Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por:
Carla Espósito Guevara
El
mes de abril nos sorprendió con una sentencia sin precedentes que provenía del
juicio contra Sánchez de Lozada y Sánchez Berzaín en la Corte de Florida,
Estados Unidos. Un joven rockero y abogado de Harvard, Thomas Baker, había
conseguido que los diez jueces de esa Corte se manifestaran a favor de dictar
sentencia por las víctimas de la masacre de octubre negro en Bolivia. Por este
veredicto las familias de los sesenta y siete asesinados durante aquellos
oscuros días de octubre, serían beneficiadas con una indemnización de diez
millones de dólares que el expresidente, Sánchez De Lozada y su exministro de
Defensa, Sánchez Berzaín, debían pagar. Con esa sentencia se ponía fin a un
juicio que había durado cuatro años y se cerraba también una larga una lucha de
quince años por la dignidad, por el resarcimiento moral y contra la impunidad.
Muchos
se preguntaron cómo el joven abogado de Harvard lo había logrado. Cómo, el país
que históricamente había sido refugio de dictadores y genocidas, financiador de
innumerables golpes de estado, masacres y dictadores, el país que asesoró a
Sánchez de Lozada y luego lo protegió y dio refugio en su territorio, ahora
procesaba, mediante un juicio civil, a sus propios entenados políticos.
El
juicio civil contra Sánchez de Lozada y Sánchez Berzaín fue considerado el
primero sobre derechos humanos contra un exjefe de Estado, y se amparó en la
Ley de Protección a Víctimas de Tortura (TVPA, en inglés), que autoriza
demandas en tribunales federales de EE.UU. por ejecuciones extrajudiciales. El
mismo Backer, idealista y confiado de su logro, después del juicio dijo que
“allá en el país que gobierna Donald Trump la leyes y la justicia se respetan y
que sería ‘muy raro’ que la decisión del jurado, conformado por diez ciudadanos,
de un giro”.
Pero
más allá de lo que Backer creía, el giro se dio. Sánchez de Lozada y su
exministro apellaron el fallo ante la Corte y este 30 de mayo el Juez James
Cohn, desestimó el anterior veredicto y comunicó a las partes que no encontró
evidencia alguna de que las muertes ocurridas en Bolivia ese octubre del 2003
hayan respondido a un “plan concebido para matar civiles” de parte del
expresidente y, por tanto, determinó revertir la decisión que los declaraba
culpables.
Lamentablemente
la justicia en Estados Unidos no estuvo a la altura del idealismo de Thomas
Backer, era muy difícil que el fallo de la corte de Florida lograra imponerse
contra un siglo de intervencionismo de EE.UU. en América Latina eso hubiera
abierto demasiados precedentes. Con este dictamen, el Juez Cohn, avaló el
crimen contra las sesenta y siete personas, dio un espaldarazo a la impunidad y
demostró que el imperio es lo que es, refugio de criminales, el enemigo de la
democracia en el continente, asesor y protector de masacradores y torturadores.
La
de Thomas Backer es la historia de un rockero que llegó a Bolivia con su
guitarra al hombro y cambio la guitarra por las leyes para intentar
transformarlo, es la historia de un idealista que creyó en la justicia y en las
leyes burguesas. La del el Juez James Cohn, en cambio, es la historia del
pragmatismo estadounidense, la del intervencionismo, del colonialismo, de la
muerte y del odio. Lamentablemente Cohn se impuso sobre Backer y una vez más el
pragmatismo venció al idealismo. Pero más allá del nuevo veredicto, lo que nos
debe inspirar es el idealismo de Backer que intentó cambiar el mundo y aunque
no lo logró, luchó tenazmente por ello.
Socióloga.
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