Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Nuestros cielos no son los más limpios ni mucho menos, una
capa de niebla sucia se puede apreciar a simple vista en varias de nuestras
ciudades. Es la contaminación que está en el aire que respiramos y que produce
irritación en las fosas nasales y dolor de cabeza, o tiene consecuencias
mayores como el cáncer de pulmón. Según un estudio realizado por la Fundación
Suiza de Cooperación para el Desarrollo, el 80% de la contaminación en Bolivia
es producida por la gran cantidad de vehículos que circulan en nuestras
ciudades y por el pésimo estado en que se encuentran, a pesar de contar con el
sticker de revisión técnica, formalidad que por sus resultados no garantiza
nada de nada, sobre todo en los vehículos de transporte público.
Cochabamba es la ciudad más contaminada a nivel nacional, es
que en la Llajta por cada cuatro personas hay un vehículo. La situación se
acrecienta con la sequedad del ambiente, la falta de agua, la quema de
combustibles en las cocinas y la basura acumulada en las orillas de los ríos; lo
que contamina en gran medida el corazón boliviano, que además no tiene
ventilación ambiental por estar ubicado en un valle cerrado. Por eso, en cuanto
uno llega al aeropuerto cochabambino es recibido por el olor de las curtiembres
que flota en el ambiente. Las consecuencias debieran llamarnos la atención,
puesto que Cochabamba tiene los índices más altos de asma infantil, entre otros
efectos nocivos sobre la salud que tiene el respirar aire contaminado.

Las recomendaciones de la OMS para combatir la contaminación
y sus consecuencias en la salud son muy claras: “(...) invertir en energías
limpias, en transporte ecológico son inversiones que tienen un coste-beneficio
enorme y que ahorrarían no solo dinero a medio plazo, sino que también
reduciría el número de enfermos y muertos”. En otras palabras, si se hace una
revisión técnica de los vehículos, ésta debería realizarse en serio. Hay que
masificar el transporte público de calidad en las ciudades como el PumaKatari
en La Paz o el teleférico, un sistema altamente ecológico. Respirar aire limpio
es un derecho. El no contaminar el aire es una obligación ciudadana.
Finalmente, al ser el aire un bien de todos y de ninguno, su preservación es
una cuestión de Estado.
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