Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Homero
Carvalho Oliva
En
una edición del diccionario Larousse ilustrado, del año 1992, Néstor Taboada
Terán figura como escritor boliviano nacido en 1929 y fallecido en 1989, para
luego nombrar algunas de sus obras. Don Néstor, como yo le decía, le sobrevivió
26 años a esta enciclopedia que, pese a los reiterados reclamos escritos que
hizo, nunca corrigió su error.
Prefirió
eliminarlo de su lista de famosos. Cuando le comenté esta historia a la poeta
española Carmen Camacho, me respondió que algo parecido ya le había sucedido al
pintor español Lorenzo Aguirre (1884-1942), asesinado a garrote vil por la
dictadura de Francisco Franco, a quien la Enciclopedia Espasa eliminó de sus
listas de notables.
Una
injusticia que es cantada por el poeta Félix Grande en su poema El desterrado
de Espasa. Cuando comentábamos este tema con don Néstor, él solía bromear
diciendo que aquel muerto que había matado Larousse seguía gozando de muy buena
salud. Y así lo hizo hasta el 21 de junio de 2015.
Lo
conocí en 1983, en La Paz, en aquellos años de la recuperación de la
democracia. Yo era un joven con ilusiones de ser escritor y él era ya un autor
con un bien cimentado prestigio de narrador, ensayista y político.
Desde
entonces fuimos construyendo una amistad basada en la literatura, en libros y
autores tanto nacionales como extranjeros. Si bien no nos veíamos con
frecuencia, cuando lo hacíamos nos tomábamos nuestro tiempo para ponernos al
día. Don Néstor era un gran conversador con un humor negro que le ganó varias
enemistades entre sus colegas de oficio.
Era
un hombre que amaba la literatura y siempre estaba escribiendo alguna novela o
corrigiendo algún cuento, si no estaba investigando para su próximo ensayo. En
varias oportunidades viajamos juntos a distintas ciudades de Bolivia y del
extranjero a leer nuestros cuentos y fragmentos de novelas. Uno de los viajes
más memorables fue a Buenos Aires, para asistir a la Feria Internacional del
Libro 1993.
Don
Néstor era miembro de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE), asociación
entre las que tenía muchos amigos y gozaba de gran aprecio, ya que había vivido
en la Argentina durante el exilio de la dictadura de Hugo Banzer. Muchos de sus
libros fueron quemados en una plaza pública como escarnio a un librepensador, y
en Argentina le publicaron varios títulos.
PROLÍFICO
Taboada
fue, sin duda alguna, uno de los escritores más productivos de Bolivia. Obtuvo
muchos reconocimientos tanto en nuestro país como en Argentina y Francia.
Además de escritor ejerció de periodista cultural y fundó revistas en Oruro,
Cochabamba y La Paz, publicaciones que son ahora de colección.
Sus
ensayos y obras literarias pasan de la centena, y entre ellas se destacan las
novelas Manchaypuytu —publicada en varios países latinoamericanos y traducida a
varios idiomas—, La virgen de los deseos y El signo escalonado; los libros de
cuentos Indios en rebelión y Sweet and sexy; los ensayos Salvador Allende, ¡mar
para Bolivia! y Estandarte de libertad.
Como
antologador compiló El Quijote y los perros, antología del terror político, publicada
en 1979, durante los años de la lucha por el retorno de la democracia. Una
antología que mostraba los mejores cuentos de esos años acerca de la represión,
las desapariciones, las torturas y los asesinatos. El libro está acompañado de
la serie del mismo nombre del gran pintor Walter Solón Romero.
En
los talleres de literatura que dirijo siempre aconsejo leer un cuento titulado
El cañón de punta grande, que se encuentra en su libro Indios en rebelión. La
obra de Taboada fue ampliamente estudiada por el literato inglés Keith Richards
en una obra titulada El imaginario mestizo: aislamiento y dislocación de la
visión de Bolivia de Néstor Taboada Terán.
Hasta
hoy sigo pensando que fue una injusticia que no hayan incluido su obra
Manchaypuytu entre las 15 novelas fundacionales.
En
septiembre de 2012 yo fui nombrado consejero de la Fundación Cultural del Banco
Central de Bolivia (FCBCB) y me dio mucho gusto encontrarlo en dicho consejo.
Don
Néstor era un hombre que ya había vivido mucho y acumulaba una gran experiencia
en temas culturales, pues había sido director del Instituto Boliviano de
Cultura en el año 1984 y había ocupado el cargo de director de cultura en
varias universidades. Como consejero de la FCBCB, su mayor logro fue proponer y
lograr que se publique la obra completa de las Crónicas de la Villa Imperial de
Potosí, del gran cronista colonial Bartolomé Arzáns de Orsúa y Vela.
Paz
en la tumba de un gran escritor.
Escritor,
poeta y gestor cultural
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