Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
El
excesivo consumo que los negocios promueven desde la última semana de noviembre
y durante todo diciembre nos convierte en actores directos e indirectos del
consumismo. La Navidad hoy en día significa comprar, en una época en que los
productos están por lo general más caros de lo normal, hay largas filas para
ingresar a los negocios, los mercados son intransitables y, por ende, generamos
un caos social sin darnos cuenta.
Diversos
indicadores muestran que el problema ambiental se ha propagado mucho más por la
intensificación del consumo antes que por el aumento poblacional de los últimos
años. En estos momentos la reflexión no se centra en comprar o no en esta
época, sino en cómo impulsar un consumo responsable que preserve nuestros
ecosistemas y beneficie a todos nosotros. El concepto de comprar–tirar–comprar
refleja el camino de obsolescencia programada en el que nos encontramos y que
deliberadamente concibe un tiempo de vida reducido de los productos para
incrementar su consumo.
Podemos
hacer un análisis de lo general a lo particular: nuestra alimentación puede
venir de una agricultura sustentable eliminando el uso de químicos y el consumo
de productos orgánicos/naturales que no dañan nuestros suelos. De esa misma
manera, los alimentos que lleguen a nuestra mesa en estas fiestas pueden tener
un bajo nivel en calorías y grasas trans, generando de paso una alimentación
saludable para nuestros hijos.
A
la hora de comprar regalos, convendría hacer una lista para adquirir productos
que sean realmente necesarios, evitando así un consumo autónomo que nos impulsa
a comprar por comprar. Recordemos que toda compra de una u otra manera a la
larga genera siempre basura, y que ésta cada vez es mayor. Por caso, según
datos del Ministerio de Medio Ambiente y Agua, hasta marzo de este se generaron
en el país cerca de 5.170 toneladas de basura cada día; y de este total el 31%,
en el departamento de Santa Cruz. Si bien en la región se están impulsando
acciones por minimizar y reutilizar los residuos, el consumo innecesario
deviene en una mayor generación de basura, con los consecuentes impactos
ambientales que esto conlleva.
Es
de esperar que la magia de esta época contribuya a generar una conciencia de
consumo responsable entre los bolivianos, fundamental para preservar el
planeta. El comprar no nos define como seres humanos, lo que nos define es
nuestro compromiso y responsabilidad para con los demás y con la Madre Tierra.
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