natural
o de un área protegida especial (El Parque Nacional de la Cordillera Real), que
permita establecer los requisitos legales para proteger estas fuentes de agua,
dado el alto valor intrínseco que éstas tienen.
En la
infografía adjunta se presenta la zona
de glaciares que muestra de manera clara la riqueza que tiene este territorio
en relación a las fuentes de agua, la cual abarca desde el cerro Illampu, en el
extremo oeste en vecindad a Sorata, hasta la zona de Hampaturi, vecina a
nuestra ciudad.
La zona
resaltada, como el sector destinado a la protección ambiental, corresponde a
las áreas con altitud superior a los 4.750 msnm que comprenden al área de
influencia directa en relación al establecimiento de los glaciares, que es el
área que presenta mayor fragilidad y susceptibilidad de daño. Proteger esta
área y los recursos que almacenan es una
prioridad fundamental para preservar las fuentes de abastecimiento de agua para
una población y necesidades crecientes.
Químico y consultor ambiental especializado en temas de
recursos hídricos, energía y minería.
y Twitter: @escuelanfp
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