Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
¿La
paz en Colombia amenazada por asesinatos de dirigentes campesinos?, ¿el
calentamiento global que ocasiona nuevas catástrofes?, ¿el aumento del
desempleo en Bolivia?, ¿los incendios forestales o los vientos huracanados que
castigan algunas regiones de nuestro país? No, ninguna de estas cosas acaparan
la atención en las redes sociales, lo hace un tema tan menudo como picante: la
pelea entre María Galindo y Maricruz Ribera.
Lo
primero que llama la atención es que las dos tienen características tan, pero
tan diferentes que pareciera que estamos hablando del día y la noche, cuál es
cuál lo dejo en puntos suspensivos o, mejor, al criterio del lector. María
Galindo orgullosa se asume lesbiana, en tanto Maricruz Ribera pretende
dictarnos cánones de femineidad. Se nota que María detesta gran parte de lo que
a Maricruz le encanta: la farándula, los spas, ir de shooping, la pasarela, los
viajes, la ropa de moda, las revistas light.
Que
María Galindo suele caer en la provocación y hasta en la agresión no es
novedad, ya lo hizo antes con otras personas y lo seguirá haciendo. Y su grupo
“mujeres creando” hace eco de esas formas tan agresivas que resultaron
sumamente rentables; ahí está el incremento de los bienes materiales de la
organización para probarlo.
Pero
acá no quiero –y la verdad, tampoco me interesa- dar la razón a una o a otra.
Es que no les creo a ninguna de las dos porque su peleíta tiene motivaciones no
tan inocentes. Creo que acá hay en juego intereses económicos que tienen que
ver con la disputa por el dinero que la cooperación internacional destina a la
lucha contra la violencia en razón de género y el feminicidio. Así se explica
que una quiera desacreditar a la otra por ser “Barbie” o que esta le haga decir
a la otra que es un “mal ejemplo”. Cada cual podría estar en su mundo,
separadas por completo, pero el problema es que no están separadas, el problema
es que se entrecruzan sus mundos y que el público-objetivo del rentable trabajo
que las dos hacen es el mismo: la clase media. Ahí es donde sus intereses
chocan.
Por
otra parte, creo también que hay motivos políticos que explican este minidrama.
Maricruz Ribera tiene mucha simpatía con el proyecto del gobernador cruceño
Rubén Costas y hace de todo para subir al alcalde paceño Luis Revilla a ese
carro. María Galindo prefiere el proyecto de Carlos Mesa (en cuya gestión
presidencial su difunto hermano – José Galindo- fue Ministro de la Presidencia)
con quien comparte micrófono en su Radio Deseo.
O
sea que de motivos éticos nada; en la superficie y en el fondo se trata de una
lucha de egos y ambiciones materiales.
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