Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Freddy Morales
Antes los
políticos tenían el monopolio de la mentira, pero ahora lo comparten con
algunos medios.
En el acto de promulgación de la ley
solicitada por los medios de comunicación al Gobierno, que amplía plazos de
vigencia de uso de frecuencias para radio y televisión, el presidente Evo
Morales compartió su experiencia. Lamentó por ejemplo que en muchas ocasiones
sus ministros solicitaron rectificación de alguna información considerada
errónea y algún jefe de información negó ese derecho; que en algunos medios de
oposición los voceros de la oposición parecen reporteros de la institución
porque ni faltan a los noticieros ni a los programas de opinión; que hay medios
que mienten abiertamente y citó “la información” de que una ministra de Estado
estaba embarazada por uno de sus colegas de gabinete, y preguntó si los periodistas
no nos damos cuenta de cómo ese tipo de mentiras pueden afectar la dignidad y
la propia vida de una persona y su familia. Y agregó que desde que era
dirigente sindical se le insinuó que pague por entrevista.
Las
primeras reacciones dentro de la sala de promulgación de la ley fueron de
autocrítica, de admisión que el escenario descrito tiene mucho de real. Luego
empezaron las críticas, con argumentos trillados (lo que no quiere decir que
necesariamente sean falsos, pero que en esta ocasión pretenden encubrir ciertos
hechos) sobre el papel de los medios en la sociedad, su relación con el poder,
acerca de su independencia, cómo los medios incomodan y jamás deben llevarse
bien con el poder, e incluso se dijo que el denunciante está obligado a probar
que existe corrupción en el sector y el gremio.
Asustan
esos brotes de falsa dignidad que aparentan una defensa a ultranza de la
libertad de expresión para intentar ocultar un evidente desmoronamiento de la
ética, de la pérdida de la función principal del periodismo y los medios que es
informar (no desinformar), buscar la verdad (no mentir). Está en extremo claro
que hay medios y periodistas que desean que el actual Gobierno se vaya cuanto
antes, como sea y al costo que sea. Incluso al costo de envilecer el ejercicio
del periodismo.
Hasta
hace poco los políticos parecían tener el monopolio de la mentira. Desde hace
poco, ese monopolio lo comparten con algunos medios y algunos periodistas. Me
quedo corto. Pasaron la posta a algunos medios y algunos periodistas; porque
ellos, los políticos, no eran creíbles; y periodistas y medios, sí. Todos
ejercemos nuestro derecho de apoyar o estar en contra de cualquier gobierno. El
“pero” está en la forma. La mentira, por muy patas cortas que tenga, siempre
hará daño y no solo a quien la padece, sino también al gremio y a la sociedad.
La sarta de mentiras que se han difundido
con tanto fervor para que la oposición gane el referéndum de febrero están a la
vuelta de la esquina, y no me he enterado que medios o periodistas que se
esforzaron en amplificarlas hubiesen pedido disculpas a sus públicos engañados.
Por supuesto que mucho menos se disculparán de sus víctimas directas. Más bien
se esmeran por mostrarse como defensores de la libertad, abanderados del
derecho a la información y guardianes de la democracia.
¿Qué
de bueno puede parir la manipulación y la mentira? Ejemplos hay de sobra, pero
está cerquita el papel de los medios en cuanto a la manipulación y el enunciado
de mentiras para justificar la invasión militar a Irak. Y sobre la presunta
corrupción: ¿presunta? ¡Que se presenten pruebas, por favor!
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