Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Rafael Puente
Algo tan simple como las condiciones para que pueda pagarse el doble aguinaldo se ha ido complicando hasta la amenaza de nuevos conflictos sociales. Desde el principio estaba claro que esa medida innovadora dependía de las condiciones económicas del país, concretamente de un crecimiento económico superior al 4,5%. Más allá de las opiniones favorables o desfavorables a dicha medida (había quienes la consideraban demagógica y electoralista, pero también quienes la veían como una justa compensación al bajo nivel salarial vigente en nuestro país), lo que ha estado ocurriendo estos días es una lección de discreción.
Si las condiciones para que el doble aguinaldo se haga efectivo estaban claras, no tenía sentido que diferentes portavoces oficiales del Gobierno —incluyendo al Presidente del Estado— gastaran tiempo y energías especulando sobre si este año 2016 dicho pago se iba a hacer efectivo o no, anunciando previsiones inevitablemente subjetivas sobre el margen de crecimiento al que íbamos a llegar en octubre. Sin embargo lo hicieron, llegando a un extremo cuando, nada menos que el presidente del Banco Central —hombre conocido como discreto y ponderado en sus juicios— saliera, hace poco, afirmando que sí se iba a llegar a ese 4,5% y, por tanto, sí iba a haber doble aguinaldo. ¿Por qué no se callan? ¿Por qué no esperan serenamente hasta que los datos de ese crecimiento sean oficiales y definitivos?
Cuando salen los datos oficiales —la confiabilidad de los mismos, vale decir la confiabilidad del INE, es otro tema; desde el principio estaba claro que alguien tenía que comunicar esos datos y que ese alguien era el INE, y nadie propuso otra instancia más confiable— se arma un gran revuelo que no beneficia a nadie y que podría haberse evitado guardando una discreción elemental de parte de las autoridades. No sólo se descalifica al INE, se ha llegado a exigir la renuncia del Ministro de Economía y Hacienda (que tampoco había sabido mantener la discreción, pero que evidentemente no tiene la culpa de que el crecimiento del país no haya sido mayor), y la COB ha llegado a amenazar con movilizaciones en defensa de lo que consideran "una conquista de los trabajadores”. Otra muestra de la tendencia dominante a hablar demasiado, ya que todo el mundo sabe que en el caso del segundo aguinaldo no hubo ninguna "conquista de los trabajadores”, sino una concesión generosa del Gobierno que, por lo demás, desde el principio dejaba claro que no era una concesión inamovible…
Ahora la COB se ve obligada a dar marcha atrás y pedir en su lugar un "bono patriótico” (otra señal de que no han entendido el problema, pero como ya han hablado demasiado ahora no pueden simplemente callarse). Entre paréntesis, en lo que sí tiene razón la COB es en negar que pueda ser el Conalcam la instancia de negociación con el Gobierno, pero ése es otro tema.
La discusión acerca de la pertinencia del segundo aguinaldo puede continuar, ya que hay argumentos de ambos lados, entre ellos el más valedero, el que insiste en que es una medida que sólo beneficia al 20% de los trabajadores/as (es decir a los/as formales), pero también está el de la posible quiebra de cientos de empresas pequeñas.
Personalmente, me apunto a la opinión de quienes afirman que había que haber dedicado los esfuerzos del Estado no a compensar el bajo nivel salarial de ese 20%, sino a promover la creación de más empresas productivas (en lugar de acabar con algunas, como fue el caso de Enatex y, por cierto, en lugar de comprar alfombras indias o persas para el Ministerio de Hacienda) y en mejorar su productividad... Lo que no debería repetirse es esa manía de hablar antes de tiempo, de hablar por hablar, de meterse a predecir —sin datos suficientes— lo que va a ocurrir. Como no debería repetirse el discurso sin fundamento de la COB acerca de sus "conquistas”.
Esa manía de hablar —en lugar de actuar, o por lo menos de atenerse a los hechos— parece que es un defecto institucional que padecemos en este nuestro Estado Plurinacional. A ver si aprendemos.
El autor es miembro del Colectivo Urbano por el Cambio (CUECA) de Cochabamba
Comentarios
Publicar un comentario
Escriba sus comentarios