Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por Emir Sader
Era el
camino inevitable, que superaba todo lo que la historia había vivido hasta
entonces. El libre comercio, la apertura de los mercados nacionales, el fin de
los Estados nacionales, la libre circulación de los capitales, la desterritorialización
de las inversiones: en la globalización neoliberal desembocaba inexorablemente
el movimiento histórico de universalización de las relaciones capitalistas,
iniciado hace varios siglos.
Vivíamos
ese momento privilegiado de mercantilización del mundo, frente al cual
desaparecían las alternativas, todas restringidas, nacionales,
anti-mercantiles, desaparecerían las regulaciones que obstaculizaban a la libre
expansión del capital. Países de América Latina habían actuado a contramano de
esa tendencia global irreversible, hasta que en Argentina y en Brasil se
retomaba el camino de la globalización neoliberal y el futuro volvía a abrirse
para esos países.
La
elección de Hillary Clinton venía a coronar ese futuro, con un neoliberalismo
renovado, teniendo a Macri y a Temer como protagonistas. Todo estaba listo para
que la historia de América Latina retomara el camino equivocadamente abandonado
por la vía del populismo. En este momento Hillary Clinton estaría desfilando
por las pasarelas políticas de la región usando su look neoliberal sacado del
closet y celebrada por los gobiernos de Macri y de Temer. Chile había declarado
que el TPP (Acuerdo Transpacífico) era el acuerdo del siglo. México había
jugado todo su destino en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
De
repente, el voto de salida de Gran Bretaña de la Unión Europea anunciaba que
algo estaba fuera del orden mundial previsto.
Enseguida,
Donald Trump gana y anula la participación de EE.UU.en el TPP, así como desiste
del Tratado de Libre Comercio con Europa y cuestiona el Tratado con México y
Canadá.
La
brújula de los neoliberales se atasca. El futuro ya no es lo que sería. Justo
quienes les habían vendido ese futuro, lo niegan y vuelven al proteccionismo,
que decían que estaba superado definitivamente. Salen de los acuerdos de libre
comercio que anunciaban que era el destino obligado. Retornan a la defensa de
los empleos dentro del país, cuando explotaban mano de obra barata de afuera
como el camino de mejorar la concurrencia.
Total,
el futuro ya no es lo que fue. Volvió a estar abierto. Lo que se decía que era
superado vuelve con fuerza. Lo que se prometía como el destino inexorable, dejó
de ser.
Los que
han atado su destino a la globalización neoliberal, se quedaron huérfanos. El
canciller José Serra prometía llevar a Brasil al TPP, que ahora no existe más.
Argentina y Brasil trataron de debilitar los espacios de integración regional,
en función del retorno a la subordinación a los EE.UU. Ahora, al igual que a
México, se les cierran las puertas. (A Argentina ya le costó el amargo cierre
de la exportación de limones. A México le cuesta todo: inversiones, empleos,
remesas desde EE.UU.)
No hay
destino obligatorio para la humanidad. El futuro está abierto, será decidido
por las vías que los pueblos decidan, democráticamente. ¿Por qué no Argentina,
Brasil y México, con gobiernos soberanos, deciden próximamente reencauzar sus
políticas externas y ampliar y reforzar los procesos de integración
latinoamericana, estrechamente articulados a los Brics? ¿Por qué no?
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