Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por:
Juan Manuel Karg
Venezuela está en boca de todos los medios de comunicación del
mundo desde hace algunos años. Si con Hugo Chávez el país caribeño ya era
permanente noticia, tras su fallecimiento y con el recrudecimiento de los
intentos (legales e ilegales) de apartar al chavismo de Miraflores, está todos
los días en las primeras planas de los principales diarios internacionales, con
informaciones tergiversadas y maniqueas en una proporción creciente. Venezuela
se ha convertido, como lo era Cuba décadas atrás, en la nueva “mala palabra” en
las RRII, con el objetivo de fondo de forzar un cambio tras más de tres lustros
de chavismo en aquel país, que termine de consolidar a la derecha regional tras
su llegada a los gobiernos de Argentina y Brasil (este último, vía golpe
parlamentario).
Cuando la oposición a Maduro, nucleada en la heterogénea MUD,
conquistó la Asamblea Nacional en diciembre pasado, prometió que en seis meses
acabaría con el gobierno del PSUV. Esto en palabras del propio presidente de la
AN, el veterano dirigente Henry Ramos Allup. En esos meses, además, se dio el momento
más grave de la crisis económica que vive aquel país, con un descenso
pronunciado de los precios internacionales del petróleo (variable que comienza
a cambiar fruto del acuerdo entre los países OPEP) y dificultades crecientes en
el abastecimiento de alimentos. El gobierno ideó una iniciativa que le permitió
sortear parcialmente el escenario adverso, aún con notorias dificultades: los
CLAP, Consejos Locales de Abastecimiento y Producción, que se constituyeron en
un bypass -tal como hacía Chávez con las Misiones respecto al propio Estado-
frente a la distribución privada de alimentos, donde aún hoy sigue brillando el
acaparamiento.
Pasaron tres trimestres y la derecha, que tiene gran apoyo
externo y al alineamiento de diversos medios de comunicación en lo interno, no
logró conquistar Miraflores. ¿Qué factores inciden en que no haya podido?
Diversos:
a) A diferencia de Brasil, la MUD no controla al poder
judicial ni al vicepresidente del país. Tampoco a las FFAA. Una fórmula “a lo
Temer” es impensada.
b) El chavismo permea como identidad de gran parte del pueblo
venezolano, aún en condiciones adversas. Incluso con aquellos que pudieran
estar “desilusionados” con el actual estado de cosas. La consultora opositora
Datanálisis, en un reciente sondeo, muestra que al menos 5 de cada 10
venezolanos sigue reivindicando el legado de Chávez. Hinterlaces, por otro
lado, muestra que hay una progresiva recuperación del oficialismo ante las
nuevas iniciativas económicas.
c) La oposición sigue mostrando dos tendencias nítidas, en una
similar situación a la vivida en 2014: un sector dialoguista y otro
abiertamente rupturista, que exige “calentar la calle” nuevamente. Capriles,
que pertenecía al primer bando dos años atrás, ahora parece abonar a una línea
más confrontativa, parecida a la que comandó en 2013, tras el triunfo de
Maduro. Esa puja, lejos de quedar enterrada tras la victoria de la MUD en
diciembre, sigue sobre la mesa y se acrecentó. Unos culpan a otros de que
Maduro siga en Miraflores, y viceversa. Los sectores más radicales, con Tintori
y Machado a la cabeza, buscan una insurrección antichavista para la cual no
parece haber condiciones objetivas a mediano plazo, tal como queda demostrado
en el punto previo.
d) La progresiva suba en los precios internacionales del
petróleo y una mejora en indicadores como el riesgo país parecen demostrar que
es posible un rebote luego de meses de profundas complejidades. Sobre el primer
planteo, la reciente gira de Maduro por países OPEP y no OPEP deja un piso de
acuerdos que haría prever un crecimiento de expectativas de cara al año
próximo.
En conclusión, con la navidad y las vacaciones cerca parece lejano un inminente “derrumbe institucional” como el que se plantea un sector de la MUD. El referendo también parece lejano, ya que la derecha debería juntar nuevamente el 1% de firmas en los 5 estados impugnados. Sin embargo la estrategia de “calentar la calle” buscará ser legitimada nuevamente, sobre todo desde el plano internacional: las condiciones regionales -sobre todo Argentina y Brasil, por sus respectivos nuevos gobiernos- son bien distintas a 2014, cuando las guarimbas buscaron derrocar a Maduro. Pero la MUD deberá tener bien claro algo: aun cuando cuente con un indisimulable apoyo externo, deberá primero construir condiciones de gobernabilidad a lo interno, algo impensado si al menos 5 de cada 10 venezolanos siguen reivindicando el legado de Hugo Chávez, tal como enunciáramos. A fin de cuentas, se pueden intentar erosionar y deslegitimar a un gobierno a distancia, pero no se puede gobernar (y ser elegido previamente) solo con rimbombantes declaraciones de la OEA.
En conclusión, con la navidad y las vacaciones cerca parece lejano un inminente “derrumbe institucional” como el que se plantea un sector de la MUD. El referendo también parece lejano, ya que la derecha debería juntar nuevamente el 1% de firmas en los 5 estados impugnados. Sin embargo la estrategia de “calentar la calle” buscará ser legitimada nuevamente, sobre todo desde el plano internacional: las condiciones regionales -sobre todo Argentina y Brasil, por sus respectivos nuevos gobiernos- son bien distintas a 2014, cuando las guarimbas buscaron derrocar a Maduro. Pero la MUD deberá tener bien claro algo: aun cuando cuente con un indisimulable apoyo externo, deberá primero construir condiciones de gobernabilidad a lo interno, algo impensado si al menos 5 de cada 10 venezolanos siguen reivindicando el legado de Hugo Chávez, tal como enunciáramos. A fin de cuentas, se pueden intentar erosionar y deslegitimar a un gobierno a distancia, pero no se puede gobernar (y ser elegido previamente) solo con rimbombantes declaraciones de la OEA.
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