Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Walker San Miguel
Los países que conforman la Comunidad Andina poseen
un gran potencial en biodiversidad y recursos genéticos. El biocomercio
(actividad de recolección, producción, transformación y comercialización de
biodiversidad nativa) mueve hoy más de $us 4,5 billones en el mundo. Las ventas
de este tipo de productos desde Perú al exterior alcanzan los $us 400 millones
anuales con datos a 2014; desde Bolivia, $us 345 millones; Colombia, $us 60 y
Ecuador, $us 45 millones, según datos de 2013, que deben actualizarse al alza,
pues año que pasa se incrementan las exportaciones de bioproductos desde estos
países andinos, siendo sus principales destinos Norteamérica, Europa y Asia.
La Conferencia de las Naciones Unidas para el
Comercio y Desarrollo (UNCTAD) viene impulsando desde hace varios años el
biocomercio en países en vías de desarrollo, bajo los principios establecidos
en el Protocolo de Nagoya (suscrito el 29 de octubre de 2010), por el cual se
acuerdan las líneas generales relacionadas con la utilización y el intercambio
de recursos genéticos. Y es que en el mundo cada vez más empresas quieren
acceder por la vía legal a la explotación sostenible de recursos genéticos y
desarrollar productos que luego son comercializados. A la par, centros de
investigación científica y de desarrollo tecnológico realizan estudios e investigaciones
con ese mismo fin.
El Protocolo de Nagoya regula el acceso y
participación en los beneficios de la explotación de recursos genéticos,
estableciendo que el país donde se encuentra un determinado recurso genético
debe otorgar el consentimiento previo y fundamentado para su legal explotación
y producción. Nagoya se refiere también a la distribución de dichos beneficios
de tal forma que de manera equitativa se beneficie el proveedor de dicho
recurso, y propone crear un mecanismo multilateral que aborde el tema de la
participación de los beneficios en un marco de sostenibilidad de la diversidad
biológica.
Esta semana en Lima, la ciudad sede de la Secretaría
General de la CAN, tiene lugar la realización de un taller referido a la implementación
del Protocolo de Nagoya en la República del Perú, el único país de la Comunidad
Andina que ha ratificado dicho instrumento jurídico internacional hasta el
momento. El evento, organizado por la UNCTAD junto al Ministerio del Ambiente
del Perú, y con el apoyo de la CAN y otras instituciones, abordará el actual
contexto internacional y regional referido a los recursos genéticos y el estado
actual de las normativas nacionales de acceso y participación de beneficios del
biocomercio.
La CAN, como se sabe, tiene una particularidad en
sentido de que sus decisiones son normas supranacionales que vinculan a los
cuatro Estados miembros. Es más, el 2 de julio de 1996 en Caracas (Venezuela
era en ese entonces miembro de la CAN) se aprobó la Decisión 391 o Régimen
Común sobre Acceso a los Recursos Genéticos. Una evidente muestra del rico
historial normativo de la CAN es precisamente la citada Decisión 391, la cual
reconoce a los países andinos como poseedores de “un importante patrimonio
biológico y genético que debe preservarse y utilizarse de manera sostenible”.
Asimismo la Decisión 391 señala que es “necesario
reconocer la contribución histórica de las comunidades indígenas,
afroamericanas y locales a la diversidad biológica, su conservación y
desarrollo”. Esa importante norma incluye apartados sobre investigación,
desarrollo y transferencia tecnológica. Inaugura un programa de liberación de
bienes y servicios relativos a recursos biológicos en la subregión y también
determina un procedimiento de acceso a los recursos creando al efecto un Comité
Andino sobre Recursos Genéticos (actualmente incorporado al Comité Andino de
Propiedad Intelectual) conformado por autoridades competentes de los cuatro
países miembros.
Con una base jurídica como la que posee la CAN, es
de esperar que además de Perú los países que conforman el organismo ratifiquen
el Protocolo de Nagoya y coordinen esfuerzos para desarrollar el biocomercio en
condiciones de justa retribución a las naciones proveedoras de dichos recursos.
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