Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Días atrás, Unidad Nacional (UN) publicó un documento
titulado Crisis del neocapitalismo de Estado, donde hace referencia a varios
temas, afirmando al final que la economía boliviana estaría en crisis. Entre
líneas se lee que el objetivo de dicho documento sería “alertar, una vez más, a
la población y al propio Gobierno sobre la necesidad de enfrentar la crisis
económica”. Pero ¿será que la economía boliviana está atravesando por una
crisis?
Para empezar quisiera definir qué se entiende por
crisis económica. Actualmente no existe consenso sobre el tema, sin embargo,
puede ser definida como una situación en la que se generan cambios negativos
bruscos en las principales variables económicas, es decir, un deterioro
generalizado de las variables macroeconómicas, principalmente en el PIB, la
tasa de desempleo y la inflación.
Respecto al PIB, este indicador creció 4,9% en el
primer trimestre de la presente gestión, situando a Bolivia por tercer año
consecutivo entre los países con mayor dinamismo económico. Si bien el
crecimiento de la economía mundial sigue siendo frágil, con revisiones a la
baja en sus perspectivas, y los organismos internacionales estiman por segundo
año consecutivo una contracción del producto de América del Sur, Bolivia se
posiciona como el país con el mayor crecimiento económico dentro de la región
en 2016.
Por otro lado, el desempleo ha disminuido
gradualmente. En 2005 era de 8,1%. En 2015 este indicador se redujo a 4,4%,
situándonos entre los países con la tasa de desempleo más baja de América
Latina. Asimismo la inflación hoy se encuentra controlada. Hasta agosto, la
inflación acumulada era de 2,4%, esto a pesar de las sequías registradas en
varios municipios, debiendo crecer a un ritmo de 0,7% mensual, para alcanzar su
meta de 5,3% de inflación anual, que es poco probable que suceda.
También en el documento se puede observar una crítica
feroz contra la incursión del Estado dentro de la economía, dado que existe una
petición explícita de disminuir su participación a la mínima expresión. Esta propuesta
va en contracorriente con las medidas que se están tomando en varios países del
mundo. Recientemente Nouriel Roubini, un economista muy prestigioso y profesor
de la Universidad de Nueva York, mencionó que “la política fiscal sería la
única herramienta macroeconómica eficaz disponible para afrontar las presiones
recesivas”. Países como Canadá, Japón, Alemania y Perú, entre otros, están
asumiendo políticas fiscales expansivas; no obstante, Roubini advierte que “las
medidas de estímulo fiscal deben ser ampliadas, particularmente en inversiones
de infraestructura pública”.
Bolivia desde hace mucho tiempo que está
implementando estas medidas de estímulo fiscal, apostando por un aumento
sustancial de la inversión pública, direccionada a los sectores productivos e
infraestructura. Es por ello que las tormentas económicas internacionales no
nos afectan en gran magnitud, dado que después de ocho años consecutivos de
superávits en las cuentas fiscales se ha logrado tener amortiguadores capaces
de suavizar la caída sustancial que se registra por tres años consecutivos en
los precios de las materias primas.
El hecho de que UN publique documentos donde afirman
que Bolivia está en plena crisis económica debiera llamarnos a la reflexión.
Este partido político más que alertar a la población está especulando, y el
mencionado documento parecería más un “manual del neoliberal del siglo XXI”, ya
que entre sus propuestas figuran las medidas que tradicionalmente se han
aplicado a la economía en tiempos del neoliberalismo, siendo los autores del
documento los paladines de la capitalización y los promotores del fracaso
económico, quienes en su momento no lograron dar soluciones estructurales y sus
políticas tampoco lograron generar resultados satisfactorios para el país.
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