Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Lucía Sauma
El acceso al
agua es un derecho”, se puede leer en ambas caras de las facturas mensuales que
envía EPSAS, la empresa que provee agua a las ciudades de La Paz y El Alto.
Estamos convencidos de que el acceso al agua es un derecho, así está escrito en
la Constitución Política del Estado (Art. 16 Inc. I; Art. 20 Inc. I y III y los
Arts. 373 al 377). Quien cancela una boleta de pago siente que está respaldando
el cumplimiento de esa sabia norma. ¿Qué sucede cuando de pronto ese derecho es
negado a un sector de la población? Pues se convierte en un escrito sin valor,
en una promesa incumplida, en una mentira.
En la página
web de la empresa se puede leer textualmente: “EPSAS cuenta con su mayor
Recurso Hídrico capáz (sic) de proveer el líquido elemento a las ciudades de La
Paz y El Alto”. Ya sabemos que no es cierto. En las últimas semanas un centenar
de barrios de La Paz y El Alto se quedaron sin agua o al menos su provisión fue
racionada. Nadie sabe con certeza cuándo le proveerán agua desde la red, porque
la escasez líquida contagió la escasez informativa. Al lado de ese falso
ofrecimiento, EPSAS continúa anunciando “Cobertura de servicios a ciudades de
La Paz y El Alto, expandiéndonos a pasos agigantados”. Cuando escribieron ese
anuncio seguramente no imaginaron que sus agigantados pasos se dirigían
directamente al abismo que ahora estamos viviendo.
A la falta
de agua siguió la falta de información eficiente y veraz respecto al horario de
abastecimiento en red y los días de corte. Los directos beneficiarios de la confusión
son los agiovendedores, quienes triplicaron los precios de los tanques, los
tachos, los turriles o cualquier otro objeto que sirve para acopiar agua. Los
días de abastecimiento el líquido no es transparente, como debería ser el agua
potable, por tanto, las empresas que proveen de botellones apagaron sus
teléfonos porque ya no pueden con tantos pedidos, los supermercados venden agua
como agua, y cada quien cobra como oro todo aquello que a esta altura escasea.
Ellos no quieren que esta desgracia termine.
Las redes sociales mezclan la información real con el chisme, insultos de un lado y del otro. No se necesita ser muy avispado para reconocer lo útil de lo desechable; sin embargo, no faltan los que creen la mentira que finaliza “lo dijeron en CNN”. ¿Hasta cuándo las autoridades no informarán? ¿Hasta cuándo no habrá seriedad en horarios de abastecimiento y días de corte? ¿Es un derecho que hospitales paren cirugías o diálisis, o que las escuelas cierren? Paren a los especuladores que día a día agigantan los precios de sus productos, emulando a EPSAS, cuyos funcionarios todavía tienen el descaro de mandar facturas exorbitantes por un servicio mal prestado y con una nota por consumo elevado de un líquido que no existe.
Las redes sociales mezclan la información real con el chisme, insultos de un lado y del otro. No se necesita ser muy avispado para reconocer lo útil de lo desechable; sin embargo, no faltan los que creen la mentira que finaliza “lo dijeron en CNN”. ¿Hasta cuándo las autoridades no informarán? ¿Hasta cuándo no habrá seriedad en horarios de abastecimiento y días de corte? ¿Es un derecho que hospitales paren cirugías o diálisis, o que las escuelas cierren? Paren a los especuladores que día a día agigantan los precios de sus productos, emulando a EPSAS, cuyos funcionarios todavía tienen el descaro de mandar facturas exorbitantes por un servicio mal prestado y con una nota por consumo elevado de un líquido que no existe.
y Twitter: @escuelanfp
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