Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Manuel Canelas
Cuando
empezamos el trabajo en la Comisión Especial de Investigación sobre los Papeles
de Panamá nos fijamos tres objetivos: que los bolivianos hablemos más y
entendamos mejor qué son los Paraísos Fiscales y por qué suponen un problema
para nuestra economía; realizar un diagnóstico institucional para saber con qué
condiciones cuenta el Estado para hacer frente de manera efectiva a este
problema; analizar algunos pocos casos de los centenares que conocimos para
entender mejor cuáles son las estrategias y trampas financieras, tributarias,
contables que hacen algunos de los ricos de nuestro país y que esto nos sirva
para saber qué necesita ser reforzado en la normativa y en la institucionalidad
nacional.
Dice el
Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz que los Paraísos Fiscales no deberían
tardar en considerarse un problema global, como el terrorismo internacional y
el cambio climático. Algunos de los economistas más prestigiosos del mundo como
Jeffrey Sachs, Olivier Blanchard o Nora Lustig sostienen que no hay
justificación económica para la existencia de estos territorios con poca
transparencia y nula tributación, que suponen una distorsión para el sistema y
aumentan la desigualdad.
Algunos
de sus defensores argumentan que no es ilegal abrirse una cuenta o crear una
empresa en una Paraíso Fiscal. Una defensa un poco pobre que obvia lo central:
es evidente que no es ilegal abrirse una cuenta en Bahamas como tampoco lo es
que un compatriota nuestro se compre un auto en Argentina o un departamento en
Estados Unidos. La cuestión relevante está en lo demás. Por qué alguien escoge
abrirse una cuenta en un lugar que tiene las mejores condiciones para el
engaño: no es necesario que aparezca el verdadero beneficiario, se trata de
lugares que cuidan la opacidad, que no comparten información con otros Estados,
donde prácticamente no se pagan impuestos. Lo que hay que preguntarse es cuál
es la voluntad de un ciudadano boliviano acomodado de abrir una empresa en un
lugar así; si fuera solo la seguridad jurídica lo lógico sería irte a un Estado
“serio”, eso sí, allí te preguntarían muchas cosas sobre la nueva empresa, tendrías que pagar impuestos, no podrías
poner como testaferro, como sí se hace en Panamá, a gente buscada por la
Interpol.
Si se
tratara de actividades legales y transparentes uno no entendería por qué a raíz
de lo revelado en la filtración de Papeles de Panamá dimitieron, entre otros,
el ex primer ministro de Islandia, el exministro de industria del gobierno de
Mariano Rajoy o el exfiscal anticorrupción español.
Los
Paraísos Fiscales no son una inofensiva alternativa de inversión, son parte
central de un sistema de contabilidad internacional paralelo que los ricos
creen que tienen el privilegio de disfrutar: ocultando sus fortunas, evadiendo
impuestos y haciendo trampas financieras.
Informe
Final. Cuando presentamos el informe final del trabajo de la Comisión en la
Asamblea, aprovechamos la oportunidad para enseñar el segundo spot que
realizamos. Para nosotros es prioritario que los bolivianos vayamos entendiendo
más sobre este tema y porque nos afecta el hecho de que algún compatriota
nuestro decida ocultar su fortuna en Panamá o que otro decida evadir impuestos
a través de una empresa en Bahamas. Durante el proceso llevamos a cabo
desayunos informativos con colegas de los medios; invitamos a diferentes
expertos internacionales para confirmar que hablamos de un problema global:
George Gray Molina, economista jefe del PNUD; Guillaume Long, excanciller de
Ecuador, o Miguel Urban, europarlamentario miembro de la Comisión sobre Panamá
Papers, entre muchos otros.
Luego
analizamos en detalle una decena de casos. Inevitablemente algunos concentraron
mayor atención mediática, pero no significa que todos no sean importantes. Los
casos han servido para entender las astucias contables de algunos de nuestros
empresarios, y en algunos casos políticos: el más conocido pero no el único
Samuel Doria Medina. Impuestos y la UIF serán los que tengan que seguir la
investigación y determinar las responsabilidades. Tenemos el convencimiento y
la evidencia de que las explicaciones que los protagonistas han dado a la
Comisión o los medios no son suficientes ni claras. En lugar de presumir de ser
“el hombre que más impuestos paga” como si se tratara de un acto de generosidad
y no solo de cumplir la ley algunos de los investigados deberían dedicar sus
esfuerzos a rendir mejor las cuentas.
La
institucionalidad estatal tiene mucho trabajo por hacer, muchas cosas que
corregir y también dedicar sus esfuerzos a mejores fines que a mirar para otro
lado cuando estamos hablando de un problema de una gran envergadura. Hemos
resumido esto en un proyecto de ley y en distintas sugerencias a las instancias
estatales.
Manuel Canelas es diputado por el MAS y presidente de la comisión
Papeles de Panamá.
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